spanish.china.org.cn | 29. 11. 2024 | Editor:Teresa Zheng | [A A A] |
Craso error: China libra una batalla en la cadena de suministro
Un reciente artículo de The New York Times señala que China libra una batalla en el tema de la cadena de suministro al sancionar a la empresa estadounidense de drones Skydio. Menciona además un editorial del Global Times titulado «US company sanctioned by China “cries out in pain,” tearing off American façade» (La firma estadounidense penada por China «grita de dolor» y se arranca la careta), pero no reconoce que dicha restricción radica en su participación en la venta de armas a la isla de Taiwán. Inventar términos para ejercer una hegemonía discursiva y etiquetar a otros países, incluida China, es una táctica típica de algunos medios y grupos de reflexión estadounidenses.
Por estos días, se celebra en Beijing la Segunda Exposición Internacional de la Cadena de Suministro de China (CISCE), con más de 620 empresas, instituciones y organizaciones internacionales, lo que supone un aumento del 20 % respecto a su edición del año pasado. Una característica notable de la presente entrega son los espacios conjuntos de compañías chinas y extranjeras.
Por ejemplo, Apple y sus proveedores chinos; la alemana Bosch y el fabricante chino de vehículos eléctricos Xpeng, junto con la minera Rio Tinto y el Grupo de Acero Baowu de China muestran su colaboración en la cadena industrial; y el gigante lácteo neozelandés Fonterra expone su cadena de suministro de agricultura ecológica junto a sus socios chinos. Está claro que estas firmas desean cooperar. Ninguna coincide con lo dicho por el The New York Times de una supuesta «guerra de cadenas de suministro».
La cadena de suministro surgió junto con la división y cooperación industrial mundial, sirviendo como una «enlace en el que todos ganan». El éxito de la CISCE es prueba fehaciente de ello. Tim Cook, director ejecutivo de Apple, participante de la feria, la elogió diciendo: «Creo que es una gran exhibición, una vitrina de la fuerza de la innovación».
De hecho, desde la década de 1990, la globalización económica ha galopado, reduciendo sustancialmente los costes de la colaboración multinacional. Muchas compañías han mejorado la cantidad y la calidad de las cadenas de suministro mediante la división mundial del trabajo, la subcontratación y la cooperación, maximizando ventajas comparativas de varios países, incrementando el empleo y mejorando el bienestar de la población.
Sin embargo, hay quienes, como Estados Unidos, han iniciado una «guerra de cadenas de suministro», transformándola en una «en la que todos ganan» a una de «bloqueo» y «confrontación». Esto ha causado interrupciones y daños en su funcionamiento, otrora sin problemas. Estos países consideran los déficits comerciales como «pérdidas», influyen a la fuerza en la opinión pública e intentan revertir el supuesto «comercio injusto» mediante la imposición de aranceles adicionales. El resultado final es que los consumidores pagan un precio más alto.
Otras pocas naciones sienten incomodidad y preocupación por el creciente estatus de China en esta materia, lo que les ha llevado a reforzar el control sobre tecnologías, recursos y eslabones esenciales. Politizan y militarizan artificialmente la cadena de suministro, promueven la «desvinculación», construyen «un patio pequeño y vallas altas» y abandonan la cooperación internacional a partir de la dotación de recursos y ventajas comparativas de los distintos países. Imponen la «desvinculación» de las cadenas de suministro de las multinacionales y recortan su propia dependencia de los productos chinos. Así, los costes institucionales de la cooperación en este ámbito aumentan sin cesar, socavando los beneficios originales de alta eficiencia y bajos costes, al tiempo que añaden cada vez más incertidumbre e inestabilidad.
La razón por la que la cadena de suministro se denomina «cadena en la que todos ganan» reside en el hecho de que no es una simple acumulación de eslabones independientes, sino más bien un sistema complejo estrechamente interconectado e interdependiente, formado a lo largo de mucho tiempo con la colaboración de varios países, empresas, talentos, tecnologías y normativas. Al igual que el esqueleto y el sistema nervioso del cuerpo humano son las piedras angulares de la vida, cada eslabón y componente de la cadena de suministro es una parte orgánica del funcionamiento normal de la economía mundial. Una vez dañada, se asemeja a un hueso roto o una articulación dislocada, y la dificultad de reparación supera con creces la pérdida superficial. Cuando la cadena de suministro mundial experimenta una «luxación» debido a interferencias políticas, muchas ventajas estructurales acumuladas durante largo tiempo dejan de existir. Aunque la provisión de ciertos productos o recursos puede reestructurarse, las profundas relaciones de cooperación formadas históricamente son difíciles de subsanar. Además, la ruptura de un solo eslabón puede causar una reacción en cadena y el aumento de riesgos sistémicos en la economía mundial.
La cadena de suministro pertenece al mundo, no a una sola empresa o país, y no debe utilizarse como un arma. En la era de la globalización económica, solo mediante la adhesión a la cooperación abierta en las cadenas industriales y de suministro mundiales podremos lograr un desarrollo beneficioso para todos. China se compromete a promover el establecimiento de un sistema económico mundial abierto y a mantener la estabilidad y el buen funcionamiento de estas cadenas. No es solo un participante y beneficiario de esta cooperación, sino también un firme defensor y constructor de la globalización económica. Quienes afirman que libra una «guerra de cadenas de suministro» se han equivocado de táctica.