spanish.china.org.cn | 31. 10. 2024 | Editor:Lety Du | [A A A] |
Métodos complejos y fiables para rastrear la población de pandas salvajes
El éxito de la tarea de conservación del panda gigante en China ha resultado en la reducción del riesgo de extinción desde “en peligro” a “vulnerable” en 2016, y en el crecimiento constante de su población en libertad, de unos 1100 ejemplares en la década de 1980 a casi 1900 el 2023.
En este contexto, amantes de la especie en todo el mundo han aplaudido el aumento en número de este tesoro nacional de China.
Sin embargo, un artículo publicado en The New York Times a principios de este mes expresaba algunas preocupaciones. Citando comentarios realizados por expertos en 2006 y 2010, afirmaba que los métodos utilizados por China para el estudio de pandas salvajes «no eran los ideales» y que el país «mantiene su enfoque de investigación en secreto».
Los especialistas chinos respondieron señalando que evaluar su población no es una labor fácil, aunque se emplean diversas técnicas complejas y fiables para mejorar la precisión del recuento. Además, existen 4 censos desde la década de 1970, y el más reciente se completó en 2015, un lustro después de los comentarios de 2010 citados por el medio.
«La evaluación de su población es un reto en el estudio de la conservación de la vida salvaje, especialmente en el caso de animales que viven en bosques, como los pandas gigantes, que a menudo son difíciles de observar y contar directamente, y solo es posible el análisis mediante la recopilación de información relevante de rastreo», explicó Xu Weihua, vicepresidente del Instituto de Parques Nacionales.
La superficie nacional protegida para el hábitat del panda gigante ha pasado de 1,39 millones de hectáreas en la década de 1980 a 2,58 millones en la actualidad.
La creación del Parque Nacional del Panda Gigante en 2021, en las provincias de Sichuan, Shaanxi y Gansu, garantiza la protección de cerca del 70 % de su entorno. Gracias a un cuidadoso seguimiento, el número de pandas capturados en cámaras y en libertad ha aumentado, según la Administración Nacional de Bosques y Pastizales.
En el tercer estudio nacional sobre la especie, que comenzó en 1999, y en el cuarto, en 2011, los científicos establecieron líneas de trabajo cada 2 kilómetros cuadrados en zonas clave de su área de distribución. En los lugares donde hay menos, se fijaron en cada 6 kilómetros cuadrados.
«Se trata de una recolección de información de alta intensidad. Los analistas juntaron datos sobre heces y marcas de mordeduras, y utilizaron procedimientos de diferenciación de distancias y marcas de mordeduras para un estudio exhaustivo con el fin de dar con su población a nivel nacional», precisó Xu, y agregó que ambos métodos son válidos científicamente y son eficaces para realizar este tipo de sondeos.
El término «marcas de mordeduras» alude a los fragmentos de tallos de bambú no digeridos que se encuentran en las heces de los pandas.
La técnica de diferenciación por distancia consiste en calcular el intervalo entre los puntos de rastreo obtenidos durante los estudios de campo, como heces, huellas y pelaje, para determinar si proceden del mismo panda, confirmando así el número de ejemplares en el área.
En cuanto al recuento, Xu dijo: «Los pandas gigantes son animales solitarios y, salvo durante los periodos de apareamiento y migración estacional, sus movimientos dentro de un marco temporal específico son limitados y estables. Al dar con su distribución y la capacidad de dispersión, podemos confirmar si los puntos de rastreo pertenecen al mismo panda. Si la longitud entre dos puntos supera el rango de actividad normal de uno de ellos, se puede concluir preliminarmente que existe más de uno en la zona».
Cuando la distancia cae dentro del rango de actividad potencial de un solo panda, puede aplicarse una identificación adicional mediante la distinción de marcas de mordeduras para incrementar la exactitud del censo.
«El 99% de la dieta de un panda gigante consiste en bambú, que no puede digerir completamente..... Debido a las variaciones digestivas individuales, puede haber diferencias en el número medio de marcas de mordeduras en las heces», acotó Xu.
«Comparando características como la longitud de las marcas de mordedura, podemos establecer si las heces de una zona pertenece al mismo panda», añadió.
En el artículo de The New York Times, algunos expertos extranjeros proponían utilizar cámaras de infrarrojos y análisis de ADN para el estudio poblacional.
Sin embargo, sus pares chinos han argumentado que, debido a la apariencia similar de los pandas, es difícil separarlos solo examinando dichos dispositivos. Además, el análisis de ADN requiere heces frescas, lo que resta practicidad a las operaciones a gran escala y no refleja su número total en el país.
«Los métodos de estudio utilizados por los investigadores chinos cuentan con un diagrama de flujo del proceso y una técnica de cálculo completos, y actualmente son los más fiables entre las opciones existentes», afirmó Xu.
«También exploramos nuevas tecnologías para verificar su población y la identificación individual. Con los nuevos adelantos, sobre todo en el uso de la inteligencia artificial, los grandes datos y equipos de punta, los estudios a futuro serán más eficientes y su recuento aún más certero», puntualizó.