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spanish.china.org.cn | 01. 02. 2024 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

Las declaraciones de Pelosi reflejan el verdadero sistema de EE.UU.

Palabras clave: Pelosi, EE.UU.
Spanish.china.org.cn | 01. 02. 2024

Según informes de la prensa estadounidense, en medio del actual conflicto entre Israel y Palestina, un grupo de manifestantes propalestinos se congregó frente a la casa de la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en San Francisco. Al parecer, en respuesta, esta les gritó: "¡Vuelvan a China, a su cuartel general!". Esa fue la interpretación de la experimentada política sobre la guerra en Gaza.

Sus declaraciones suscitaron diversas reacciones de la opinión pública: burla, sarcasmo y sorpresa, entre otras. Algunos críticos la acusaron de carecer del decoro característico de un político, mientras que otros tacharon sus comentarios de racistas o alineados a la narrativa de la "amenaza china".

Justo un día antes de este incidente, Pelosi sugirió a la presentadora de CNN Dana Bash que los partidarios de Palestina que buscan un alto el fuego están vinculados con Rusia, imputándoles la difusión de "mensajes" del presidente ruso Vladimir Putin.

Este tipo de afirmaciones, aparentemente irracionales, no suelen asociarse a un político estadounidense de larga data. Sin embargo, es crucial recordar que Pelosi ha sido una figura dominante del sector en el país durante más de 20 años, ejerciendo dos veces como presidenta de la Cámara de Representantes; la primera mujer en ejercer el cargo y en liderar un partido importante en ambas cámaras.

¿Es entonces Nancy Pelosi una anomalía en la madura escena política estadounidense? Todo lo contrario: ella personifica la esencia misma de su establishment: un producto de su sistema, profundamente arraigado en sus costumbres.

Su carrera, marcada por décadas de trabajo legislativo, ha influido y ha sido moldeada por la evolución de la política congresal.

El enfoque de la disputa palestino-israelí, una oportunidad para desviar la culpa en lugar de abordar el fondo, revela una tendencia mayor entre los políticos de priorizar las maniobras políticas frente a la auténtica resolución de problemas.

Sus declaraciones improvisadas muestran un aspecto preocupante de la forma en que algunos políticos estadounidenses tratan la política internacional. Parece existir un afán constante por "venderla", por hacer teatro en lugar de gobernar con integridad y visión de futuro.

La fijación actual de algunos legisladores estadounidenses con la "amenaza china" ha devenido una trampa psicológica, una profecía cumplida de la que parecen incapaces de escapar y que raya más con la obsesión que con la elaboración racional de estrategias.

El hecho clarifica la cuestión más profunda de cómo el sentimiento antichino, a menudo manifestado en propuestas legislativas malintencionadas destinadas a sancionar a China, se ha convertido más en una postura política que en una respuesta a los verdaderos desafíos geopolíticos.

Existe un antiguo dicho chino: La verdad sale de la boca del borracho. Los gritos de Pelosi, aunque no en tal estado, sugieren una especie de intoxicación con la ilusión de una amenaza china, una distorsión que ha hecho que algunos responsables políticos parezcan ebrios.

Para quienes esperan un desarrollo estable y constructivo de las relaciones bilaterales, noticias como esta no es broma. Estados Unidos está en un ciclo electoral, las pesadillas políticas de tal retórica solo sirven para extender la sombra de la amenaza china en la mente de los votantes.

Dado que la política estadounidense es un gran teatro, está destinada a tener un lado absurdo y el problema ahora es que este es guía la trama. Esto se debe a la feroz rivalidad entre los dos partidos y la división de la población, su daño no solo se traslada a sus lazos exteriores, sino a toda su sociedad. Sus políticos no manejan este drama, solo pueden ser jugadores, al igual que Pelosi, encontrando satisfacción en una amenaza de su propia creación.


El autor es redactor jefe del Diario del Pueblo e investigador principal del Instituto Chongyang de Estudios Financieros de la Universidad Renmin de China.