¿Quién amenaza al mundo con un presupuesto de defensa de casi 900.000 millones de dólares?

El presidente estadounidense, Joe Biden, propuso un presupuesto de 7,3 billones de dólares para el año fiscal 2025. Entre ellos, el de defensa ha vuelto a batir récords, 895.200 millones de dólares, un aumento de más de 9000 millones en comparación con el año 2024, casi en la marca de los 900.000 millones.

El gasto en el sector en 2024 ya ha superado el combinado militar de 9 países, incluidos China y Rusia, lo que representa alrededor del 40 % del gasto mundial por tal concepto. Con la deuda estadounidense de más de 34 billones de dólares a inicios de este año, lo que equivale a una deuda per cápita de 100.000 dólares, Estados Unidos sigue destinando el 12 % de su gasto público a defensa en 2025, una práctica de "lujo en el ejército" que escandaliza a la comunidad internacional.

Si se observan las partidas de gasto de defensa para el 2025, es claro que la mayor parte apoyará las intervenciones militares y la denominada "disuasión integrada" a escala mundial, la investigación y el desarrollo de nuevas armas y tecnologías militares emergentes, la actualización y modernización de los arsenales nucleares y la mejora de las capacidades en competencia estratégica con otras grandes potencias. A pesar de la continua retórica de la "amenaza china" por políticos estadounidenses, el constante incremento del presupuesto de defensa ilustra plenamente que Estados Unidos es el mayor factor desestabilizador que amenaza la paz y la estabilidad mundiales.

De los recientes discursos de sus políticos se desprende que el ejército seguirá con sus incursiones y las llamadas acciones de "disuasión" en regiones como Asia-Pacífico, Europa y Oriente Medio, lo que sin duda conducirá a un mundo más caótico e inestable en el futuro. Por ejemplo, el representante Mike Rogers, presidente republicano del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, afirmó: "Nuestro presupuesto de defensa debería construirse con el objetivo de desalentar las amenazas a nuestra nación." Además de la cuota a la "Iniciativa de Disuasión Europea", específicamente dirigida a reforzar la contención rusa, la dotación de defensa para el 2025 también asigna 9900 millones de dólares a la "Iniciativa de Disuasión del Pacífico", política contra China, para mejorar el despliegue y las operaciones del ejército en la región y aumentar las maniobras y patrullas conjuntas con los aliados. Los medios estadounidenses creen que se trata de un mensaje estratégico no muy sutil enviado por el Gobierno de Biden a China. El director de Presupuestos del Ejército, el general de división Mark S. Bennett, declaró que el dispendio en ejercicios militares en el Pacífico en 2025 será mucho mayor al precedente.

Además de seguir azuzando los conflictos en Rusia y Ucrania, así como entre Palestina e Israel, Estados Unidos respaldará y condonará las actividades de "independencia de Taiwan". Aunque el proyecto de ley de gasto suplementario de la Casa Blanca para asistir a Ucrania, Israel y la región de Taiwan está estancado en la Cámara de Representantes, el documento de los fondos de defensa publicado por el Pentágono el lunes muestra que la "solicitud inicial" de 500 millones de dólares se utilizará para reponer los arsenales de armas tras el envío de ellas a la isla. Además de esta suma, la Casa Blanca pidió otros 100 millones de dólares para el Departamento de Estado, referidos como "inversión histórica en la seguridad de Taiwan", a fin de "fortalecer la disuasión a través del estrecho de Taiwan". Es la primera vez que el país norteamericano menciona específicamente la región en un presupuesto, revelando que apoya y tolera a las fuerzas "independentistas de Taiwan".

Para obtener más financiación militar, el ejército estadounidense ha exagerado la "teoría de la amenaza militar china". Por ejemplo, el comandante del Mando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica afirmó que los aviones chinos empezarán a operar cerca de la Zona de Identificación de Defensa Aérea de Estados Unidos este año, "no solo aviones militares, sino también barcos e incluso submarinos". Asimismo, los analistas del Pentágono han acentuado la ventaja de China en el campo de las armas hipersónicas. Como resultado, el nuevo presupuesto de defensa estadounidense ha inflado la inversión en sistemas de defensa antimisiles y ha reforzado los esfuerzos de investigación y desarrollo de armas hipersónicas. De hecho, desde 2018, el Pentágono ha destinado más de 12 000 millones de dólares en diversos sistemas de armas de ataque hipersónico terrestres, marítimas y aéreas.

La nueva dotación de defensa asigna recursos a las tecnologías emergentes, a la actualización del arsenal nuclear y a la mejorar de la capacidad ofensiva de la "tríada nuclear", que incluye el desarrollo y la construcción del submarino de misiles balísticos de nueva generación clase Columbia, el bombardero estratégico B-21 Raider y la nueva generación de misiles balísticos intercontinentales con base en tierra. El mundo puede ver con claridad que el presupuesto de casi 900 000 millones de dólares tiene como principal blanco diversas medidas para optimizar las capacidades militares del país en competencia estratégica con otras potencias, tratando de lograr la "seguridad absoluta" para Estados Unidos en desmedro de la seguridad de otros y  permitiendo al país dictar las condiciones y mantener su estatus hegemónico mundial.

Frente a un mundo convulso, Estados Unidos debería desterrar el pensamiento de la Guerra Fría, dejar la confrontación militar, el conflicto de bloques y los juegos geopolíticos, y trabajar con la comunidad internacional para mantener la paz y la seguridad mundiales, responsabilidad de una gran potencia.