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spanish.china.org.cn | 21. 10. 2023 | Editor:Filo Fu | [A A A] |
América Latina y el Caribe a través de la Franja y la Ruta
Por Isaura Diez
La antigua Ruta de la Seda enlazó hace más de dos mil años, y hasta el siglo XV, al Imperio chino con Occidente a través de Eurasia. El movimiento de mercaderes posibilitó el canje de mercancías, pero también favoreció el intercambio religioso, cultural y filosófico, por citar otros ejemplos. Los aportes a la modernidad de esta ruta que se originabaen la ciudad china de Xi'an están documentados.
Estos fueron los antecedentes históricos sobre los que se basó, en septiembre de 2013, el presidente chino Xi Jinping cuando instó a los países de Asia Central a rescatar la franja económica de la Ruta de la Seda. Poco después en ese mismo año propuso una guía para lo que denominó Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI.
La Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) inició como un proyecto de conectividad y construcción de infraestructuras dirigido, en un principio, a Asia Central. Sin embargo, ha devenido plan estratégico para enlazar y aumentar la cooperación económica, financiera, cultural, científica, educacional y de otros tipos entre naciones de Asia, África y Europa, esencialmente.
Las rutas terrestres asociadas a los corredores económicos, así como la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI, convierten a la IFR en un megaproyecto que consolida a China no ya como un “rule shaper”, sino como un “rule maker”. Además, es notable la defensa del multilateralismo, la globalización y la creación de una super estructura financiera que acompaña a la IFR frente al discurso proteccionista de la Casa Blanca y luego de la debacle del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica. Asimismo, la estructura financiera e institucional de la que es parte, promueve un nuevo tipo de cooperación mundial alternativo al creado por el Occidente colectivo liderado por el Consenso de Washington.
La inclusión de América Latina y el Caribe (ALC) más tarde, responde al interés de incorporar nuevos sujetos, promover el multilateralismo y favorecer la creación de infraestructuras.
Unos 20 países de la región han firmado memorandos de entendimiento para ser parte de la iniciativa, sin embargo, la adhesión de la región como un bloque unido no se ha verificado según lo pactado y los acuerdos alcanzados funcionan, sobre todo, en el plano bilateral.
Lo cierto es que desde que el presidente Xi propusiera la creación de la IFR para favorecer la interconectividad, la comunicación y las inversiones desde Asia, numerosas investigaciones han abordado este proyecto desde una perspectiva, fundamentalmente, económica y financiera, sin embargo, su alcance es mucho más integral.
Respecto a ALC, incluida a posteriori como una extensión natural de la franja marítima, los estudios de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) se han acercado al tema mediante el análisis de las oportunidades que trae la iniciativa para la región, las facilidades económicas y de inversión, así como sus diferencias respecto a otros proyectos propuestos por Estados Unidos y el Occidente colectivo.
Durante la última década, factores económicos, políticos y geográficos, principalmente, incidieron en que la IFR no se implementara totalmente en América Latina y el Caribe.
El primer factor tiene que ver con las prioridades de la estrategia de China, dirigida principalmente a Asia como zona de influencia natural. Otro factor es la incapacidad de la región latinoamericana y caribeña para dialogar con el gigante asiático como un bloque unido, pese a la alta concertación política alcanzada durante el Foro China-Celac. Otros motivos tienen que ver con la preferencia por acuerdos bilaterales, la distancia geográfica, la reproducción de relaciones económicas según la visión centro-periferia, la influencia de Estados Unidos en América Latina y el Caribe, y el poco tiempo de creada la iniciativa.
Uno de los principales atractivos para ALC, es que el proceso actual de inversiones y préstamos de parte de China no conlleva a la asunción de actitudes propias de un hegemón. No hace uso de la cooptación, de los condicionamientos económicos para presionar votaciones políticas, tampoco apela a las intervenciones militares, como sí ha sido práctica en el caso de Estados Unidos, incluso desde fines del siglo XIX y en particular, durante la Guerra Fría.
En el caso de Cuba, su adhesión a la IFR con un Memorando de Entendimiento llegó en 2018 y durante la visita a China del presidente Miguel Díaz-Canel ambas partes alcanzaron importantes consensos sobre el tema. En 2021 se firmó un plan de acción específico para implementar la inicitiva en la isla y en estos momentos se encuentran en el proceso de identificación de los proyectos conjuntos para incluir en el marco de la IFR. Sin embargo, debemos recordar que ya los dos países tienen un vínculo sólido de colaboración en varios sectores, con resultados positivos especialmente en el área biotecnológica, la comercialización de productos cubanos en China, el intercambio educativo y el desarrollo del turismo, por citar ejemplos.
Durante el recién finalizado III Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional, la delegación de Cuba encabezada por la Contralora General de la República, Gladys Bejerano, ratificó el respaldo de la isla a la IFR y ponderó su caracter multipolar.
Por América Latina y el Caribe asitieron también los presidentes de Chile, Gabriel Boric y de Argentina, Alberto Fernández, con los que China tiene vínculos estrechos de cooperación económica-comercial. La región coincidió en señalar que la IFR representa un alternativa para acceder a un nuevo sistema financiero y se corresponde con el nuevo orden mundial en surgimiento.
ALC está más abierta a proyectos de cooperación transregionales con actores emergentes como China, con el cual aumentó considerablemente su intercambio comercial hasta superar los 300 mil millones de dólares de forma consecutiva desde 2018.
Para la región, la IFR se traduce en oportunidades para diversificar la canasta exportadora al importante mercado chino, la cual se concentró en la última década en los recursos naturales.
De hecho, el amplio déficit en infraestructura convierten a ALC en un mercado potencial para las industrias chinas, sobre todo en la construcción de rutas, puentes, ferrocarriles, puertos y aeropuertos.