spanish.china.org.cn | 12. 02. 2024 | Editor:Lety Du | [A A A] |
El espíritu del Dragón de Madera acelerará la revitalización de la nación china en 2024
Por Jorge Fernández
Si bien la bestia celestial no existe, el espíritu es real, existe y vive en los corazones de cada uno de los chinos que forman a esta nación de cinco mil años de historia.
En el imaginario chino, el dragón o loong es símbolo de nobleza, autoridad y poder. Para aquellos que han nacido bajo la protección celestial de esta figura divina, 2024 no solo será un año de prosperidad y buena fortuna, sino también un momento propicio para enfrentar con autoridad y poder, sin ninguna dilación o vacilación, situaciones que han generado tropiezos u obstaculizado la paz en el corazón.
Si usted estimado lector nació agraciado por el enigmático loong, que cada 12 años domina el zodiaco chino, entonces habrá que felicitarlo en este Nuevo Año del calendario lunar. En este periodo astral usted está bajo la influencia del Dragón de Madera y ello lo coloca en una posición privilegiada para tomar decisiones que serán cruciales en su vida. ¡Tome al toro por los cuernos y afronte de manera directa y decidida esos grandes desafíos en su vida!
Cada 12 años el dragón está asociado a uno de los cinco elementos de la filosofía tradicional china. Este año, después de una espera de 120 calendarios, la madera rige el destino del dragón, y le otorga una personalidad única y distinta al fuego, la tierra, el metal y el agua. La nación china, devota de esta orgullosa figura, prestará por obvias razones especial atención a su relación con la madera, lo cual llevará implícito en el corazón popular la protección del entorno natural y de la naturaleza.
En el pasado, concretamente en tiempos de la dinastía Tang, el dragón era el símbolo imperial y solo funcionarios de muy alto rango, cuya jerarquía estaba solo por debajo del Hijo del Cielo, podían hacer uso de unos pocos elementos alusivos a esta figura. Hoy en día, bajo una concepción científica de la vida, el dragón forma parte de la esencia cultural de la nación. Los chinos ven en esta fabulosa figura el espejo de una nación.
En su discurso del 8 de febrero, con motivo de la Fiesta de la Primavera, Xi Jinping aludió al dragón como una fuerza energética que simboliza el espíritu y la determinación de los chinos por fortalecer y revitalizar a su patria. Ante miembros del Comité Central del Partido Comunista de China y del Consejo de Estado, el mandatario chino hizo notar a los presentes la postura robusta y vigorosa, el ánimo valiente e intrépido, la fuerza poderosa e incomparable, así como la vocación por bendecir a todo el mundo que tiene la figura del dragón.
El mítico animal cumple un importante papel en la construcción de un país fuerte y en el proceso de revitalización nacional. En voz del mandatario chino, el simbolismo histórico y cultural del dragón es una fuente de inspiración para impulsar el desarrollo de China, toda vez que esta entidad celestial encarna el espíritu de búsqueda incesante de autosuperación, trabajo duro y espíritu emprendedor que ha caracterizado al alma nacional a lo largo de cinco mil años.
El presidente Xi Jinping también aludió a algunas metáforas sobre este tótem espiritual de China, invitando a la nación a emular “el vigor del dragón y caballo”, y de adoptar con firmeza “el ímpetu de tigre y de pez saltando sobre la Puerta de Dragón” para hacer realidad la modernización nacional al estilo chino en la nueva era y en la nueva expedición. En el año del Dragón de Madera, todos los logros acometidos en el pasado, llámese innovación científica y tecnológica o profundización de la política de Reforma y Apertura, entre otros más, se llevarán a nuevos niveles.
El espíritu que emane de la legendaria criatura sagrada aportará vitalidad a las tareas de China en 2024. Los retos no son menores puesto que la economía, pese a avanzar a paso firme, aún requiere de ajustes y estímulos en ciertas áreas. La falta de demanda efectiva, los cuellos de botellas en la circulación interna o el exceso de capacidad en ciertos sectores, sumados a un entorno externo complejo y de paz volátil, ralentizan los trabajos para afinar una economía que aún no ha llegado a su mejor punto.
Ante los desafíos que enfrentan los descendientes del dragón en su año, el tótem milenario reviste una fuerza poderosa e incomparable para elevar el espíritu, tanto de la dirigencia como del pueblo. En medio de peligros potenciales, los líderes deberán emprender decisiones cruciales, entre ellas, medidas para apuntalar la confianza en el desarrollo de la economía, para progresar mientras se garantiza la estabilidad, para fomentar la transición hacia la sostenibilidad y para fomentar políticas fiscales productivas y una política monetaria prudente con mayor innovación.
¿Podrá el manto celestial de este animal mítico ayudar a la nación china a superar sus desafíos? La sabiduría popular ofrece parte de la respuesta a esta pregunta. Dice un proverbio milenario que un acaudalado aristócrata derrochó fortunas y cruzó ríos y montañas en su afán de encontrar y ver por sí mismo a un dragón. Finalmente, sumido en la pobreza, desistió con la certeza de que su empresa, absurda desde el principio, estaba condenada al fracaso por la sencilla razón de que los dragones no existen.
La cultura que hay en torno al dragón salta a la vista en cada rincón de la milenaria nación, incluido el emblemático baile folclórico de este ser, que se vuelve un imperdible en la tradicional Fiesta de la Primavera. Un grupo de hábiles artistas, arropados por el armazón de una figura en forma de dragón, empuña varillas que dan vida al cuerpo carmesí de un dragón, saltando, serpenteando y encorvándose al ritmo de las percusiones de un tambor. La respuesta a la pregunta anterior está en el significado de este tradicional baile.
Si bien la bestia celestial no existe, el espíritu es real, existe y vive en los corazones de cada uno de los chinos que forman a esta nación de cinco mil años de historia. Al igual que los artistas que dan vida al dragón durante el baile primaveral, el pueblo chino representa de manera real el espíritu de un ser que, como dice el presidente Xi Jinping, encarna la autosuperación, el trabajo duro y el espíritu emprendedor. En el corazón de cada chino hay un dragón que palpita con un ánimo valiente e intrépido, superando los retos que saltan de cara a la realización de sus metas. ¡Felicidades a los hijos del dragón en este 2024! Y claro está, ¡feliz Fiesta de la Primavera a usted estimado lector!