spanish.china.org.cn | 13. 09. 2024 | Editor:Teresa Zheng | [A A A] |
El "gran giro" de Sánchez no sorprende
El miércoles, frente a la pregunta sobre los aranceles de la UE a China, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, afirmó que Europa “tiene que reconsiderar” esta decisión. Esta “insólita” declaración captó la atención general y fue considerada un “gran giro” en la posición de España en el tema, para sorpresa de algunos en las capitales europeas y en Bruselas. Sin embargo, cabe señalar que tras su visita a China, donde Sánchez conoció a profundidad el avance de las empresas chinas y la filosofía de desarrollo nacional, el cambio de pensamiento no sorprende en absoluto.
El ibérico realizó los comentarios durante una rueda de prensa tras recorrer el Parque Industrial Kunshan España Mondragón, en la provincia de Jiangsu. Sus observaciones parten de conclusiones extraídas de su evaluación in situ, y por ello llevan un gran poder de persuasión. Es evidente que el desarrollo de los vehículos eléctricos (VE) chinos le impresionó. Al hablar de su breve experiencia de conducción, apuntó que la tecnología era “claramente avanzada” y sugirió que algunos fabricantes europeos de renombre deberían aprender de sus pares chinas, añadiendo: “No necesitamos otra guerra comercial”. Además, resaltó en repetidas ocasiones la cooperación con China, no limitada a la relación con España, sino extendida a la Unión Europea. Alemania, que mantiene una amplia colaboración con China en el sector automotor, no tardó en expresarle su apoyo, afirmando: “Compartimos la dirección a seguir”.
Esto ilustra una verdad muy simple: las oportunidades de desarrollo suelen aparecer de la interacción y no del aislamiento. Si las élites políticas europeas pueden ver de primera mano los nuevos VE chinos, escuchar sin prejuicios de los adelantos tecnológicos de la voz de firmas chinas y observar el compromiso del país con la cooperación abierta y el progreso mutuo, probablemente no sentirían “sorpresa” por la nueva postura de Sánchez. Su punto de vista refleja las aspiraciones comunes de los países europeos que desean reforzar la cooperación con China. Esta perspectiva realista y racional merece ser difundida en el mundo.
Durante la estadía del gobernante español, el 9 de septiembre se hizo público en Bruselas un informe sobre la competitividad económica del bloque, presentado por el expresidente del Banco Central Europeo Mario Draghi. El documento lleva por título “El futuro de la competitividad europea”. Se puede precisar que el reporte muestra la ansiedad del Viejo Continente por verse rezagado respecto a Estados Unidos y China en la carrera tecnológica, en lugar de centrarse en los “retos que plantea China”. Es así que propone reformas radicales para revitalizar la economía europea. Creemos que uno de los principios subyacentes de las mismas debe ser el descarte de la idea errónea de hacerlo mediante el proteccionismo.
Actualmente, tanto China como Europa requieren de una transición energética, y el panorama industrial mundial atraviesa una nueva ronda de reorganización. Ante las nuevas oportunidades y desafíos, ambas poseen ventajas propias, por lo que deben trabajar juntas para forjar un nuevo camino de beneficio mutuo y cooperación beneficiosa para todos. China siempre ha abordado este asunto con sinceridad y expectación. El 10 de septiembre, el Ministerio de Comercio expresó su voluntad de seguir consultas con la UE para resolver las disputas comerciales. Aunque llegar a un acuerdo es un reto, la parte china considera que mientras la UE demuestre sinceridad y se encuentre con ella a mitad de camino, las preocupaciones mutuas pueden solucionarse mediante consultas.
Casi simultáneamente a la visita de Sánchez, el primer ministro noruego, Jonas Gahr Støre, también estuvo en el país. Este reiteró que Noruega no impondrá aranceles más altos a los VE chinos. Anteriormente, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y una delegación de Irlanda estuvieron en el país. Algunos analistas opinan que las frecuentes visitas de políticos de alto nivel de los Estados miembros de la UE indican claramente el no deseo de una guerra comercial con China.
Dicha actitud no es minoritaria. De hecho, la Comisión Europea ha revisado algunos derechos o rebajado los aranceles finales propuestos, lo que alude una fuerte resistencia dentro de Europa. Incluso la decisión de Estados Unidos de imponer gravámenes en el marco de la Sección 301 se ha pospuesto varias veces debido a la oposición de múltiples industrias durante las consultas. Aunque esto difiere del planteamiento europeo de aranceles, la lógica subyacente es similar: Las medidas proteccionistas no solo son difíciles de aceptar en el exterior, sino que también encaran rechazo, por lo que en última instancia no pueden mantenerse fácilmente.
Esperamos que Europa pueda ver el desarrollo chino en campos como los VE de forma objetiva y racional, centrándose en resolver los problemas en lugar de encubrirlos. Alentamos un enfoque de colaboración para explorar soluciones razonables a estas cuestiones. China persiste en su posición hacia el diálogo y la consulta. Las voces racionales de España y Alemania deberían servir de referencias de peso para la toma de decisiones en Bruselas.