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spanish.china.org.cn | 19. 09. 2024 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

La Comisión Europea debe escuchar las voces de China y Europa

Palabras clave: Europa, Comisión Europea, VE
Spanish.china.org.cn | 19. 09. 2024

El ministro de Comercio chino, Wang Wentao, de visita en Europa, mantendrá conversaciones con el vice presidente ejecutivo y comisario de Comercio de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, el 19 de septiembre, acerca de las “crecientes tensiones comerciales entre China y la UE”.

En el bloque han aumentado recientemente los llamados a las negociaciones para resolver el tema de los aranceles adicionales sobre los vehículos eléctricos (VE) chinos. Algunos medios de comunicación analizan que, en comparación con hace unas semanas, su votación ya no es algo seguro.

Muchos países europeos quieren solucionar la cuestión a través del diálogo y la consulta. Antes de llegar a Bruselas, Wang estuvo en Italia y Alemania. Berlín declaró que el paquete de soluciones propuesto por China sentaba una buena base para el siguiente paso de las conversaciones, y pidió a la Comisión Europea responder de forma constructiva; Italia también expresó su esperanza de que las dos partes puedan alcanzar un arreglo mediante el diálogo y la consulta. Anteriormente, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, antes de finalizar su visita a China, pidió al bloque reconsiderar los gravámenes. Países como Suecia y Hungría ya han señalado públicamente su oposición. Al parecer, muchos Estados miembros han mostrado gran interés por el compromiso de precios presentado por Beijing.

Respecto al tema, China ha mantenido una postura sincera y ha presentado soluciones flexibles. La industria china también ha hecho lo propio con medidas pragmáticas. Sin embargo, la parte europea afirma que está dispuesta a dirimir el problema sentándose a la mesa, mientras sigue rechazando las propuestas sin ninguna acción concreta de vuelta, además no muestra voluntad política hacia las consultas.

No solo China está decepcionada con esta actitud, los Estados comunitarios también revelan descontento. Múltiples fuentes insinuaron a los medios que varios de ellos han apuntado dudas sobre “el rechazo de Bruselas a una serie de soluciones chinas”.

La actitud de la Comisión Europea de ignorar, resistir y oponerse a los esfuerzos de China en este sentido no es algo nuevo; ha venido sucediendo durante todo el proceso de la investigación antisubvenciones sobre los VE chinos. De ello surge la pregunta de si el bloque es transparente en este tema o posee segundas intenciones y no pretende realmente “buscar la equidad comercial” o “proteger la competitividad de las empresas europeas” desde el principio, sino “condenar” a las firmas chinas con una “presunción de culpabilidad” antes de llegar a una conclusión objetiva y verdadera.

El informe Global EV Outlook 2024 publicado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) señala que las ventas mundiales de VE sumarían 17 millones este año, esto es más del 20 % del total de ventas de autos. Su director ejecutivo, Fatih Birol, sostuvo que la revolución de los VE parece prepararse para una nueva fase de crecimiento.

La ola de inversiones en la fabricación de baterías indica que la cadena de suministro avanza para cumplir los ambiciosos planes de expansión de los productores del rubro. Como resultado, se espera que la cuota de VE en las carreteras siga en aumento.

En esta coyuntura crítica, el mundo sigue de cerca la posición que adoptará la parte europea, defensora desde hace tiempo del libre comercio y las energías limpias, en relación con los VE chinos en su territorio, qué decisiones tomará y cuáles serán sus consecuencias.

Según datos de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, el desarrollo de los VE en el bloque no ha estado a la altura de las expectativas. La cuota de mercado bajó del 14,16 % en 2023 al 12 % en 2024, y menos del 30 % de los consumidores europeos afirma tener intención de compra.

Esto ha perturbado el ritmo normal de su transición ecológica, ha frenado el entusiasmo del comprador y ha reducido el tamaño de su mercado. En cambio, los países del Sur, como Vietnam, Tailandia, Brasil, Indonesia y Malasia, pasan por un vertiginoso salto en su demanda.

Estos encaran menos complejidades geopolíticas, lo que les permite avanzar con mayor libertad. Algunos expertos comunitarios han anotado que Europa necesita los VE chinos para revertir esta situación, revitalizar su mercado y animar a los productores del sector a hacer suya la transición.

La imposición de aranceles adicionales perjudicará la cooperación comercial y de inversión entre China y la UE. Esto no es algo que venga de China o que lo desee. No obstante, si la parte europea insiste en seguir por dicha senda, China tomará las medidas necesarias para defender los derechos e intereses legítimos de sus empresas e industrias.

El país ha dejado claro este punto en repetidas ocasiones. Aún queda mucho tiempo para solucionar este impase, pero la clave yace en que Bruselas abandone la mentalidad de “ganar-perder” y vuelva a la esencia de las relaciones económicas e industriales con China para evaluar objetiva y racionalmente los pros y los contras de los VE chinos y el vínculo más amplio de ambos.