Brasil tiene metas ambiciosas para G20, pero geopolítica puede limitar su consenso

Brasil tiene unas metas muy ambiciosas para su presidencia rotativa del Grupo de los Veinte (G20), que ostenta a lo largo de este año, aunque la geopolítica y los distintos intereses de las potencias mundiales del grupo pueden limitar el consenso, consideraron expertos.

En entrevista con Xinhua, la profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Federal de Goiás, Aline Alves, opinó que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, "quiere resultados concretos" pues sabe que el bloque "no es una plataforma para grandes saltos", pero sí un "escaparate importante para Brasil y su política exterior, además de ser uno de los principales foros para el debate global".

"Tras la cumbre final del bloque, en noviembre, quiere demostrar el poder de convocatoria y la capacidad de movilizar recursos nuevos y existentes en torno a estas causas", subrayó.

Entre dichas causas, la académica resaltó la Alianza Mundial contra el Hambre y la Pobreza, que se lanzará oficialmente en julio, y para la que Brasil tiene el reto de conseguir que socios de fuera del G20 se unan a ella.

"Hay formularios de adhesión para naciones de todos los tamaños. Las naciones más ricas se unen como donantes, y las medianas, como Brasil, aportan su experiencia y cooperación técnica", explicó.

Bajo el lema "Construyendo un mundo justo y un planeta sostenible", Brasil asumió la presidencia del G20 el pasado 1 de diciembre, momento en que dejó clara su intención de priorizar temas como la lucha contra el hambre y la pobreza, y que las organizaciones internacionales sean árbitros de las principales disputas globales.

De igual manera, Brasil quiere mecanismos financieros alternativos y complementarios para la transición energética y la lucha contra el cambio climático, y que los bancos centrales destinen los recursos del mercado financiero a iniciativas adecuadas y sostenibles.

Según Alves, "estamos hablando de una economía diferente. La redistribución de recursos y poderes debe reflejarse en el mundo contemporáneo", aunque la geopolítica y los intereses de cada país puede dejar en papel mojado las intenciones brasileñas.

"Por ejemplo, la elección presidencial estadounidense es una gran incógnita. Si Donald Trump es elegido, es muy probable que la silla estadounidense esté vacía en la Cumbre de Río (Cumbre de Líderes del G20)", sostuvo la experta.

"La expectativa es que el republicano no acuda si gana y que tampoco lo haga Joe Biden si pierde. Pero está claro que una victoria de Trump supondría un paso atrás para las prioridades de Brasil en el G20", agregó.

Por su parte, Leandro Lima, profesor de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas, evidenció que "otro punto de desgaste para Brasil" es la posible presencia del presidente ruso, Vladimir Putin, en la Cumbre de Río, ya que, de confirmarse, "podría provocar otras ausencias, debido al conflicto en Ucrania".

"Es una gramática diferente. Los matices indican lo que se permitirá y cómo se organizarán los Estados. Es una especie de folleto que hay que leer con atención, cuidadosamente. Cada milímetro de acuerdo es mucho más valioso hoy que en los años 90 o 2000. El grado de tensión es muy alto", resaltó el especialista.

En esa línea, Lima consideró que hay margen para el progreso que quiere impulsar Brasil, especialmente en el campo de la sostenibilidad, pero "cero" cambios en las organizaciones internacionales.

"Veo cosas positivas pero muy limitadas", comentó.

Según el académico, "es más fácil llegar a un consenso sobre los fines que sobre los medios. Por ejemplo, cuando se creó la Organización Mundial del Comercio, era una máquina de tomar decisiones y en sus primeros años tomó decisiones importantes, pero luego llegó la situación que se vive desde 2015. Todo está en punto muerto".

"El G20 es más grave, porque por su propia naturaleza no es una institución que produzca resultados, como se vio durante la pandemia (del nuevo coronavirus)", recordó.

A decir de Lima, "las primeras reuniones presididas por Brasil del bloque han ido bien, con progresos innegables en la mayoría de los 15 grupos de trabajo, dos 'task forces' (grupos de trabajo) y una iniciativa, ya que los temas se han dividido".

Aunque, en ese sentido, recordó que "cada vez que se habla de un comunicado para explicar las reuniones desde el exterior, reaparece el fantasma de la geopolítica, lo que puede perjudicar las ambiciones que busca Brasil en su presidencia".