La cooperación China-África en ecología va a más

La cooperación verde es uno de los temas más esperados de la Cumbre 2024 del Foro de Cooperación China-África (FOCAC). En primer lugar, el Diálogo China-África sobre Medio Ambiente y Cambio Climático y la posterior publicación de la Iniciativa sobre el Fortalecimiento de la Cooperación China-África para un Desarrollo Verde y Sostenible causaron un amplio debate. Poco después, durante las reuniones con el presidente Xi Jinping, los líderes de varios países africanos, entre ellos Sudáfrica, Kenia y Zimbabue, expresaron su satisfacción por el avance de la colaboración en campos como las nuevas energías. En una declaración conjunta, China y Sudáfrica anunciaron además la organización conjunta de las Conferencias de Inversión en Nuevas Energías de las cámaras o asociaciones de comercio de ambas partes.

El avance en el rubro no solo forma parte de las ocho grandes iniciativas y los nueve programas implementados por China y África en el marco del FOCAC, sino que también es un área clave de cooperación de alta calidad entre ambas partes en la Franja y la Ruta. África posee abundantes recursos energéticos renovables, como la energía eólica, solar y geotérmica, lo que permite abordar la escasez de energía en la región mediante el desarrollo ecológico.

La experiencia y la asistencia de China en esta materia también pueden contribuir a hacer realidad esta visión. Desde la central geotérmica de Sosian, en Kenia, hasta el complejo solar de NOOR, en Marruecos, pasando por la central hidroeléctrica de Caculo Cabaça, en Angola, conocida como el “Proyecto de las Tres Gargantas de África”, los proyectos de energía verde en el marco del FOCAC no solo han aumentado el suministro eléctrico en los países africanos, reforzado la seguridad energética y reducido la dependencia de importaciones de energía tradicionales, sino que también han mitigado los efectos del cambio climático en la región y en todo el mundo.

Las “boda-bodas” eléctricas (mototaxis) ilustran este tipo de cooperación. Por su flexibilidad, comodidad y precio relativamente bajo, las motocicletas son un medio de transporte fundamental para muchos africanos.

Con el auge de estos servicios, el mercado africano de motocicletas crece a un ritmo acelerado. Las unidades “Hechas en China”, con su rendimiento y precio adaptados para el entorno local, se alinean con la tendencia de fomentar la movilidad eléctrica en muchos países africanos y son muy bien acogidas por sus habitantes.

Los datos muestran que para 2027 el rubro en el continente podría llegar a los 5070 millones de dólares. Las prometedoras perspectivas han impulsado a muchas empresas africanas a colaborar con sus pares chinas en su producción y venta.

Este es otro caso de la sinergia natural entre el “Hecho en China” y la demanda local.

“En lugar de apoyo práctico, África ha recibido lecciones sobre conceptos occidentales de derechos y democracia por instituciones occidentales. China, en cambio, ha sido un verdadero amigo para sus países”. ¿Por qué los amigos africanos pasan por un contraste tan marcado? Porque, como países en desarrollo, junto con China comparten una profunda empatía por la dignidad nacional, la independencia y el deseo de superación. China nunca adopta una actitud condescendiente para decirles lo que deben hacer. La cooperación se centra en requerimientos prácticos actuales y retos de desarrollo a largo plazo.

Así, la iniciativa africana de la “Gran Muralla Verde”, propuesta en 2007 por la Unión Africana, se inspiró en el “Programa Forestal de los Tres Refugios del Norte” de China. Para ayudar a África a combatir la desertificación, China ha organizado talleres especializados y sesiones de formación técnica, enviando expertos para formular planes sobre el terreno. Gracias a los esfuerzos conjuntos, el proyecto ha logrado resultados notables.

El ramo ecológico ha sido uno de los principales hitos de la cooperación bilateral. Hasta la fecha, China ha firmado 19 memorandos de entendimiento de cooperación Sur-Sur sobre cambio climático con 17 países africanos, y los departamentos de medio ambiente de 7 países africanos se han unido a la Coalición Internacional de Desarrollo Verde de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.

China ha implementado cientos de iniciativas de energía limpia y desarrollo verde en África. Desde 2021, ha participado en la construcción de más de 120 obras. Planes de mitigación y adaptación al cambio climático, zonas modelo de bajas emisiones de carbono y parques eólicos, centrales hidroeléctricas y fotovoltaicas se han convertido en ejemplos de esta unión.

La razón de su prosperidad reside en última instancia en el hecho de que China y África han aprovechado la oportunidad histórica de la nueva ronda de revolución tecnológica y transformación industrial, y tienen el impulso inherente para expandir nuevas fuerzas productivas en áreas clave como las nuevas energías.

La vitalidad de esta colaboración no apareció de improviso, ni avanzó de la noche a la mañana. El entusiasmo de África por la cooperación en la capacidad de producción de nuevas energías es una manifestación de su búsqueda positiva de desarrollo. La cooperación con China es una de las vías para promover en conjunto la modernización, así como un plan de acción apropiado.