China sentencia su primer caso de "trampa de IA" en videojuegos

La vista del primer caso de “trampa de inteligencia artificial” (IA) en los videojuegos tuvo lugar el lunes en el Tribunal Popular del Distrito de Yujiang, en Yingtan, provincia oriental china de Jiangxi. El acusado fue condenado a 3 años de cárcel, con 5 de libertad condicional, por beneficiarse de la invasión y control ilegal de un sistema informático que atacó el funcionamiento de un videojuego.

El inculpado, de apellido Wang, lucró con la creación y venta de añadidos de IA, desarrollados en colaboración con otras personas, entre ellas Wan y Zhang, en 2022. Una vez terminados, Wang utilizó agentes, como Chen y Zhang, para su comercialización, obteniendo ganancias con la venta de contraseñas de tarjetas regalo “trampa de IA”. En total, Wang recibió más de 6,29 millones de yuanes (890 000 dólares), de los cuales pagó 840 000 yuanes a Wan por gastos de desarrollo y más de 420 000 a Zhang por gastos de producción.

Según la policía, “la trampa” alude al uso de un software de terceros para programar modificadores del juego con funciones específicas. Principalmente en la mejora de las habilidades de los personajes, alterando los ajustes y reglas normales del juego, lo que permite a estos ir más allá de los límites habituales. Es un programa fraudulento que cambia la esencia de un sistema informático.

En el caso de Wang, se descubrió que usó el programa de “trampa de IA” para acceder a datos visuales de varios juegos sin autorización, modificó las instrucciones de los datos del ratón procesados en los videojuegos e introdujo funciones como el “autopuntero” y el “disparo automático”, cambiando así el entorno normal del juego. El código fuente interceptaba instrucciones de datos del ratón, las calculaba y analizaba para enviar los resultados al puerto USB del ordenador, lo que permitía el movimiento y el clic automáticos del puntero del ratón.

Wang recibió una pena de 3 años de prisión, con 5 de libertad condicional y el pago de una multa. Las rentas ilegales y las herramientas utilizadas en el delito fueron confiscadas y entregadas al Tesoro Público. El resto aún no congelado seguirá siendo objeto de reivindicación. Tras el veredicto, Wang acató la sentencia y decidió no apelar.

Según el Derecho Penal de la República Popular China, proporcionar programas o herramientas especializadas para invadir o controlar ilegalmente sistemas informáticos, u ofrecerlos a sabiendas a otras personas dedicadas a tales actividades ilegales, constituye un delito cuando las circunstancias son graves.

La instancia estipuló en su pronunciamiento que el hecho de ofrecer programas o herramientas especializadas para invadir o controlar ilegalmente sistemas informáticos de información, con la consiguiente obtención de importantes beneficios, ya constituye un delito, y que la confesión voluntaria de culpabilidad así como la devolución de las rentas mal recibidas justificaban una pena más leve.