China-UE: La importancia de encontrar un equilibrio

En medio de las tensiones comerciales provocadas por la decisión de la UE de imponer aranceles a los vehículos eléctricos (VE) chinos, el vicecanciller alemán y ministro de Economía, Robert Habeck, realizará su primera visita a China esta semana. Berlín y los medios alemanes prevén "intensas negociaciones" durante su estancia.

Dado que Habeck ha calificado estos gravámenes punitivos como "el peor camino a seguir", su presencia acapara indudablemente una gran atención dadas las fricciones entre China y Bruselas. No solo porque su visita será analizada en detalle en busca de pistas sobre las consecuencias de esta decisión comunitaria, sino también porque muestra la actitud abierta de China y algunos políticos europeos a favor del diálogo y la cooperación.

Es innegable que el auge del proteccionismo comercial en el mundo en los últimos años ha planteado retos a las relaciones económicas y comerciales entre ambas partes. La semana pasada, el pronunciamiento preliminar de la Comisión Europea sobre su investigación antisubvenciones a los VE chinos azuzó las llamas del conflicto bilateral.

Aunque algunos políticos europeos crean sinceramente que recurrir a medidas proteccionistas como elevar los impuestos sobre los productos chinos escudaría las industrias del bloque, es poco probable que este enfoque sirva para algo, ayude a mejorar la competitividad manufacturera de la UE o acelere su transición ecológica.

Por el contrario, podría exacerbar las tensiones en desmedro de los intereses económicos de las empresas de ambos lados.

La UE es un socio comercial clave para China, y los estrechos vínculos entre la cadena industrial china de VE y los fabricantes europeos, en particular los alemanes, hacen que los aranceles puedan tener repercusiones para los exportadores chinos y las compañías y consumidores comunitarios.

Además, la preocupación de los mercados por posibles represalias podría crear un ciclo nocivo de pérdida de confianza que afecte futuros intercambios económicos y de inversión entre ambas partes.

En este contexto, es crucial que las relaciones económicas y comerciales bilaterales encuentren un equilibrio a través del diálogo y la cooperación para abordar eficazmente las inquietudes de los dos lados y promover el libre comercio. Además por este motivo se espera que la visita de Habeck a China tenga un peso especial en los vínculos económicos entre China y la UE.

Dado que Alemania es la mayor economía de Europa, sus decisiones y actitudes no solo tienen que ver con la obtención de un mayor acceso al mercado chino para sus firmas, también se trata de enviar el mensaje de que China y algunos políticos europeos siguen dispuestos a sentarse a discutir los problemas, incluso en medio de desacuerdos, para resolverlos a través del diálogo y la negociación.

Esta postura abierta y pragmática es vital para el mantenimiento y el crecimiento de los lazos económicos y comerciales bilaterales, demostrando que, a pesar de sus diferencias, ambas partes comparten el objetivo de mejorar la comunicación y el entendimiento para dar con una salida.

El desarrollo de estas relaciones económicas no puede dar marcha atrás y ni siquiera arriesgarse a una guerra comercial por desavenencias temporales. Una consecuencia como tal afectaría los intereses económicos de las dos partes y tendría un impacto negativo en la economía mundial.

Es imperativo colaborar para solucionar el tema y trazar un camino hacia el avance mutuo. Esto requiere sabiduría política y previsión a largo plazo.

Es de esperar que la presencia de Habeck dé lugar a debates más productivos sobre cuestiones económicas y comerciales, especialmente en el ámbito de los VE, y que infunda nuevas energías al desarrollo de los lazos económicos y comerciales bilaterales. Asimismo, se espera más cooperación en diversos sectores para afrontar retos globales como el cambio climático y el desarrollo sostenible.

Solo a través de estos esfuerzos podrán progresar estos vínculos en medio de los desafíos, fomentando el beneficio mutuo y la cooperación para la estabilidad y el crecimiento de la economía mundial.