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spanish.china.org.cn | 11. 09. 2023 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

El G20 no es el lugar para que EE.UU. perpetúe su hegemonía

Palabras clave: G20, EE.UU., hegemonía

Un grupo de personas camina junto a una pancarta con banderas de los países participantes en la cumbre del G20 en el Centro Internacional de Prensa de su sede a vísperas de la cita de dos días en Nueva Delhi el 8 de septiembre de 2023. Foto: AFP


Existe un viejo dicho en China: "Cuando la herida se cura, el dolor se olvida". Significa que cuando las cicatrices sanan, las personas tienden a olvidar cómo las obtuvieron y vuelven a cometer los mismos errores. Cuando el presidente estadounidense Joe Biden estuvo en India para asistir a la cumbre del G20, muchos pensaron en las causas y consecuencias de la edición celebrada en Washington en 2008.

Ahora, Washington busca con ansias transformar el encuentro en un "campo de batalla" contra China por una mayor influencia y su liderazgo mundial.

Según un informe de Reuters del jueves de la semana pasada, "el presidente estadounidense Joe Biden llega a la reunión del Grupo de los 20 (G20) este fin de semana en India con una oferta para el "Sur Global": pase lo que pase con la economía china, Estados Unidos puede ayudar a financiar su desarrollo".

El objetivo de su gira a Vietnam e India, así como de su participación en la G20, es frenarla. Washington está tan dispuesto a competir con ella por una mayor influencia que toda oportunidad es buena para tal cometido.


¿Y hace 14 años?

El G20 nació a fines de la década de 1990, tras la crisis financiera asiática, como foro para que los países desarrollados y en desarrollo debatieran sobre la estabilidad financiera. En 2008 devino cumbre. La razón fue que la quiebra de Lehman Brothers ese año desencadenó una tormenta en el sector que afectó a todo Occidente y sumió a la economía mundial en la zozobra. ¿Quién podría salvarlo? ¿Quién podría resucitar a la economía mundial?

Washington dirigió su atención hacia las economías emergentes. En esa línea, fungió de anfitrión de la primera cumbre del G20 en 2008.

Durante un tiempo, antes de la crisis, las economías emergentes y en desarrollo representaban alrededor del 30 % de la economía mundial, pero en 2010, su contribución alcanzó el 70 %.

En noviembre de 2008, el G20 pasó de ser una reunión de ministros de Economía a una cumbre y en abril del año siguiente tuvo lugar su segunda edición en Londres. En septiembre del mismo año, en la Declaración de los Líderes en Pittsburgh, la quinta cláusula solo tenía una palabra: "Funcionó".

Puede que Biden y los responsables políticos de Washington hayan olvidado esta escena. El G20 celebró dos cumbres y evitó eficazmente la propagación de la debacle financiera. Una de las principales razones fue la presencia de las economías emergentes, representadas por China.

La economía china ha realizado aportes notables a la recuperación de Occidente y del mundo. Los informes del Banco Mundial muestran que, entre 2013 y 2021, la tasa media de su contribución al crecimiento mundial fue del 38,6 %.

Se pretendía que el G20 sirviera de foro para fomentar la colaboración entre los países avanzados y sus pares en desarrollo, permitiendo a ambos grupos investigar y avanzar económicamente en igualdad de condiciones.

Sin embargo, en opinión de Estados Unidos, incluidos el FMI y el Banco Mundial, casi todas las organizaciones internacionales son "campos de batalla" y deben aprovechar cualquier oportunidad para ganar aliados y suprimir su influencia con alianzas que la frenen.

China nunca ha buscado competir con Washington por la hegemonía. "No buscarla" es la esencia de su desarrollo pacífico. China persigue el avance común. Las economías emergentes en el G20 también comparten el mismo objetivo. Muestran claramente que no están dispuestas a seguir la batuta geopolítica de Estados Unidos y Occidente. La declaración alcanzada refleja con claridad tal postura.

En menos de 20 años desde la última crisis financiera, el presidente estadounidense intenta ocupar la posición de liderazgo del G20. Cualquiera con dos dedos de frente en el orden mundial existente puede sentir su temor.

Las últimas noticias de Washington muestran que 7,6 billones de dólares de deuda pública vencerán el próximo año lo que añadirá presión sobre las tasas de interés ¿Alguien recuerda lo ocurrido en Estados Unidos en 2008?