spanish.china.org.cn | 28. 11. 2024 | Editor:Teresa Zheng | [A A A] |
El Financial Times no solo debe una disculpa pública a DJI
Una reciente entrevista en video del Financial Times (FT) provocó una reacción violenta en las redes. La publicación titulada «¿Debería Estados Unidos prohibir los drones chinos?» presentaba un esquema ya conocido de fabricación y difusión de información errónea. Una fuente cercana afirmaba con confianza que la foto grupal de los empleados de DJI, tomada frente a la antigua sede de la Academia Militar Huangpu en una zona turística 4A en China, era una «prueba» de «entrenamiento militar» y demostraba que «DJI tiene vínculos con el ejército chino». Al 27 de noviembre, las imágenes continúan en el sitio web del medio, sin correcciones ni disculpas.
Desde una perspectiva profesional, verificar hechos básicos no es difícil. Solo requiere conocimientos y una comprensión simple de la historia china. El emplazamiento de la Academia Militar Huangpu es un lugar muy conocido en el país y siempre ha estado abierto al público como centro conmemorativo. El reciente encuentro de DJI tampoco era un secreto; y la foto que utilizó FT se publicó en su página oficial. Esto refleja que los prejuicios de algunas élites occidentales contra China han empeorado. Ven una imagen y, como si activaran un proceso automatizado, sus argumentos se insertan en el sistema, utilizando deliberadamente fragmentos de información para demostrar, en lugar de probar, sus suposiciones. Por eso muchos internautas son capaces de detectar inmediatamente algo «falso», mientras que los editores y periodistas de FT, con educación superior occidental, no parecen percibirlo.
Ciertos países occidentales llevan mucho tiempo difundiendo rumores y difamando a firmas chinas, como DJI. Indagan por «pruebas» que respalden las «acusaciones» y, cuando no las encuentran, las crean. Es ya un ecosistema.
En esta «fábrica de habladurías», llena de falsedades, Washington es el cerebro, y algunos medios de comunicación son los cómplices. Desde «amenaza a la seguridad nacional» y «robo de información de los estadounidenses» hasta «trabajos forzados», han dirigido todas las imputaciones posibles a DJI, pero sin aportar evidencias concretas. En octubre, DJI demandó al Departamento de Defensa de Estados Unidos, acusando al Pentágono de incluirla en la lista de «empresas militares chinas» con notorias pérdidas financieras como resultado. Hasta ahora no hay un descargo formal. Quizás no se atreve a un enfrentamiento público.
Hoy en día, las compañías chinas encaran numerosos obstáculos en sus negocios e inversiones en Estados Unidos y otros países occidentales. ¿Hasta qué punto esto se debe al freno intencional de políticos y a noticias irresponsables y sensacionalistas de los medios? A pesar de estos reveses, China ha mantenido su posición como mayor exportador mundial de drones civiles durante varios años consecutivos. En Estados Unidos, al menos 4 de cada 5 drones agrícolas son modelos de DJI. Además, sus productos son ampliamente utilizados por agentes de policía, bomberos y personal de rescate en diversos escenarios, con merecidos elogios por su rendimiento. Los legisladores estadounidenses han intentado en repetidas ocasiones, pero sin éxito, aprobar proyectos de ley para prohibir el uso de la marca, pero profesionales del sector incluso están dispuestos a comprar ellos mismos sus drones. Estos hechos ponen de manifiesto que la firma es segura y fiable.
Atrapados en sus propios «capullos de noticias» mientras señalan con el dedo a otros de lo mismo; de urdir información falsa mientras en realidad son ellos su fuente - es común entre ciertos medios occidentales. Albergan prejuicios contra una gran parte de las cosas en el mundo y solo están dispuestos a ver las partes que les conviene. Varias veces han ido contra la ética periodística y han difundido cosas falsas. Sin embargo, rara vez reflexionan y corrigen errores en consonancia con la profesionalidad que a menudo predican. Esta arrogancia es absurda y perjudicial. En este sentido, el FT no solo le debe una disculpa pública a DJI, sino también al público occidental.
Ya sea meticulosamente elaborados o burdamente creados, los datos faltos a la verdad no pueden alterar este hecho fundamental: China es el mayor exportador mundial de drones civiles y la principal fuente de tecnología. Los logros del ramo benefician al planeta y ofrecen avances que se comparten en el mundo. Con la rápida evolución de los drones y el desarrollo de la economía de baja altitud, rechazar los aportes de China significa favorecer el estancamiento. Hace poco, Elon Musk, director ejecutivo de Tesla, dio «me gusta» y reenvío el video de un enjambre de drones chinos, en lo que sería la tercera vez este año que expresa su admiración por estos dispositivos. Cada vez se reconocen más los beneficios de fomentar una competencia sana. Es hora de que algunos salgan de sus «capullos de noticias».