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spanish.china.org.cn | 19. 01. 2024 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

China descarta "carrera espacial" imaginaria de EEUU

Palabras clave: EEUU, Luna, planeta
Spanish.china.org.cn | 19. 01. 2024

Dominio de la Luna: Liu Rui/ GT


En una audiencia celebrada en el Congreso de Estados Unidos el miércoles, hora local, expertos en materia espacial, funcionarios públicos y legisladores llegaron a un consenso o lo reforzaron: "Que Estados Unidos y sus socios no estén en la Luna cuando otros lo están, es inaceptable". Ellos deben triunfar en la "carrera espacial" del siglo XXI y liderar un "orden internacional basado en las normas" antes que China cree una "regulación indeseable".

En lenguaje llano, la declaración sugiere que después de que ellos utilicen la bandera del "orden internacional basado en normas" para emprender su empresa geopolítica de contener a China en la Tierra, ahora quieren aplicar las mismas tácticas en el espacio exterior y toman la Luna como la primera "arena" de competición entre naciones fuera del planeta. Desde esta perspectiva, el verdadero propósito del plan de Washington de "retorno a la Luna" dista mucho de ser inocente. Va en contra del deseo humano universal de explorar y usar el espacio con fines pacíficos. La extensión de sus estrategias geopolíticas fuera de lo terrestre no es solo un salto a gran escala de la rivalidad sino, en cierto sentido, un paso atrás.

El objetivo de "regreso a la Luna" acaba de sufrir dos reveses. En primer lugar, el módulo de alunizaje Peregrine no consiguió su cometido debido a una falla en el sistema de propulsión. El mismo día, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA) anunció el retraso de un año para la misión tripulada en órbita lunar Artemis II y el alunizaje tripulado Artemis III, alegando problemas de seguridad con las naves.

Desde luego, nadie debe subestimar las capacidades aeroespaciales de Estados Unidos por estos contratiempos. La tecnología del rubro representa la culminación de algunos de los logros humanos más avanzados y los vuelos tripulados son uno de los aspectos más desafiantes de la misma. Problemas o incluso fracasos es inevitable. Sin embargo, la actual ansiedad y sensación de apremio del país norteamericano por ello es anormal y poco saludable.

No viene desde una lógica tecnológica, sino geopolítica, en particular la de una "nueva guerra fría". Según este razonamiento, el espacio exterior, incluida la Luna, es un blanco estratégico para la competencia con China. Si Estados Unidos quedara rezagado, esta aprovecharía la oportunidad y ganaría la "importante carrera espacial". Por ello, la exploración, un área que necesita la cooperación internacional, es ahora, desafortunadamente, un juego de suma cero.

Esta mentalidad de competencia geopolítica con China influye profundamente en los políticos de Washington. Bill Nelson, administrador de la NASA, advirtió en agosto del año pasado que el polo sur de la Luna podría convertirse en "otro Mar Meridional de China". Ya en 2011, el Congreso aprobó la Enmienda Wolf, que prohíbe a la NASA cooperar con agencias gubernamentales chinas sin autorización explícita de la Oficina Federal de Investigación y del Congreso. En cambio, China nunca ha emitido documento, reglamento o disposición alguna que restrinja la colaboración con Estados Unidos. En octubre del año pasado, incluso anunció que las muestras lunares de su misión Chang E-5 estarían disponibles para el estudio internacional. Los hechos revelan claramente quién está del lado de la apertura en la exploración espacial y quién del encierro.

Estados Unidos posee la tecnología del sector más avanzada del mundo y ha cosechado frutos notables en el ámbito. Todos, incluidos los chinos, se alegran de ver a representantes de la humanidad en el espacio exterior, ya sean estadounidenses o de otras nacionalidades. Sin embargo, Washington ha perdido amplitud de reflexión que no solo socava la confianza en su capacidad para mayores avances, sino también suscita el temor de que pueda obstaculizar el progreso de otros. Los que trabajan en la NASA son científicos y pertenecen a la comunidad científica de alto nivel. Son un grupo que se supone mira al cielo estrellado, si ellos caen en este ambiente nocivo y profano, sería una decepción.

China no tiene intención de participar en la "carrera espacial" imaginaria de Estados Unidos. El desarrollo de su tecnología aeroespacial enfatiza 3 aspectos: uso pacífico, beneficio mutuo equitativo y desarrollo integrador. Beijing siempre ha predicado con el ejemplo en la promoción de la comunicación y la cooperación internacionales. Sin embargo, Washington la excluye y protege en varios campos, desde la navegación satelital hasta la Estación Espacial Internacional. El sector en China solo puede confiar en la innovación independiente. Sus proyectos de "exploración lunar" y "alunizaje" se basan en años de ella y en la experiencia tecnológica acumulada, y no se dejarán influir por actitudes y posturas de Estados Unidos y Occidente. En comparación, los renovados pasos del primero hacia la Luna parecen estar cada vez más mezclados con intereses y una mentalidad de competencia. Si Estados Unidos tiene intenciones impuras, en cierto sentido estaría contaminando al satélite natural.