spanish.china.org.cn | 07. 02. 2024 | Editor:Teresa Zheng | [A A A] |
La importancia del diálogo en el grupo de trabajo económico China-EEUU
El lunes y martes, el grupo de trabajo económico China-EEUU tuvo un encuentro en Beijing. Es la tercera reunión del mecanismo desde su creación en septiembre de 2023, la primera presencial en la capital china y la primera de este año. El contenido de las conversaciones versó principalmente en la situación de ambos países y sus políticas macroeconómicas, la cooperación financiera del G20, la deuda de los países en desarrollo, el sector industrial, etc. A juzgar por las sesiones informativas posteriores, el intercambio en general fue bueno y resultó "profundo, sincero, pragmático y constructivo". En cuanto a las cuestiones que perturban las relaciones económicas y comerciales, como el aumento de los aranceles estadounidenses a China, las restricciones a la inversión en ambos sentidos, las sanciones y la supresión de empresas chinas, entre otros, Beijing expresó su preocupación y ambas partes acordaron seguir en comunicación.
En septiembre del año pasado, para poner en práctica el importante consenso alcanzado por los líderes de ambos países en Bali, se acordó establecer dos grupos de trabajo, uno económico y otro financiero. Desde entonces, se han ido dando diálogos en diversos ámbitos que han transcurrido con relativa fluidez. En particular, en el grupo económico se habla principalmente de los asuntos macroeconómicos claves, como las finanzas, el desarrollo económico y el ajuste estructural, que debería ser el sector de mayor convergencia de intereses y potencial de cooperación. El efecto real también lo demuestra. A través de tres ediciones, China y Estados Unidos sostuvieron discusiones a profundidad sobre algunos temas macroeconómicos. Las partes cimentaron un cierto grado de confianza y alcanzaron un consenso sobre algunos asuntos relevantes, lo que también sentó una base para las citas posteriores.
En el comunicado de la parte china, se menciona el término "franco"; y los medios estadounidenses, citando a funcionarios del Departamento del Tesoro, también lo destacaron varias veces. Las reuniones bilaterales deben partir de una actitud realista y racional. No hay necesidad de evitar contradicciones y problemas; cuánto más franca sea la postura, más propicia será la construcción de la confianza mutua.
Esperamos que el lado estadounidense no solo mantenga dicha posición abierta hacia China, sino que también trate por igual la historia y la realidad de ambos países. Se observa que muchos altos funcionarios estadounidenses, como Jake Sullivan, Antony Blinken y Janet Yellen, entre otros, han mostrado ciertos cambios positivos en sus recientes declaraciones en comparación con sus enfoques hace 3 años. Esto incluye el reconocimiento de que "Estados Unidos y China son económicamente interdependientes" y el énfasis en lo prioritario de "estabilizar las relaciones bilaterales", todo lo cual coincide con la postura que China defiende hace mucho tiempo. Si hay factores que impulsan estos giros, la realidad de los vínculos bilaterales y el impacto del diálogo deben desempeñar sin duda un rol crucial.
Ciertamente, aunque los tres primeros encuentros del grupo económico se dieron con relativa fluidez, esto no garantiza que las ediciones futuras también sigan el mismo camino. Por un lado, se han discutido algunos temas relativamente fáciles y en la siguiente fase es inevitable abordar áreas con un espacio de compromiso limitado y diferencias significativas en intereses y percepciones. Por otro lado, a pesar del optimismo general desde principios de este año, 2024 es "año de elecciones presidenciales" en Estados Unidos y, basándonos en la experiencia pasada, las agendas políticas internas a menudo crean ciertos trastornos en las relaciones exteriores. ¿Cómo contrarrestarlas en la medida de lo posible? ¿Cómo estabilizar los lazos bilaterales?, el mundo tiene dudas y expectativas; el reto yace en el lado estadounidense.
El camino de las relaciones bilaterales, desde una fase de diálogos interrumpidos hasta la actual recuperación en curso, ha sido intrincado y desafiante, algo en lo que coinciden ambas partes. Dado que estas han recorrido una senda clave y ahora están dispuestas a sentarse a dialogar, las conversaciones no deben limitarse a un mero compromiso. El diálogo debe cumplir un rol constructivo en la configuración del futuro desarrollo de los lazos.
En cuanto a las relaciones económicas y comerciales, asuntos como los elevados aranceles distorsionados sobre los productos chinos, las restricciones a la inversión y el bloqueo y el freno a la alta tecnología china no pueden justificarse fácilmente bajo la excusa de la "seguridad nacional" y la afirmación de "desvinculación en lugar de disociación". Estos temores no solo ocupan a la parte china, sino también a las firmas estadounidenses y otros miembros de la comunidad internacional. El ministro de Comercio chino, Wang Wentao, mencionó que algunas de estas compañías han afirmado que el mayor riesgo, si hubiera que "mitigarlos" ahora, reside en la politización de las cuestiones económicas y comerciales en las relaciones bilaterales, sin ningún otro comparable. Este punto de vista va en línea con los resultados fundamentales de muchas investigaciones sobre empresas chinas y estadounidenses.
En la actualidad, ambos desean estabilizar los vínculos. Por parte de Washington, la "estabilidad" no puede garantizarse fundamentalmente con solo algunos diálogos limitados en escala y ajustes a declaraciones concretas y no aprovechando las tendencias y oportunidades que ofrece la mejora de las relaciones para resolver algunas trabas estructurales. El resultado del diálogo en el grupo de trabajo económico debe allanar el camino para la mejora general de los dos países a nivel macro y micro. Este es su valor más profundo.