spanish.china.org.cn | 01. 07. 2024 | Editor:Eva Yu | [A A A] |
El artífice de la evolución continua de la Reforma y Apertura en China
Por Jorge Fernández
La dirección de la reforma y apertura debe apuntar a la calidad y al perfeccionamiento del socialismo con peculiaridades chinas, sin cambiar los valores fundamentales del sistema.
Este 1 julio el Partido Comunista de China celebra su centésimo tercero aniversario, y en un par de semanas, convocará a la III sesión plenaria del XX Comité Central, un acto que se perfila de gran trascendencia, puesto que de ahí saldrá la hoja de ruta que la segunda economía del mundo seguirá en los próximos años. En el momento actual, es oportuno reflexionar sobre la política de Reforma y Apertura, que ha sido crucial en las transformación de China. Tras más de 4 décadas esta política ha tenido un papel revolucionario, y en específico, durante la última década, el secretario general, Xi Jinping, ha tenido un papel primordial para darle impulso y vitalidad.
Nadie en China imaginó que la política de Reforma y Apertura tendría el alcance y repercusión que hoy se aprecian en la modernización nacional, ni siquiera aquellos que la diseñaron, impulsaron y desplegaron en 1978. Esa transformación será registrada en los anales de la historia contemporánea como un punto de inflexión rumbo al desarrollo acelerado. En apenas unas cuantas décadas, el gigante asiático pasó de ser un país agrario y se convirtió en la segunda economía más grande del mundo, proceso durante el cual sacó a millones de la pobreza y sentó las bases para hacer del gigante asiático una potencia en ascenso.
La política simplemente rebasó todas las expectativas y, contrario a lo que podría esperarse de una política, continuó a través de los años bajo distintas condiciones nacionales e internacionales, velocidad y intensidad. Pronto se identificó una regla no escrita que emanaba de los resultados de la política de Reforma y Apertura, a saber, que más allá de la velocidad o intensidad, la prioridad debía ser su continuidad con dinamismo y sin retrocesos, al tiempo que se buscaba pragmáticamente la forma de adaptarse a circunstancias específicas de las épocas.
En la nueva era, Xi Jinping está dejando su impronta en una nueva etapa de aplicación en donde China avanza en un entorno turbulento y de inestabilidad en un mundo impredecible. El análisis teórico que el secretario general del Partido Comunista de China hace del mundo y del papel que China desempeña en la orquesta de naciones, aplicado a la construcción del socialismo con características chinas, representa una gran aportación para encausar y colocar a nuevas alturas la política de Reforma y Apertura. La política de Reforma y Apertura, como uno de los distintos elementos que fortalecen tanto las estructuras del Partido como la modernización socialista, desempeña por sí misma un papel crucial y es clave en el destino que aguarda al gigante asiático.
En diciembre de 2012, Xi Jinping aclaró en Guangdong, pilar de las zonas económicas especiales, que el Partido continuaría con vitalidad su papel como estratega, y que lideraría a China en su andar por la reforma y apertura. Ahí, en el marco de una visita de inspección, el mandatario destacó el papel crucial que la política de Reforma y Apertura desempeñaría para la materialización exitosa de los dos objetivos centenarios y para la consecución de la gran revitalización de la nación china. Era un momento de retos en el camino trazado, y de cara a ellos, el mandatario exhortó a avanzar en la reforma pese a las condiciones hostiles, tomando en consideración que no reformar no era parte de las opciones, que la reforma habría de llevarse a la práctica sin detenerse y que la apertura habría de materializarse sin retrocesos.
Esa idea quedó reforzada unos días después, el último día de 2012, al presidir el segundo estudio colectivo del Buró Político del XVIII Comité Central del Partido, cuando habló sobre una continuidad racional, con dirección, posición y principios, la cual debe impulsar y mejorar el sistema socialista. Xi Jinping indicó que la política de Reforma y Apertura es un proceso continuo que no debe detenerse. Además, hizo notar que sin su aplicación, China no habría llegado al lugar que ahora ocupa ni habría sentado las bases para su prometedor futuro. “Las cuestiones que surgen en el proceso de reforma y apertura solo pueden resolverse con el impulso de la reforma y apertura”, afirmó el secretario general.
Desde entonces y a lo largo de los últimos 12 años, el secretario general, Xi Jinping, ha analizado las repercusiones y la aplicación de la política de Reforma y Apertura desde los distintos ángulos de la vida nacional. El proceso que lleva consigo la reforma y apertura emula al de una revolución profunda, a la cual es necesario encausar y hacer avanzar continuamente por la senda correcta de la historia. Esa continuidad revolucionaria es una tarea que cae sobre el Partido Comunista de China, cuya línea básica ha de mantenerse, a la vez que se despliegan de forma combinada los principios básicos de la construcción de la economía de China con la apertura.
Y así como hace décadas atrás Deng Xiaoping habló sobre la importancia de emancipar la mente, el secretario general Xi Jinping ha enfocado sus análisis a las transformaciones trascendentales tras la liberación del pensamiento. En sus análisis y discusiones, Xi Jinping sostiene que la liberación de la menta no debe responder a la anarquía sino que debe, por el contrario, tener dirección, posición y principios. Y es ahí donde líneas sublimes se engrosan y se evidencian, destacándose que la política de Reforma y Apertura no es una adopción de los valores de Occidente o de sus sistemas políticos, sino una observación científica de la realidad nacional a través de los cuales se fortalece al Estado, a la nación y a las estructuras del Partido.
Xi Jinping ha tomado las riendas del ímpetu que lleva consigo la política de Reforma y Apertura, y ha hecho rigurosos llamamientos a proteger la dirección socialista, la cual debe ser necesariamente clara y sin ambigüedades. La dirección de la reforma y apertura debe apuntar a la calidad y al perfeccionamiento del socialismo con peculiaridades chinas, sin cambiar los valores fundamentales del sistema. Con la aplicación, despliegue y ampliación de la política de Reforma y Apertura deben infundirse nuevas ideas, contenidos y principios que fortalezcan la naturaleza de la nueva era.
La política de Reforma y Apertura ha sido un elemento crucial para impulsar a China hasta la posición que ahora ocupa en el escenario mundial. El camarada Xi Jinping ha hecho aportaciones sustanciales a esta política, no solo estimulando su evolución sino dictando la posición correcta para hacer frente y adaptarse a los desafíos que saltan sobre el camino. Al reforzar los compromisos con los principios del socialismo con peculiaridades chinas, Xi Jinping ha demostrado un enfoque integral con el cual equilibra la modernidad con el grandioso pasado chino, y con el cual también acelera la innovación y la estabilidad. El secretario general está dejando su impronta, al fortalecer y construir nuevas bases para un futuro sostenible tanto para China como para la humanidad.