spanish.china.org.cn | 29. 11. 2024 | Editor:Teresa Zheng | [A A A] |
El avance de la arena cede en el desierto de Taklimakan
En la prefectura de Hotan, región autónoma Uigur de Xinjiang,el desierto de Taklimakan, conocido como el «Mar de la Muerte», luce al jueves rodeado de un cinturón verde de unos 3046 kilómetros.
En Yutian, distrito ubicado en su extremo sur, se han plantado álamos, sauces rosados, saxaúl y otras plantas resistentes a la sequía en el tramo final de 10 metros de arena, de 100 metros de ancho. Así se concluyó la última sección de barrera verde de 285 km.
Con una superficie de 337 600 km2 y una circunferencia de 3046 km, el Taklimakan es el mayor desierto de China y el segundo a la deriva del mundo.
En 1978, el Gobierno central puso en marcha el Programa Forestal del Cinturón Refugio Tres-Norte, una iniciativa nacional de forestación, informó del Diario del Pueblo.
En 40 años, Xinjiang ha logrado un aumento gradual de la reforestación hasta formar un bloqueo de arena de 2761 km alrededor del desierto a fines de 2023. Sin embargo, el tramo final de 285 km entre los bordes sur y sureste del desiertodevino la parte más difícil de la tarea.
De acuerdo con las condiciones locales, la región aplicó estrategias científicas de control de la arena e integró recursos de diversas zonas, superando al mismo tiempo trabas administrativas entre distritos y ciudades.
«Para adaptarse a las características particulares, tomamos tres métodos: control de arena por ingeniería, control fotovoltaico y control biológico», precisó Deng Xiaobo, subdirector de la oficina de silvicultura y praderas de Hotan. «En zonas con recursos hídricos y edáficos abundantes, se prioriza el control biológico, con plantas resistentes a la falta de agua formamos una barrera contra la arena.
«En las regiones con fuentes hídricas escasas y alejadas de los oasis, se utiliza primordialmente el control fotovoltaico», acotó. «En zonas sin agua y donde las condiciones para la instalación fotovoltaica son inadecuadas, usamos la ingeniería como esquema a seguir».
Los grandes paneles solares en zonas desérticas no solo generan electricidad, sino también reducen la velocidad del viento en superficie, disminuyen la erosión eólica y estabilizan el suelo.
El terreno debajo de ellos puede utilizarse para plantas o cultivos adaptados al entorno, que ayudan a fijar la arena con sus raíces, logrando el triple beneficio de generación de electricidad, aumento de ingresos agrícolas y control de la arena.
«Tras la finalización del proyecto, la arena dejará de avanzar hacia el exterior a lo largo del borde del desierto, impidiendo su expansión», declaró a la Televisión Central de China LeiJiaqiang, investigador del Instituto de Ecología y Geografía de Xinjiang de la Academia China de Ciencias. «Puede garantizar la seguridad del oasis y de infraestructuras como ferrocarriles y carreteras».
TohtiRahman, director de la oficina regional de silvicultura y praderas de Xinjiang, apuntó que las medidas tomadas consolidarán la barrera de seguridad ecológica en el norte de China.