¿Preocupado por un "perder-perder"? La UE debe tratar a la CRRC con justicia

Tras abrir una investigación "sin precedentes" sobre la CRRC Qingdao Sifang, filial de la Corporación CRRC, por supuesta distorsión de subvenciones del mercado único de la Unión Europea, los funcionarios comunitarios en Múnich emitieron una declaración al día siguiente, afirmando que se trata de una señal muy importante tanto para Europa como para las empresas de fuera, que indica que el bloque está "absolutamente dispuesto a utilizar" sus herramientas comerciales. Anteriormente, 9 categorías de productos chinos, incluidos los vehículos eléctricos, ya habían sido objeto de similares pesquisas antisubvenciones o antidumping. El mes pasado, la UE presentó el llamado "Paquete Europeo de Seguridad Económica", que incluye 5 categorías de refuerzo de medidas comerciales, tales como el control de las inversiones extranjeras directas y de las exportaciones, que en general se consideran dirigidas contra China.

Con actos tan intensos, es evidente que no se trata únicamente de la intención de mantener un entorno comercial proclive a la competencia leal. Ya el año pasado, en el proceso contra los vehículos eléctricos chinos, hubo sospechas de sus motivaciones políticas. Si lo miramos ahora, los investigados van desde vehículos chinos de nuevas energías, en rápido desarrollo, hasta la CRRC, líder en tecnología y en cuota de mercado. Los informes de la prensa sugieren además que los principales actores en paneles solares, turbinas eólicas y otras áreas son el blanco. Es difícil no sospechar de factores y consideraciones políticas detrás de todo esto.

La "herramienta comercial" de la acción antisubvención parece haberse convertido en un instrumento europeo para contener a China, que busca obstaculizar cualquier sector que muestre avances. No nos oponemos a las investigaciones con pruebas sólidas y bajo los principios de transparencia y equidad a fin de crear un entorno de mercado justo, equitativo y no discriminatorio. Sin embargo, las medidas adoptadas parecen suscitar temores de una "caza de brujas". Por no mencionar el hecho de que las industrias europeas recibieron un total de 3,8 billones de euros en ayudas de 2020 a 2022, las firmas y los productos chinos entran en el mercado comunitario siguiendo las normas del mismo y los reglamentos de la OMC.

Si los últimos sucesos en la UE reflejan algún problema, son las actitudes malsanas y arrogantes de algunos europeos hacia China. En primer lugar, es posible que crean sinceramente que, sin subvenciones y otros medios, China no podría fabricar bienes tan avanzados, asequibles y de alta calidad. En segundo lugar, ven la dependencia mutua y la cooperación beneficiosa entre China y Europa en las últimas décadas desde una perspectiva de enfrentamiento y de suma cero. En tercer lugar, influidos por el pensamiento "competitivo" estadounidense, creen que deben superar a China para tener derecho a hablar y ganar espacios. En cuarto lugar, algunas élites políticas se han contaminado con la mala práctica de "hacer que los demás tomen la medicina cuando están enfermos" en Washington, y buscan en los demás las razones de sus propias dificultades de desarrollo.

De hecho, el bloque debería haber aprendido suficientes lecciones de la guerra comercial estadounidense contra China y del proteccionismo comercial que también él mismo ha sufrido. Varios países europeos, incluido el Reino Unido, bajo instigación y presión de Estados Unidos, prohibieron equipos y tecnología 5G de Huawei. ¿Cuáles fueron los resultados? Su sector 5G no despegó y la calidad de las redes usadas por la población es deficiente. Las lecciones del pasado están frente a nosotros. Los errores históricos cometidos por Europa han convertido a su pueblo en las víctimas finales. La apertura comercial y la liberalización son su piedra angular y punto de partida, y deberían ser más leales a la globalización económica y a la competencia leal. Cabe señalar que algunos europeos van muy lejos en la adopción de políticas proteccionistas contra China so pretexto "competencia leal" y "seguridad económica".

En las acciones contra la CRRC, el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, sostuvo que hay indicios suficientes de que CRRC Qingdao Sifang recibió una ayuda extranjera que distorsiona el mercado interior, lo que le permitió "presentar una oferta indebidamente ventajosa" en la licitación del Ministerio de Transportes y Comunicaciones búlgaro. Sin embargo, Breton no especificó qué entendía por "indicios suficientes". Los trenes chinos de alta velocidad son desde hace tiempo una marca conocida en el mundo, con una calidad excelente y precios competitivos. Con su propia fuerza y rentabilidad, es normal que haya ganado el concurso en Bulgaria. Como el mayor fabricante de trenes y material rodante del mundo, sus productos y servicios están presentes en más de 110 países y regiones de los 6 continentes; prueba suficiente en sí misma.

Ahora, la UE interviene por la fuerza en este proyecto de beneficio mutuo, con medidas administrativas excesivas para expulsar a la compañía china más adecuada para la obra. Si tiene éxito, la misma perderá un contrato enorme, Bulgaria perderá a su mejor socio y tendrá que adquirir bienes y servicios de baja calidad a un precio más elevado, y el mismo bloqueverá dañará su reputación política y comercial. Lo grave de la situación es evidente.

Hace poco tuvo lugar en Alemania la 60 Conferencia de Seguridad de Múnich y uno de sus principales focos de atención fue la reflexión sobre el orden internacional existente, que lleva al mundo a una situación de "perder-perder". ¿Cómo evitarla? ¿Puede evitarse? No es difícil. Si la UE trata con justicia a la CRRC, este deviene un vivo ejemplo. Esto requiere una actitud coherente en palabras y acciones, así como superar las propias trabas mentales.