spanish.china.org.cn | 19. 12. 2024 | Editor:Filo Fu | [A A A] |
La industria de grafito en EEUU pide a Trump un muro arancelario de 920% para frenar a China y blindar los coches eléctricos
El grafito pertenece al grupo de los materiales críticos, es decir, aquellos minerales o sustancias esenciales para la producción de tecnologías energéticas clave, como las baterías usadas en los coches eléctricos. China es su principal productor global, y además alberga en su territorio una de las mayores reservas de dicho mineral. El dominio de Pekín es tal que obliga a los fabricantes de vehículos eléctricos a depender del gigante asiático, algo que mina el negocio de los productores de materiales críticos estadounidense. Ante esta situación, algunas empresas productoras de grafito han aprovechado las amenazas arancelarias de Donald Trump, nuevo inquilino de la Casa Blanca, para promover tasas elevadísimas sobre las importaciones de grafito chinas.
Los productores estadounidenses de minerales clave empleados en las baterías de coches eléctricos han iniciado una acción comercial para incrementar hasta un 920% los aranceles sobre el grafito procedente de China. El sector justifica este movimiento argumentando que los grandes subsidios de Pekín a la producción de dichos minerales baja artificialmente el precio de los mismos, entre ellos el grafito, imposibilitando competir con ellos en igualdad de condiciones. Este oscuro mineral sirve, entre otras cosas, para elaborar el ánodo de la batería.
Concretamente, una asociación representante de los productores de grafito estadounidense ha realizado dos peticiones ante agencias federales este martes, pidiendo a las autoridades que investiguen si las firmas chinas están violando las leyes antidumping. Se trata de una petición arriesgada, ya que el grafito concentra actualmente el 10% de todo el coste de producción de una celda de batería usada en coches eléctricos, por lo que un aumento del 900% del precio de dicho mineral doblaría prácticamente el coste de producción total.
El control de China sobre el grafito
En este sentido, producir una batería en EEUU cuesta un 20% más que hacerlo en China. Además de las subvenciones de Pekín, otras razones explican esta diferencia, como que el gigante asiático posee el 15% de las reservas mundiales de grafito y que aglutinó en 2023 el 91% del refino de dicho material. Esta, de hecho, es una de las características clave de los materiales críticos: su elevada concentración geográfica. Otro ejemplo de ello es el Chile, país que concentra más del 30% de las reservas mundiales de litio.
Por contra, Estados Unidos no produce grafito natural, por lo que Washington se ha esforzado en promover inversiones en minado y producción de grafito sintético con el objetivo de recudir su dependencia de China. Así, Estados Unidos importó en 2023 más de 91.000 toneladas de grafito, 70.000 de ellas provenientes de China. El dominio de Pekín sobre este mineral es tal que el año pasado su controlaba el 92% del mercado del grafito de alto grado (high-grade graphite, en inglés) utilizado en la producción de baterías.
Un peligro de ahogamiento
Ante esta situación, los productores de grafito estadounidenses han visto una oportunidad para reforzar su posición frente a China. Según Erik Olson, portavoz de American Active Anode Material Producers, organización que ha enviado las peticiones de investigación anti-dumping, la industria "corre el riesgo de ahogarse por las maliciosas prácticas comerciales chinas". Olson señala que es necesario proteger la industria norteamericana para permitir su crecimiento, indicando que para ello es necesario poner piedras en el camino de Pekín.
Es evidente que el lobby estadounidense del grafito ha querido surfear en la ola arancelaria con la que Trump pretende empapar la economía mundial, salpicando a sus propios socios comerciales. Sin embargo, el plan puede tener algunas fisuras. Así, el incremento de los aranceles sobre este mineral incrementaría el coste de los vehículos eléctricos fabricados en EEUU, en un momento en el que Trump está amenazando las subvenciones a la compra de dichos coches. Ello afectaría a la competitividad de las marcas automovilísticas norteamericanas, y dejaría espacio a los fabricantes chinos para que siguieran fortaleciendo su posición dominante en dicho mercado a nivel global.
Tesla quiere evitar la desventaja competitiva
Esta fue la conclusión a la que llegó Tesla en 2019, cuando obtuvo permisos de Washington para obtener una licencia excepcional con la que eludir los aranceles del 25% a las importaciones de grafito sintético que la Administración Trump estableció el año anterior. Literalmente, el fabricante automovilístico señaló que un rechazo de su petición generaría en Tesla "una desventaja competitiva". De hecho, la firma de Elon Musk volvió a solicitar más permisos de este tipo en febrero, señalando que no habían sido capaces de encontrar proveedores alternativos a los chinos. Otras empresas que también han solicitado operar sin los aranceles de Washington han sido LG y SK Battery America, firmas que poseen fábricas de baterías en los estados de Michigan y Georgia.
Por su parte, las empresas de grafito estadounidenses señalan que los aranceles del 25% sobre el mineral no son suficientes para detener la superproducción intencionada de China. Según el sector, el objetivo de Pekín es distorsionar el mercado de baterías a través del exceso de producción, utilizando las subvenciones para que los fabricantes en suelo chino puedan absorber los aranceles de Washington, abaratando al mismo tiempo el precio final del producto.
Fuente: Eleconomista