EE.UU. prepara un nuevo intento de "caza de brujas"

El Comité Judicial de la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el miércoles la “Iniciativa PCCh”. Según la VOA, se trataría de un intento de contrarrestar la “amenaza” que supone China para el país y detener el llamado “espionaje” del Partido Comunista de China (PCCh) contra instituciones académicas y la propiedad intelectual estadounidense.

Algunos miembros de la judicatura estadounidense ya la han analizado. Los legisladores demócratas contrarios a ella han dicho que es una versión rebautizada de la fracasada “Iniciativa China”.

Esta última nació en noviembre de 2018 como una de las políticas “emblemáticas” del Gobierno de Trump y apuntaba a científicos chino-estadounidenses que trabajaban en Estados Unidos o a científicos estadounidenses que colaboraban con China. Algunos expertos señalaron que las investigaciones a menudo no partían de evidencias concretas de actividad ilegal, y muchas que involucraban al mundo académico no estaban relacionadas con espionaje científico o robo de propiedad intelectual. Un caso notable fue el del profesor del MIT Chen Gang, denunciado y detenido. Tras un año de revisión, el Departamento de Justicia tuvo que retirar los cargos federales contra él porque varias de las imputaciones eran infundadas, lo que supuso un revés visible y embarazoso para la política en aquel entonces.

Esta farsa de 4 años concluyó en febrero de 2022, con el Departamento de Justicia admitiendo en última instancia que “no era el enfoque correcto”. En otras palabras, esta “caza de brujas” del siglo XXI era a todas luces infundada y carente de sentido, incluso los propios estadounidenses la consideraron inapropiada. Sin embargo, el país sigue viendo a estudiantes e intelectuales chinos como una amenaza y un desafío para su seguridad nacional. Se ha construido una barrera virtual con China que obstaculiza el intercambio y la cooperación científicas normales y quebranta la confianza de los especialistas en los principios del campo en Estados Unidos.

Ahora, bajo la dirección del Departamento de Justicia, vuelve el mismo cuento.

La “Iniciativa PCCh” es otro intento de los miembros opuestos a China en la Cámara de Representantes, afirmó Lü Xiang, investigador de estudios sobre Estados Unidos en la Academia China de Ciencias Sociales. El racismo está profundamente arraigado en el corazón de las élites políticas estadounidenses. Su sesgo ideológico contra China los lleva a considerar una serie de cuestiones bajo el prisma de la seguridad nacional, asumiendo naturalmente que estudiantes y académicos chinos “suponen un riesgo” para ella.

La iniciativa tornará la ya fría cooperación académica bilateral en un tema de miedo. Los científicos chinos han devenido una fuerza indispensable para el progreso del ramo en el mundo. Los repetidos perjuicios de Estados Unidos han resultado que muchos de ellos, incluso asiáticos, sientan que el país ya no es seguro y opten por marcharse. “Estados Unidos acabará aislándose, lo que daña sustancialmente su propio desarrollo innovador”, sostuvo Lü Xiang.

“La credibilidad de Estados Unidos en el mundo caerá en picada y será visto como poco fiable y beligerante. Además, aumentarán los casos de discriminación contra su población de origen chino, que podrían extenderse gradualmente a otros grupos minoritarios", declaró Li Haidong, profesor de la Universidad de Asuntos Exteriores de China.

Desde la perspectiva de su práctica interna, imponer restricciones con la excusa de la seguridad nacional no encontrará demasiada resistencia. Es como un cajón de sastre en el que cabe todo. Los políticos estadounidenses utilizan su supuesta defensa so pretexto para destruir los intercambios académicos, politizándolos y convirtiéndolos en armas a fin de debilitar la capacidad innovadora de China. Temen que los avances de la nación asiática en el sector superen a los suyos.

Desgraciadamente, algo que ha demostrado ser un fracaso en la práctica a través del tiempo vuelve en la forma de un nuevo proyecto de ley. Estos políticos saben que es una manzana envenenada, pero siguen tratando de “venderla” y añaden otro envoltorio para evitar ser descubiertos, dejando una vez más que la “caza de brujas” llegue a niveles incontrolables.