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spanish.china.org.cn | 15. 11. 2024 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

Los chinos en el Perú: 175 años de integración

Palabras clave: China, Perú, integración
Spanish.china.org.cn | 15. 11. 2024

A primera vista, el barrio chino en Lima, Perú, parece similar al de otras partes del mundo, bulliciosas calles salpicadas de faroles rojos y arquitectura de estilo pagoda, pero la sorprendente diferencia es que los rostros chinos son escasos entre la multitud.

«Eso es porque los chinos son los dueños», dice Andrea Janampa, detrás del mostrador de una tienda de té de bolas de tapioca. Su marido, Steven Lu, propietario del negocio, representa a la moderna comunidad empresarial chino-peruana.

La pareja se conoció hace 12 años en Perú, cuando Lu era agente comercial en Yiwu, provincia de Zhejiang, y Andrea importaba mercancías. Dos años y cuatro tiendas después, crearon un próspero comercio de venta de aperitivos y bebidas asiáticas en esta zona de la capital.

A unas manzanas de distancia, la historia de Liu Xiaoyi ofrece otra perspectiva de la experiencia chino-peruana. Llegó al vecindario con sus padres a los 10 años, pero decidió quedarse cuando ellos regresaron a China.

Ahora, casada con un peruano y con una hija tusan (peruana de ascendencia china), trabaja en un supermercado local llamado Lucky desde hace más de una década.

«Recibimos de dos a tres contenedores de productos chinos al mes. Tanto a los clientes locales como a los chinos les encantan», afirma.

La presencia de empresas como Lu's y en la que labora Liu refleja un viaje extraordinario que comenzó hace más de 400 años, cuando los chinos se establecieron por primera vez en el país andino.

En la actualidad, Perú cuenta con una de las mayores comunidades chinas de América Latina, que representa aproximadamente el 10% de su población total.

Al celebrarse el 175 aniversario de la primera gran llegada de chinos a Perú, el 1 de febrero ha sido designado el Día de la Fraternidad Perú-China.

La primera gran ola migratoria llegó en 1849, cuando 75 trabajadores contratados arribaron al puerto del Callao. Aquellos primeros migrantes, procedentes principalmente de la provincia de Guangdong, laboraron en proyectos como la construcción de ferrocarriles y ciudades, la minería y el desarrollo agrícola. Su legado perdura en el éxito de los modernos comerciantes chinos peruanos.

«Ahora hay un millón de migrantes chinos y chinos de ultramar haciendo negocios en Perú», dijo Lu. «Desde sus humildes comienzos, han logrado prosperar gracias a la frugalidad y al trabajo duro. La generación anterior se esforzó por crear mejores condiciones de vida para sus descendientes de segunda, tercera o cuarta generación».

La historia de Choy, cajera de la tienda de Lu, ejemplifica ese progreso generacional. Tras vivir en el país más de 20 años, Choy, que solo quiso ser identificada por su apellido, ha enviado a la universidad a su hijo y a su hija tusan.

Andrea, la esposa de Lu, dijo: «Eso es lo que he aprendido de la cultura china: a esforzarte siempre para ofrecer una vida mejor a tus hijos».

Otra razón por la que rara vez se ven rostros chinos en el barrio chino de Lima es quizá porque los chinos se han casado con indígenas y con descendientes de europeos, africanos, así como de japoneses y coreanos en Perú.

Hoy en día, aunque es difícil identificar la herencia china de muchos peruanos solo por sus apellidos o su aspecto, estos mantienen una clara conciencia de su ascendencia.

«Aunque los migrantes de segunda y tercera generación pueden ser más ricos, siguen manteniendo en su esencia excelentes cualidades chinas como la austeridad y la diligencia», anota Lu.

Durante las festividades, en especial el Año Nuevo chino, la asociación de empresarios local organiza banquetes y danzas del león, y sigue tradiciones chinas como la distribución de sobres rojos. Estos actos reúnen por igual a migrantes de la primera generación, a los más recientes y a los tusanes.


Amplia influencia

La influencia de la comunidad china no se limita a la economía. El país registra una tasa de participación política de descendientes de chinos más alta que cualquier otra nación latinoamericana, y muchos de ellos ocupan puestos destacados como la presidencia del Congreso o el de primer ministro.

Desde los primeros trabajadores contratados hasta los actuales líderes empresariales y figuras políticas, la comunidad chino-peruana ha contribuido a dar forma al Perú moderno, manteniendo su identidad cultural a pesar de generaciones de cambio.

La integración cultural es quizá más visible en el paisaje culinario. El país cuenta con unos 50 000 restaurantes chinos, conocidos localmente como “chifa”, la mitad de los cuales se encuentran en Lima. Platos chinos como el chaufa (arroz frito), el sijaukay (pollo con salsa de soja) y el wantan (wonton) se han convertido en básicos de la cocina peruana.

Aunque el histórico barrio chino tenga menos residentes chinos que antes, sigue vibrando con sus actividades comerciales.

«Muchos lugareños vienen a comprar al por mayor. Poco a poco van surgiendo nuevos barrios chinos en otras zonas», destaca Liu, quien labora en el supermercado Lucky.

De cara al futuro, empresarios como Lu siguen innovando. «Actualmente importamos productos asiáticos y esperamos traer más alimentos chinos», adelantó. «Los alimentos chinos son muy populares ahora en Perú. En mi tiempo libre, hago transmisiones en directo para promocionarlos entre los jóvenes peruanos».