spanish.china.org.cn | 17. 12. 2024 | Editor:Teresa Zheng | [A A A] |
Crece la popularidad de centros educativos para adultos mayores
Liu Guiying, de 58 años y natural de Huangshan (provincia de Anhui), tiene tiempo libre y planea matricularse en primavera en una escuela para mayores.
Tras jubilarse a los 55 años, Liu pasó 2 años viajando con su marido y amigos por el país. Sin embargo, como su entusiasmo por el turismo va cediendo, ha pensado en aprender algo interesante como pasatiempo, y la danza que sus amigos compartieron en redes sociales reforzó tal idea.
«Me interesan mucho el canto y la fotografía, y también quiero probar el baile latino», señaló. «Mi amiga me dijo que no es fácil conseguir plaza en la universidad pública para adultos mayores, ya que muchos cursos se agotan en segundos».
La población de tercera edad en China ha crecido en los últimos años, y muchos de ellos con una sólida formación académica han mostrado una gran disposición a seguir estudiando, siendo las artes, los instrumentos musicales, la sanidad y la informática áreas de gran interés.
No obstante, el número de escuelas está lejos de satisfacer sus requerimientos, por lo que los expertos solicitan que más organizaciones sociales y empresas se unan para impulsar el desarrollo y la expansión de la educación continua.
Según estadísticas del Ministerio de Asuntos Civiles, a finales de 2023 el país contaba con unos 297 millones de personas de 60 años o más, lo que supone más de una quinta parte de la población. Entre ellos, unos 217 millones superan los 65 años.
En 2021, la Oficina Nacional de Estadística dio a conocer los resultados del séptimo censo nacional que mostró que la población de la tercera edad poseía un alto grado de alfabetización. En 2020, alrededor de 37 millones de 60 años o más tenían al menos un diploma de educación secundaria, un ascenso de 20,85 millones desde 2010.
Para satisfacer la creciente demanda, el centro del adulto mayor del subdistrito de Maizidian, en el distrito de Chaoyang, en Beijing, ha incrementado sus clases de las 2 o 3 iniciales a 9.
«Los cursos incluyen coro, danza, caligrafía, inglés y teatro, todos ellos muy populares entre los adultos mayores», apuntó Zhang Yan, funcionario local. «Además de las clases regulares, tenemos otras como manejo de dispositivos electrónicos, maquillaje, moda y tácticas antifraude».
Zhang acotó que cada año académico admite a unos 200 estudiantes de forma gratuita. Agregó que la escuela recibe fondos públicos, unos 300 000 a 400 000 yuanes (41 000 a 55 000 dólares) anuales, para su funcionamiento.
Las materias presenciales están abiertas a menores de 70 años que vivan en Maizidian y gocen de buena salud. Para los que deseen asistir y no cumplan con las condiciones, se ofrece algunas opciones en línea, informó Zhang.
«Los cursos pueden ayudarles a pasar mejor de la vida laboral a la jubilación y a prevenir posibles depresiones tras su retiro», añadió.
Los estudiantes también pueden obtener «satisfacción espiritual, interacción social con sus compañeros y mejores relaciones con sus hijos», dijo.
Es probable que la demanda de formación continua crezca, ya que se espera que en los próximos 5 a 10 años muchos de los nuevos jubilados tengan un nivel educativo aún más alto y una mayor necesidad de realización espiritual.
Liu, residente en Huangshan, sostuvo: «Recibí el apoyo de mi marido y de mi hija. Me dijeron que no me sentiría sola con compañeros de mi edad. A mi esposo aún le quedan 2 o 3 años para jubilarse, así que será una buena opción cultivarme en la escuela cuando él no esté en casa».
En marzo del año pasado se creó en Beijing la Universidad de Mayores de China, un hito en la reforma y desarrollo de la educación para la tercera edad.
En abril del año pasado, había unos 76 000 colegios o escuelas para el segmento a nivel nacional, con más de 20 millones de alumnos, según la Asociación China de Universidades para Mayores.
Zhai Dehua, director del Instituto de Estadísticas sobre Envejecimiento e Investigación de Encuestas del Centro de Investigación sobre Envejecimiento de China, dijo que entre estos centros, más del 80 % pertenecen a organismos gubernamentales, y solo alrededor del 5 % a organizaciones sociales o empresas.
Sin embargo, no existen políticas, reglamentos o normas específicas para apoyar y supervisar instituciones privadas, lo que puede dificultar la participación de organizaciones sociales o empresas, acotó Zhai.
«Desarrollar la educación para la tercera edad es una forma positiva de enfrentar el envejecimiento, y el Gobierno puede seguir con el respaldo fiscal para la implementación de colegios inclusivos para adultos mayores», dijo.
En enero, el Consejo de Estado publicó una directriz que animaba a las entidades sociales a crear estos centros. Asimismo, pedía la creación de una plataforma estatal de servicio público para la enseñanza a la tercera edad y la reunión de recursos educativos y docentes.