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spanish.china.org.cn | 18. 09. 2023 | Editor:Teresa Zheng | ![]() |
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EE.UU. sabe lo que el "Sur Global" desea escuchar en la AGNU
Sede de la ONU en Nueva York. Foto: VCG
El lunes dará comienzo la semana de alto nivel de la 78 Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) hasta el 26 de septiembre. En comparación con las anteriores, este año viene con un mayor énfasis en los países del "Sur Global". Varias reuniones paralelas se centrarán en las prioridades de las naciones en desarrollo de África, América Latina y Asia, tales como el clima, la salud y la financiación. Ellas han influido y respondido a las agendas de la AGNU con un mayor espíritu de unidad y cooperación, así como con un sentimiento de "ser los anfitriones". El director de un centro de estudios internacional cree que "éste es un año en el que los países del Sur Global marcarán la pauta”
Para la presente edición, el secretario general António Guterres tiene puestas grandes esperanzas, entre ellas la de "ayudar a rescatar los Objetivos de Desarrollo Sostenible". El término "rescatar" revela las dificultades actuales que enfrentan el desarrollo mundial y la insalvable brecha entre los países en desarrollo y sus pares desarrollados. Lo que Guterres resalta es un cambio fundamental en la situación internacional actual, es decir, el ascenso colectivo de este grupo que conlleva un llamamiento a un orden internacional más justo y razonable. Mientras tanto, las grandes potencias, como Estados Unidos y Occidente, se esfuerzan por mantener su dominio y recurren a todos los medios posibles para desacreditar, atacar y reprimir este llamado. Esta contradicción es la causa principal de la actual división geopolítica.
Por ejemplo, lo que la comunidad internacional, principalmente los países en desarrollo, esperan debatir en la AGNU es cómo resolver la pobreza, aliviar la elevada inflación, encarar el cambio climático, entre otros temas. Buscan promover el desarrollo sostenible a través de diálogos multilaterales. Las palabras clave del debate general -paz, prosperidad, progreso y sostenibilidad para todos-, que suelen considerarse los "puntos fuertes" de la AGNU, también reflejan plenamente este firme deseo. Lo que más les preocupa es que la crisis ucraniana vuelva a monopolizar la cita y desvíe la atención de los temas de desarrollo. El interminable debate sobre la guerra y las amenazas abiertas y encubiertas contra otros países, obligándoles a elegir un bando, es lo último que desean oír. Sin embargo, aunque Estados Unidos presta atención al "Sur Global", también declaró que "el mundo no puede abordar uno sin el otro", es decir, la crisis de Ucrania y el tema de desarrollo. Esto demuestra que es muy consciente de sus demandas, pero insiste en llevar su propia agenda a los foros multilaterales.
Hay muchos ejemplos similares y todos reflejan sin excepción que la práctica de introducir cálculos geopolíticos en estos escenarios ha socavado los esfuerzos de cooperación mundial y ha desperdiciado muchas oportunidades para que los países en desarrollo y las naciones desarrolladas alcancen compromisos, reconciliaciones y cooperación. Además, ha limitado la eficacia de estas plataformas que antes funcionaban bien. Esto es lamentable. En este proceso, Estados Unidos y Occidente han demonizado sus legítimas y justas demandas con sus poderosas herramientas de opinión pública. A vísperas de la apertura de una serie de importantes reuniones en la Asamblea General de las Naciones Unidas, la Cumbre del G77 + China tuvo lugar en La Habana, capital de Cuba, del 15 al 16 de septiembre. Los participantes aprobaron por unanimidad la Declaración de La Habana que subraya el "derecho al desarrollo en un orden internacional cada vez más excluyente, injusto y expoliador". Fue un grito de los países en desarrollo antes de los encuentros de alto nivel en la AGNU. Sin embargo, sigue siendo incierto hasta qué punto sus voces e inquietudes, así como los del secretario general de la ONU puedan ser escuchadas por los representantes del mundo desarrollado en Nueva York.
Es evidente que Estados Unidos y otros países occidentales despliegan mayores esfuerzos para ganarse al "Sur Global", pero no se trata de concederle un estatus más igualitario y oportunidades de desarrollo, sino más bien de seguir confinándolo a la periferia del sistema "centro-periferia". La realidad es que el grupo está más despierto que nunca y es más capaz de mantener su independencia y autonomía. Esto no solo se refleja en su prudente y equilibrado enfoque del conflicto entre Rusia y Ucrania, sino también en su lucidez y serenidad ante la instigación estadounidense a la confrontación contra China y Rusia. La AGNU es el foro multilateral más representativo a nivel mundial, Estados Unidos y Occidente deberían ser más humildes y ver con claridad la dirección general de la comunidad internacional.
