spanish.china.org.cn | 05. 08. 2024 | Editor:Lety Du | [A A A] |
Occidente debe respetar el desarrollo y los avances de China
En la madrugada del domingo, hora de Beijing, en la final individual de tenis femenino de los Juegos Olímpicos de París, Zheng Qinwen, de 21 años, derrotó a su oponente, haciendo historia en el tenis chino y ganando la primera medalla de oro para una atleta china e incluso asiática en el evento olímpico de tenis. Anteriormente, el jueves, en la final masculina de 100 metros libres (natación), Pan Zhanle estableció un nuevo récord mundial y ganó el campeonato con un asombroso tiempo de 46,40 segundos.
Los atletas chinos han ganado sucesivamente medallas de oro en natación, tenis y otros deportes que fueron dominados en gran medida por Occidente en el pasado, lo que representa la mejora general del nivel deportivo competitivo de China. De hecho, han sido necesarias varias generaciones de atletas para que el equipo de natación chino alcance y supere a los poderosos equipos occidentales.
Hoy, los miembros del equipo chino de natación tienen más confianza en sí mismos y son más maduros. Estos avances no sorprenden en absoluto. Del mismo modo, el progreso del tenis chino es obvio para todos. Además de Zheng Qinwen, Wang Xinyu y Zhang Zhizhen también ganaron la medalla de plata en dobles mixtos de tenis, lo que demuestra que el tenis chino ha pasado de los "avances individuales" a los "avances colectivos".
El sobresaliente rendimiento de los atletas chinos también refleja el crecimiento de la fuerza nacional integral de China.
Como todos sabemos, en el deporte de competición entran en juego la forma física y las habilidades de los atletas. También es una competición global que integra la nutrición, la ciencia del deporte, la ciencia de la fabricación y otras disciplinas.
Según un estudio de la Asociación Británica de Tenis sobre Hierba, formar a un tenista profesional de los 5 a los 18 años puede costar más de 300.000 dólares. Lo mismo ocurre con la natación. En cuanto a las instalaciones, las piscinas se han popularizado en los países occidentales desarrollados desde hace mucho tiempo, mientras que los países en desarrollo empezaron mucho más tarde. Por eso, la cadena británica BBC citó a un experto diciendo que Zheng Qinwen puede ser "el mejor poder blando que tiene China".
Los avances de China en el campo deportivo tienen un impacto significativo, es decir, en los eventos deportivos internacionales a gran escala, ganar medallas de oro ya no es exclusivo de los países desarrollados. Los países del "Sur Global" participan cada vez más y se hacen notar, llegando incluso a figurar entre los primeros del mundo. De hecho, esta tendencia promueve que el movimiento olímpico sea realmente más "internacional".
Como era de esperar, ante el extraordinario rendimiento y la trascendencia de los jugadores chinos, algunos occidentales se sintieron abrumados y mostraron su paranoia y estrechez de miras. El entrenador de natación australiano Brett Hawke ha sido uno de ellos.
Después de la carrera de los 100 metros libres, dijo en un vídeo: "Eso no es real, no se gana a ese grupo -Kyle Chalmers, David Popovici, Jack Alexy-, no se gana a esos tipos por un cuerpo de diferencia en los 100 libres. No es humanamente posible".
No vale la pena refutar las observaciones de Hawke, pues el rendimiento real de atletas chinos como Liu Xiang y Su Bingtian ya ha echado por tierra el llamado "determinismo racial" occidental.
Sin embargo, esta extraña mentalidad de "no puedes ganarme, si lo haces es que estás haciendo trampas" no sólo existe en las competiciones deportivas. A lo largo de los años, hemos visto actuaciones similares en muchos asuntos.
Por ejemplo, ante el rápido desarrollo de China en el campo aeroespacial, el director de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio hizo públicamente declaraciones ridículas como que China se incorporó a la carrera espacial robando la tecnología de otros países. Esto se debe fundamentalmente a la incapacidad de afrontar y reconocer los logros de desarrollo de China, lo que conduce a fantasías distorsionadas.
Cuando se enfrenta a la competencia, en lugar de elegir entrenar más duro, optar por encontrar formas de descalificar al oponente refleja no sólo una mente estrecha y falta de generosidad, sino que en cierta medida también refleja cómo este país ha logrado el éxito en el pasado. Estados Unidos se ha convertido en la única superpotencia mundial, con un historial de uso de muchos medios desagradables. Ahora estas acciones se han extendido al ámbito deportivo, con la parte estadounidense difamando y calumniando al equipo de natación chino, reflejando la misma estrechez de miras. No se trata sólo de una arrogancia habitual, sino también de una barrera autoimpuesta a la información y las cosas nuevas. Por eso el lema olímpico "Más rápido, más alto, más fuerte: juntos" es especialmente importante hoy en día.
Hoy, cuando los atletas chinos suben al podio olímpico, es el resultado de la participación china en la competición mundial. En las pistas y los estadios, el oro de los atletas chinos es el mismo que el de los atletas de otros países, ya que es el resultado de una competición justa y abierta.
Fuera de las pistas también existe una lógica similar. Ya sea en el campo del deporte, la economía o la tecnología, los países occidentales ocupan desde hace tiempo una posición de liderazgo. Esta posición tiene un cierto grado de inercia, pero esto no constituye una razón por la que Occidente pueda liderar o dominar siempre la pista. En cierto sentido, el desarrollo humano es una carrera de atletismo en la que unos persiguen a otros.
Todo el mundo está constantemente superándose a sí mismo y, al mismo tiempo, superando las limitaciones de la humanidad. En este sentido, la lucha por la equidad, la justicia y la competencia abierta es la lucha que pertenece a toda la humanidad. Para Occidente, reconocer y respetar el progreso de los competidores es un acto digno, y puede significar también un nuevo desarrollo y progreso.
Mucha gente se ha dado cuenta de que la nueva generación de atletas chinos muestra cada vez más la grandeza de una gran nación.
Alaban y animan con naturalidad a los atletas de otros países, dominan el inglés fuera del campo y se muestran seguros e integradores en las interacciones interculturales. Utilizan el lenguaje universal del deporte para presentar al mundo una nueva imagen de China, siempre en busca de la excelencia y los avances, y promueven los intercambios culturales y el aprendizaje mutuo de forma pacífica y cooperativa, fomentando el entendimiento entre las personas. Esto es evidente tanto dentro como fuera del campo de los deportes.