China en 2024: Crecimiento Estable y Confianza en el Futuro Económico

Por Jorge Fernández

En 2024, China experimentó un crecimiento económico positivo respaldado por políticas macroeconómicas activas, con un aumento del PIB del 4,8% en los primeros tres trimestres, y medidas que han estabilizado el mercado inmobiliario, impulsado la producción industrial, y fomentado el consumo.

En 2024, contrario al bajo crecimiento e inflación que padecen muchas economías del mundo, el desempeño económico de China revela avances positivos. Respaldado por políticas macroeconómicos activas, la economía avanza con paso firme como lo revela el crecimiento del PIB, que en el primero, segundo y tercer trimestres registró un crecimiento acumulado de 4,8 por ciento. Las proyecciones con base en esta tendencia aseguran que se cumplirá el objetivo de crecimiento de 5 por ciento aproximadamente para este año.

La tendencia positiva del desempeño económico reiteró su senda en el último trimestre del año. La tanda de estímulos aupó la confianza en la reactivación económica. En un esfuerzo para hacer frente al desanimado comportamiento del mercado inmobiliario, junto con la débil demanda del consumidor y las amenazas a la paz mundial, las medidas apuntan a extender un apoyo tácito al mercado y a vigorizar el precio de los activos. El paquete ofrece medidas que, al fortalecer áreas como la monetaria, inmobiliaria y la del mercado de capitales, estabiliza la economía y reafirma la confianza de los inversores.

En medio de estas acciones resulta de importancia sustancial la reunión del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China, que se celebró el 9 de diciembre de 2024, en donde se analizó a profundidad la labor económica que se desplegará en 2025. Con base en la tendencia actual y los frutos arrojados por las políticas macroeconómicas y estímulos fiscales de 2024, la nación está más cerca de rubricar como cumplidos los objetivos del XIV Plan Quinquenal 2021-2025. La “circulación dual” del nuevo modelo de desarrollo económico consolida el desarrollo del mercado y el consumo, de cara a un entorno económico internacional incierto y medidas arancelarias hostiles a la economía china.

Las políticas macroeconómicas activas y positivas han tenido un efecto por duplicado al estimular y ajustar el ejercicio económico nacional. Con la reducción de las tasas de interés y de los requisitos de reserva, se ha logrado liberar cerca de 1 billón de RMB en liquidez a largo plazo, lo que lleva consigo la reducción de los costos de financiamiento tanto de empresas como de consumidores. Además, en el sector inmobiliario, la aprobación de más de 4 billones de RMB para proyectos de “lista blanca” en el sector de los bienes inmuebles ha estabilizado el mercado de la vivienda. A esto se suman los trabajos en proyectos de infraestructura, que han permitido la construcción de 100 mil unidades de vivienda y la renovación de construcciones antiguas.

Otras medidas clave han sido abordadas por la dirigencia nacional, a saber, las discutidas en la Conferencia Central sobre el Trabajo Financiero de China. El país acelerará el despliegue de la política fiscal, el impulso de las reformas fiscales y el fomento de la cooperación internacional. Entre las apuestas del Gobierno Central están el fortalecimiento del consumo mediante el aumento de pensiones, los subsidios al seguro médico y los intercambios de bienes de consumo. Con medidas de esta naturaleza, los estrategas chinas buscan aumentar el estímulo fiscal para combatir la desaceleración económica en el país.

Con el impulso inyectado por el espíritu de las nuevas fuerzas productivas de calidad, el nuevo desarrollo respaldado por la innovación y la producción está aportando significativamente al crecimiento de la economía. La producción industrial dejó en los registros un aumento del 5,8 por ciento del valor agregado en la industria, con una participación del 9,1 por ciento en la manufactura de alta tecnología. A esto también hay que agregar los trabajos para fomentar la transición hacia sectores sostenibles, que han permitido un aumento sustancial de la participación de las energías no fósiles en el consumo total de energía.

El presidente de China, Xi Jinping, ha hecho especial énfasis en la nueva etapa productiva y de desarrollo en la que China se encuentra, al afirmar que “el desarrollo de la nueva productividad es un requisito fundamental para impulsar el desarrollo de alta calidad”, durante la sesión de estudio grupal del Buró Político del Comité Central en enero de 2024. Esta idea tiene un complemento en el desarrollo del conocimiento, toda vez que, como también dijera el jefe de Estado al margen de las reuniones de la Asamblea Popular Nacional en marzo de 2024, “el impulso a la innovación científica y la industrialización debe ir de la mano. La integración de la innovación tecnológica y la producción industrial es clave”.

La política exterior y la apertura institucional se yerguen como un pilar en el fortalecimiento del desarrollo. Por lo que respecta a las iniciativas internacionales, la cooperación a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, junto con foros internacionales de comercio, entre ellos la Expo Internacional de Importaciones de China, han estimulado la expansión con países y regiones del mundo. Esto no podría materializarse sin la profundización de la apertura institucional de China y sin una ampliación de la cooperación internacional. China reitera con bases firmes su papel como motor del crecimiento mundial con un mercado copioso que llama la atención del mundo.

China avanza con confianza en los prolegómenos de 2025 rumbo a un crecimiento sólido, respaldado por políticas activas que permiten encarar retos internos e internacionales. La orientación hacia un crecimiento de alta calidad, impulsado por la ciencia y la tecnología, la innovación y la sostenibilidad, son cartas con las que China se presenta y encara al futuro, marcado por entornos económicos internacionales complejos e inciertos.