spanish.china.org.cn | 01. 10. 2024 | Editor:Teresa Zheng | [A A A] |
China avanza tras 75 años escribiendo un nuevo capítulo con fructíferos resultados
Por Jorge Fernández
Los chinos, unidos codo a codo, al igual que los bloques de la Gran Muralla, forman una obra monumental fuerte, sólida, unida y capaz de repeler cualquier ataque y sortear cualquier adversidad.
En los próximos años, décadas quizás, el momento que vive hoy China a partir de su fundación, el 1 de octubre de 1949, será registrado como un periodo de prosperidad inédita enmarcado en sus 5 mil años de historia. El progreso de China ha sido un hito en la historia de la humanidad, pero, por encima de esto, los éxitos cosechados por los chinos resultan vitales no solo en lo material sino en lo espiritual para el avance y desarrollo del mundo.
En estos 75 años de historia, el país reconoce que ha tenido tropiezos en su camino hacia la modernización nacional. Es gracias a esos enredos y a la práctica del análisis y autoanálisis, que el país ha salido avante y ha aprendido valiosas experiencias, útiles todas para acelerar el desarrollo y construcción socialista. Para muestra basta un botón: la República Popular China ha pasado desde su fundación de ser una de las economías más pobres y se ha consolidado hoy como un motor y conductor del crecimiento mundial.
¿Qué formula ha empleado este país? ¿Cómo ha logrado convertirse en una potencia científica y tecnológica en ascenso? Sin lugar a dudas, la respuesta parcial a esa pregunta está en la dirigencia nacional, enmarcada bajo el Partido Comunista de China, que ha llevado de la mano a su numerosa población por el camino correcto. En medio de la devastadora pandemia de COVID-19, China desafió todos los obstáculos y, contrario a lo que se decía, erradicó la pobreza extrema en todo el país.
Sin una dirigencia entregada a la causa nacional, en donde al tiempo que se fortalecen las instituciones del país se eleva la dignidad y el orgullo de pertenencia de una nación, ningún milagro hubiese sido posible. Habrá que agregar, sin restar mérito a las generaciones de líderes comunistas, que hay otra parte en esta fórmula, que hace posible el éxito cosechado por la nación china: los chinos, 1. 400 millones de personas, unidas codo a codo, que al igual que los bloques de la Gran Muralla, forman una obra monumental fuerte, sólida, unida y capaz de repeler cualquier ataque y sortear cualquier dificultad.
Solo aquel que ha pasado por aquí puede dar testimonio del amor, cariño y respeto que los chinos tienen por la defensa, por el respeto, por el cuidado y por la conservación de la patria. Los chinos aman a las instituciones nacionales y se someten a los designios institucionales, confiados y seguros de que la dirección que se les dicte los llevará por el camino del progreso, la satisfacción y la felicidad. La unidad y el sentido de pertenencia, orgullos del pueblo chino, son valores inmateriales que han hecho posible los milagros acometidos por China. ¡Los chinos no han dejado de trabajar por la construcción del Estado!
Quizás hoy a ojos del mundo China disfruta de un momento de prosperidad apuntalado por sus éxitos políticos, económicos, científicos y tecnológicos. Pero esta escena no siempre ha sido así. Hace 75 años, cuando el presidente Mao Zedong proclamó el renacimiento del país, la Nueva China, prevalecía una gran precariedad en todos los sentidos. La alimentación era restringido y la marginación material se extendía por todos lados. Pese a la austeridad y carencia, el pueblo chino, de la mano de su dirigencia nacional, contaba con el entusiasmo, el orgullo, la vitalidad y el corazón para comenzar la construcción del nuevo Estado.
Hoy el mundo da testimonio de los resultados arrojados por esas primeras generaciones de patriotas chinos, que con muy poco en las manos, creyeron en las instituciones del Estado, en el Partido Comunista de China, y trabajaron por la materialización de un sueño. Tras 75 años de esfuerzos incansables, hoy son los mismos abuelos, sus hijos y nietos los que dan un testimonio de aquellas primeras semillas que sembraron. El milagro chino no es una historia impresa en un libro de texto. Es, por encima de todo registro, un hecho que se vive y se atestigua cada día que pasa, y tres generaciones de chinos lo han visto y comprobado a lo largo de estas más de siete décadas.
El momento de prosperidad y desarrollo que China hoy tiene cuenta, al igual que en el pasado, con la gobernación científica de la dirigencia comunista y con un fervoroso espíritu de construcción y confianza plena en el futuro. El pueblo chino no está dormido en sus laureles. Por el contrario, sabe que el camino por recorrer aún es largo y trabaja diligentemente para sortear atolladeros y para construir las instituciones de un país socialista, tan unido como aquel fundado hace 75 años.
China es hoy por hoy la segunda economía del planeta, y la vitalidad con el que su desarrollo cuenta genera prosperidad a nivel global. La Iniciativa de la Franja y la Ruta propuesta por China ha materializado inversiones que llegan casi al billón de dólares. El Banco Mundial ha reconocido que este proyecto, iniciado por China pero reconocido como un bien en aras de la humanidad, sacará de la pobreza a cerca de 40 millones de personas en los países socios para 2030. Las condiciones de vida de China han mejorado y su dinamismo irriga un espíritu emprendedor y de cambio por todos los rincones del planeta.
Las instituciones del país, a su vez, reconocen la participación de todos y cada uno de los chinos, de sus grupos étnicos, de sus regiones e incluso de los extranjeros en la construcción del socialismo con peculiaridades chinas. El 30 de septiembre, solo por citar un ejemplo, el presidente Xi Jinping, y los líderes del Estado, rindieron un homenaje en el Monumento a los Héroes del Pueblo de la Plaza de Tian’anmen, con motivo de la celebración del Día de los Mártires. El país tiene memoria y tiene presente a todas aquellas figuras, anónimas y no anónimas, que han hecho contribuciones altruistas y desinteresadas por la patria china.
Hoy no es un día cualquiera. Hoy China cumple 75 años años de éxitos, progresos, unidad, estabilidad y una confianza ciega en que el futuro, de la mano de la dirigencia comunista, será mejor. ¡Feliz cumpleaños China!