China conmemora a víctimas de Masacre de Nanjing

En una solemne muestra de recuerdo, los ciudadanos de Nanjing cumplieron el viernes un momento de silencio mientras las sirenas resonaban en toda la ciudad, con motivo de la ceremonia conmemorativa nacional de China en memoria de las 300.000 víctimas de la Masacre de Nanjing.

A pesar del frío invernal, miles de personas vestidas con atuendos oscuros se reunieron en Nanjing, capital de la provincia de Jiangsu, en el este de China, con flores blancas prendidas al pecho, para participar en la ceremonia.

La bandera nacional de China ondeaba a media asta ante a la multitud, que incluía sobrevivientes de la masacre, estudiantes locales y amigos internacionales.

A las 10:01 horas, las sirenas comenzaron a sonar. Los conductores que recorrían el centro de la ciudad detuvieron sus vehículos, tocando la bocina al unísono, mientras que los peatones se detuvieron para guardar un momento de silencio en memoria de las víctimas.

Más de 80 jóvenes recitaron una declaración de paz y representantes ciudadanos tocaron la Campana de la Paz. En un conmovedor símbolo de esperanza, se soltaron palomas blancas, volando sobre la plaza del Salón Conmemorativo de las Víctimas de la Masacre de Nanjing por los Invasores Japoneses.

La Masacre de Nanjing ocurrió el 13 de diciembre de 1937 cuando las tropas japonesas capturaron Nanjing, la entonces capital de China. En el transcurso de seis semanas, asesinaron a aproximadamente 300.000 civiles chinos y soldados desarmados en uno de los episodios más bárbaros de la Segunda Guerra Mundial.

Hace una década, el máximo órgano legislativo de China designó el 13 de diciembre como el día nacional de conmemoración de las víctimas de las atrocidades.

Desde el día nacional de conmemoración de las víctimas de la Masacre de Nanjing del año pasado, seis sobrevivientes del trágico hecho han fallecido, dejando solo 32 sobrevivientes registrados que siguen vivos en la actualidad.

El Gobierno chino ha preservado los testimonios de estos sobrevivientes a través de documentos escritos y grabaciones de video. En 2015, estos registros se inscribieron en el Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO, lo que garantiza que las generaciones futuras recuerden este desgarrador capítulo de la historia.