¿BYD supera a Tesla? Algunos muestran celos frente a la idea

Tesla ha publicado sus resultados de entregas y producción del cuarto trimestre de 2023, superando las estimaciones del mercado y cumpliendo su objetivo anual. A pesar de los éxitos, algunos medios de comunicación occidentales, tras compararla con su par china BYD, han adoptado una mentalidad de celos con titulares como "BYD supera a Tesla por primera vez."

Los datos indican que las ventas de vehículos eléctricos de Tesla siguieron a la cabeza del ranking mundial en 2023, pero las del cuarto trimestre quedaron por detrás de las de BYD. Las unidades de esta última demostraron un fuerte impulso al alza, con un incremento de más del 70 % en comparación con 2022. La comparación entre las empresas de China y Estados Unidos ha desatado una sensación de crisis en la prensa occidental, no solo en el rubro de vehículos eléctricos, sino también en el del sector económico y tecnológico en general. Reuters llegó a afirmar: "BYD se roba el primer puesto en el rubro de VE". Estas reacciones reflejan una mentalidad estrecha frente al desarrollo de China.

Sin embargo, no mencionan otras comparaciones. En 2023, las ventas anuales de Tesla sumaron 1,8 millones de unidades, y solo en el mercado chino superaron las 600 000 y su fábrica en Shanghai entregó 947 000 vehículos. Esto significa que un tercio de lo vendido por la marca en el mundo en todo el año fue en China y más de la mitad salieron de la planta de Shanghai. Esta es la historia de una empresa estadounidense que se beneficia del desarrollo chino.

Veamos la experiencia de BYD en Estados Unidos. Ante el temor de los llamados "autobuses espía", el Gobierno estadounidense interfirió en una ocasión en la producción normal de la fábrica estadounidense de autobuses de BYD con una prohibición. En cuanto a las exportaciones de BYD, Estados Unidos, a través de medidas como la Ley de Reducción de la Inflación, estableció barreras infranqueables. Esta es una historia real de una firma china a la que Washington ha bloqueado el acceso por medios despreciables.

Aún más irónico es que la Casa Blanca siga debatiendo un nuevo aumento de aranceles sobre los vehículos eléctricos chinos. Este es esencialmente su plan para "atacar a enemigos imaginarios". Dado que el mercado estadounidense apenas los importa de China, esto significa que el Gobierno planea gravar un producto que fundamentalmente no existe en el país. Según algunos de sus  funcionarios, esto obedece a que les preocupa que, a pesar de las numerosas barreras existentes, sigan siendo incapaces de impedir que los vehículos eléctricos chinos entren en Estados Unidos. El hecho de que se alarmen tanto por ello, demuestra lo conservadora y frágil que es la mentalidad general en Washington. No solo construyen el muro más alto, sino que además carecen del valor necesario para asomar la cabeza y echar un vistazo.

En marcado contraste, el 22 de diciembre del año pasado, Tesla firmó un contrato de cesión de terrenos en Shanghai y anunció el lanzamiento oficial del proyecto Megafábrica de Depósito de Energía de Tesla Shanghai. Los medios chinos informaron este acontecimiento de manera positiva. China no redirigió su ira hacia las empresas estadounidenses como Tesla a pesar de la supresión y exclusión de sus pares chinas por el Gobierno estadounidense. Por el contrario, abrió sus puertas a Tesla que ha obtenido sustanciales beneficios en el mercado chino. Son los estadounidenses quienes sienten resentimiento por el hecho de que BYD haya superado a Tesla. ¿Hay alguna razón válida para tal queja?

Cabe mencionar que BYD, tras verse obligada a renunciar al mercado estadounidense, se ha convertido en el primer fabricante mundial de vehículos eléctricos. El camino recorrido por China para ganar la carrera en el rubro durante la última década demuestra que el aislamiento no es la senda a seguir y que el progreso solo puede lograrse con apertura. La opinión pública occidental suele distorsionar la competencia como confrontación, descuidando el aspecto de la cooperación beneficiosa para todos. Para el sector, en un entorno de mercado maduro y ordenado, la competencia en tecnología y rentabilidad, así como la búsqueda de la creación de productos de mayor calidad para los consumidores, podrían conducir a un ecosistema sano y positivo que no tiene por qué ser un juego de suma cero de "tú pierdes, yo gano". Los chinos se alegran del progreso de BYD y también esperan el éxito continuado de Tesla.

El Pacífico es lo bastante grande como para albergar el desarrollo de China y de Estados Unidos; el propio mundo es aún más grande y ofrece infinitas posibilidades de futuro. Cada país, nación y empresa tiene su propio espacio y oportunidades. Muchos problemas surgen de la estrechez de miras de algunas élites occidentales que no toleran ni siquiera a una firma como BYD. Tratan una historia positiva como una de terror; crean ansiedad y preocupación, e inventan la "teoría de la amenaza de los vehículos eléctricos chinos" que ha surgido silenciosamente en Europa y Estados Unidos. Cuando un ramo chino encuentra temporalmente dificultades, hablan mal de China; cuando va bien, afirman que es una amenaza. Afortunadamente, sus acciones solo causan molestias a ellos mismos y el progreso de China no se verá obstaculizado por las mismas.