spanish.china.org.cn | 22. 04. 2024 | Editor:Teresa Zheng | [A A A] |
Mensaje previo a la visita de Blinken a China
El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció la visita de su secretario, Antony Blinken, a China del 24 al 26 de abril, según las expectativas generales mundiales. El Ministerio de Asuntos Exteriores chino manifestó previamente que el país acogía con satisfacción su llegada. Tras la llamada telefónica entre los dos jefes de Estado a principios de este mes, el impulso al equilibrio de las relaciones bilaterales ha avanzado a paso firme, lo que supone una nueva estabilidad y certidumbre para ambos países y el mundo. Las dos naciones "aplauden las líneas de comunicación abiertas". Asimismo, es una oportunidad que deben aprovechar para encontrarse a medio camino.
Es la segunda visita de Blinken en menos de un año, tras la de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen. Según un funcionario del Departamento de Estado, el viaje tiene tres objetivos principales, avanzar en cuestiones clave, comunicar las preocupaciones sobre asuntos bilaterales, regionales y globales, y "gestionar responsablemente la competencia" para evitar errores de cálculo o conflictos. No es difícil dar con que uno de los fines primordiales de Blinken, como máximo diplomático estadounidense, es mantener la estabilidad general de los vínculos y evitar la disputa. Cabe decir que hay consenso en este punto, premisa y base de la interacción bilateral.
Observamos que muchos medios de comunicación occidentales han destacado como objetivo el de "presionar" a China, incluyendo advertencias para que no "ayude a Rusia" y evitar "provocaciones" en el tema de Taiwán. Estos informes intentan transmitir la impresión general de que Blinken viene a sermonear a China, y que si esta no acepta su advertencia, "destruiría la estabilidad". Siempre que se presenta una nueva ocasión de diálogo o distensión, hay quienes se adelantan en crear opinión pública y alertas poco razonables contra China. Simplemente desean negociar la visita y pedir un precio más alto, una táctica habitual. Este truco ya es familiar entre los chinos y no tendrá el impacto esperado.
En este sentido, debemos prevenir a Estados Unidos: evitar la mentalidad de "suprimir a China", ya que al hacerlo, el efecto será negativo para la comunicación entre ambas partes. De hecho, buscar la cooperación en cuestiones regionales de interés como la crisis de Ucrania y el conflicto entre Israel y Palestina es uno de los temas clave de la visita de Blinken esta vez. Asimismo, Estados Unidos espera que China ofrezca la mano en temas como el fentanilo. Se trata de asuntos acuciantes para el gobierno de Biden. Hace apenas medio mes, la secretaria del Tesoro, Yellen, también buscó la cooperación en ciertos aspectos. Es así que Estados Unidos debería bajar su postura, mostrar pleno respeto a China y demostrar su sinceridad.
En las relaciones bilaterales, los principios y fundamentos de la parte china siempre han sido claros, visibles, coherentes y estables. China está dispuesta a promover la estabilidad y la mejora de los lazos a través del diálogo. Al mismo tiempo, valora la reciprocidad, y las conversaciones deben partir del respeto mutuo y la igualdad. Estados Unidos no puede contenerla y reprimirla deliberadamente, perjudicando sus derechos e intereses legítimos, mientras espera que lo apoye y colabore en asuntos requeridos, como China lo ha subrayado repetidamente con anterioridad. Blinken declaró recientemente en Europa que China "no puede pretender tener relaciones positivas y amistosas con los países del continente y alimentar la mayor amenaza para la seguridad europea desde el final de la Guerra Fría". Este es un caso típico de desplazamiento de la culpa. En respuesta, debemos señalar que si Washington espera evitar el enfrentamiento y lograr el equilibrio con China, no puede fomentar o incluso crear amenazas a su seguridad nacional. ¿Cuáles amenazas? Estados Unidos las conoce de sobra.
El presidente Xi Jinping señaló en la llamada telefónica con su homólogo Joe Biden que dos grandes países... como China y Estados Unidos no deben cortar sus lazos ni darse la espalda, y menos aún avanzar hacia el conflicto o la confrontación. Desde cualquier perspectiva, esperamos que las relaciones bilaterales vuelvan al buen camino, con plena disposición a colaborar para avanzar en la visita de Blinken y en futuras interacciones. Por supuesto, esto necesita una corrección de actitud y una muestra de sinceridad de la parte estadounidense.