spanish.china.org.cn | 15. 01. 2024 | Editor:Lety Du | [A A A] |
Gran riesgo para la UE de seguir la política de EEUU hacia China
Relación China-UE: VCG
El presidente chino, Xi Jinping, se reunió el viernes en Beijing con el primer ministro belga, Alexander De Croo. Su visita es uno de los contactos de alto nivel más importantes entre China y la Unión Europea (UE)) este año, tras las del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en diciembre pasado.
Su presencia resalta el diálogo y la interacción en curso con el bloque europeo, sobre todo teniendo en cuenta que Bélgica ha asumido recientemente la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea y que De Croo ocupará una posición central en la coordinación de la agenda política comunitaria en los 6 meses por venir.
La relación bilateral es compleja y polifacética, con diferencias en varios ámbitos, como los desequilibrios comerciales y las subvenciones, y el conflicto de Ucrania. Sin embargo, estas cuestiones tienen como telón de fondo cambios geopolíticos y de poder más amplios que han causado malestar en el bloque.
Los europeos son cada vez más conscientes de la creciente presencia de China en la escena mundial, no solo en la esfera económica, sino también en la tecnológica y geopolítica.
El inestable vínculo entre los tres polos: China, Estados Unidos y Europa no es un fenómeno nuevo. Mientras Washington sigue liderando, China y la UE cumplen un rol cada vez más preponderante a nivel internacional, acentuado por el avance de la autonomía estratégica europea y el ascenso chino.
Como aliada de Estados Unidos, a la Unión Europea le preocupa el surgimiento de China. Esto queda bien ilustrado al comparar las portadas de dos números del semanario británico The Economist, que en 2013 mostraba la amenaza mundial de las emisiones de carbono de China y en 2024 el nuevo peligro de su liderazgo en tecnologías verdes.
Si los imaginamos como tres corredores en una pista, Estados Unidos continúa a la cabeza, China adelanta de vez en cuando a Europa, pero la mayoría de las veces es al revés. A menudo es el segundo quien acumula ansiedad.
Este contexto nos muestra la diferencia entre la política estadounidense y la europea hacia China.
Bruselas se centra actualmente en disminuir la dependencia de proveedores extranjeros de tecnología de punta, para evitar más que nada la superación o sustitución por China en áreas críticas, simultáneamente aplica medidas de protección para contrarrestar el impacto de la fabricación china en su mercado. Por el contrario, Estados Unidos busca mantener su dominio mundial en alta tecnología y áreas clave de producción limitando a China.
El resultado de esta competencia es distinto del que esperaba Washington: En lugar de reconstruir las cadenas de suministro para excluir la fabricación china, cada actor trata de consolidar y fortalecer su postura en las ya existentes.
El "desacoplamiento" y la "ruptura de la cadena" no son factibles. Es improbable que cualquiera de las partes pueda formar una nueva totalmente independiente. Si la UE adopta el enfoque estadounidense hacia China, puede acabar dependiendo más de Estados Unidos y sufrir el mayor daño entre los tres.
Si sigue la política de contención, especialmente en equipos de producción de semiconductores, corre el riesgo de perder un mercado lucrativo con la mayor capacidad manufacturera de productos finales, ampliando la brecha con el otro lado del Atlántico.
Su dilema estratégico con China refleja también el que tiene con Estados Unidos. La UE aspira a convertirse en la primera economía mundial, pero también quiere mantener el apoyo estadounidense utilizando estratégicamente la alianza para erigir su propia posición influyente en el mundo.
El bloque necesita definir su planteamiento hacia China de forma independiente. Esto no significa que deba trazar una línea clara con Estados Unidos, pero es necesaria una actitud más pragmática, racional y global a la hora de considerar sus lazos con Beijing. No debería centrarse siempre en la competencia e ignorar la brecha cada vez mayor con Washington.
Si puede considerar su relación con China desde una perspectiva diferente, ambos tendrán aspectos competitivos y cooperativos, y estos últimos podrían reducir el margen entre ambas partes y Estados Unidos, aportando así estabilidad a un mundo multipolar.
Por lo tanto, es crucial crear más conexiones entre la UE y China. Con más puentes, habrá más vías, mejor comunicación y entendimiento para un vínculo nuevo que respalde un desarrollo mundial equilibrado.