spanish.china.org.cn | 19. 11. 2024 | Editor:Teresa Zheng | [A A A] |
El G20 se centra en el desarrollo y los aportes del Sur Global
La XVIIII Cumbre del G20 se celebra en Río de Janeiro, Brasil, el 18 y 19 de noviembre. El presidente chino, Xi Jinping, declaró en la cita que China concederá a todos los países menos desarrollados con los que mantiene relaciones diplomáticas un tratamiento arancelario cero para el 100 % de las partidas. Previamente, indicó que el desarrollo debe situarse en el centro de la cooperación del G20. La acción coincide con el lema del encuentro de este año, «Construir un mundo justo y un planeta sostenible», establecido por Brasil, país que ostenta su presidencia. El anuncio es una señal de que la cumbre seguirá enfocándose en el desarrollo, lo que genera expectativas positivas en el mundo.
La reunión tiene tres temas centrales: combatir el hambre, la pobreza y la desigualdad; abordar el cambio climático con una transición justa; y reformar la gobernanza mundial. Dos de ellos están directamente relacionados con el desarrollo, lo que resalta un giro esencial en su seno en los últimos años, es decir, ha pasado gradualmente de ser una plataforma de consulta de emergencia ante crisis a un mecanismo de gobernanza eficaz y a largo plazo dedicado a promover un sistema económico mundial más justo, inclusivo y equitativo. Otro cambio histórico es que las voces del Sur Global suenan con más fuerza, reflejándose en mayores demandas. Muchos ciudadanos occidentales han tomado nota de esta inclinación.
Lograr la reforma no es tarea fácil. Especialmente en los últimos años, con el auge del unilateralismo y el proteccionismo, han aumentado las fricciones entre las partes, y los asuntos geopolíticos han acaparado con frecuencia el centro de atención, reduciendo el espacio para la cooperación pragmática en las plataformas multilaterales. Sin embargo, el G20 no ha ido en esa dirección. Ya en la Cumbre de Hangzhou de 2016, China, como país anfitrión, priorizó por primera vez el desarrollo, fomentando el giro, de cuestiones económicas a una amplia gama de temas, incluido el desarrollo. Esta tendencia continúa hoy en día. El entonces secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, elogió a China por llevar la cita a otro nivel de inclusión.
China ha incentivado esta conversión. Así, ha propuesto e impulsado agendas de vanguardia como la economía digital y la inteligencia artificial, al tiempo que ha presentado temas como las finanzas verdes. El país ha defendido sistemáticamente el verdadero multilateralismo, abogando por el respeto mutuo, la cooperación igualitaria y los resultados beneficiosos para todos, en pleno contraste con la interferencia del unilateralismo y el proteccionismo en el G20.
En la actualidad, la cumbre, aun cuando enfatiza asuntos económicos y de desarrollo, ha incrementado su interés en la construcción de un sistema de gobernanza mundial más equitativo y razonable. Esto le ha aportado mayor credibilidad y respaldo, así como dinamismo. El G20 nació de una crisis, pero no ha cedido como ella, ha crecido paulatinamente hasta convertirse en una plataforma de cooperación dedicada fundamentalmente a ellas. La razón de esta evolución es evidente: Coincide con los deseos de la gran mayoría de países, que es promover un futuro brillante de paz, seguridad, prosperidad y progreso.
El hecho de que el G20 mire hacia el desarrollo no solo ayuda a los países del Sur Global a avanzar, sino que también es favorable a sus pares desarrollados occidentales. La producción económica de sus miembros representa aproximadamente el 85 % del PIB mundial, y su volumen comercial el 80 %. Este grupo incluye tanto naciones desarrolladas prósperas como economías emergentes que crecen rápidamente. Observamos que incluso algunas voces de Occidente, a menudo sesgadas, han tenido que reconocer el rol sustancial de la organización, subrayando que debe darse prioridad al diálogo en su interior. Esta es la razón por la que China recalca en cada cita la necesidad de que el desarrollo prime y de apoyar y esforzarse para que este vuelva a ocupar un lugar privilegiado en la agenda internacional.
Desde Hangzhou hasta Río, el desarrollo sigue siendo el tema de mayor acogida en las cumbres del G20. Lograr un mayor consenso y resultados tangibles en esta plataforma crucial de cooperación económica internacional es lo que todas las partes y los pueblos en general anhelan.
Ya se trate de aliviar las tensiones en la cadena industrial y de suministro, los efectos negativos del unilateralismo y el proteccionismo, o los efectos del retraso en la reforma de la gobernanza mundial sobre el desarrollo del Sur Global, la cumbre del G20 ofrece una valiosa oportunidad para el debate. Todos deben aprovechar esta ocasión, presentar medidas más pragmáticas y trabajar para conseguir frutos palpables.