Huawei y la industria china debe superar las sanciones de EE.UU.

Rompiendo barreras. Ilustración: Chen Xia/GT

La importancia del Huawei Mate 60 Pro radica en su capacidad para sortear las sanciones estadounidenses y abrir nuevos horizontes. Las restricciones a Huawei y a las empresas chinas podrían extenderse ahora a compañías como Qualcomm, Nvidia, Intel, TSMC y Samsung, entre otras. De ser verdad, como lo sugieren rumores en la red, que el modelo no contiene tecnologías estrictamente controladas por Washington, entonces el dispositivo representa un punto de inflexión. Podría reducir notablemente los beneficios de los chips estadounidenses y anunciar el auge de los sistemas operativos chinos.

El Mate 60 Pro no es solo una edición 5G, sino también es el primer teléfono inteligente para las masas en el mundo con acceso a llamadas satelitales.

Los analistas predicen que sus ventas mundiales podrían llegar a decenas de millones, y las anuales de sus móviles a entre 40 y 50 millones de unidades. El chip Kirin 9000s también abre la posibilidad de que otras marcas chinas reemplacen los chips Qualcomm por sus versiones nacionales. Los modelos de Huawei impulsarán la expansión del ecosistema HarmonyOS y allanará el camino para su instalación en marcas chinas. Aunque otros móviles locales aún utilicen tecnología estadounidense, su posición negociadora será diferente a partir de ahora.

Todas estas posibilidades se asientan sobre una base sólida y ahora es el momento más difícil para los partidarios de la línea dura de Estados Unidos que abogan por sanciones ilimitadas contra China. Ven una enorme laguna en la sanción a Huawei y en la imposición de prohibiciones tecnológicas a China y lo que les hace entrar en pánico es cómo se formó. Están confundidos, perdidos en la niebla.

Si las autoridades estadounidenses están decididas a endurecer aún más las restricciones, será una apuesta arriesgada que no pueden permitirse. No solo tienen que ampliar su alcance contra las grandes compañías chinas, sino que también tienen que elevar su rigor, al exigir al país norteamericano y a las firmas occidentales bajo su control no vender ningún material semiconductor ni equipo de fabricación, ni siquiera de gama baja, a China. Sin embargo, hacerlo perjudicará inmediatamente a las empresas estadounidenses y occidentales, y Washington no tiene garantías de poder aplastar al chip Kirin 9000s. Si la independencia del chip ya ha superado con creces el obstáculo de las sanciones, sería inútil construir un muro más grande que solo bloqueará en mayor medida y de manera insensata el rubro de semiconductores estadounidense y occidental. El resultado de semejante política será la desaparición de gigantes como Qualcomm.

El Mate 60 Pro ha ejercido una inmensa presión sobre la "Lista de Entidades" del departamento de Comercio. La manufactura china es completa y ha acumulado una base sólida para la investigación científica y la innovación. En esta situación, cualquier avance es posible. Washington ha sobrestimado su capacidad de movilizar a sus aliados occidentales para sofocar el desarrollo de alta tecnología de China y ha cometido un trágico error de apreciación.

De hecho, Huawei ha devenido la empresa con mayor capacidad de resistencia a nivel mundial y posee las tecnologías más críticas del sector de la información. Ya se trate de Qualcomm, Samsung o TSMC, todas ellas forman parte del sistema hegemónico estadounidense y perecerían sin él. No obstante, Huawei es diferente. La marca ha aportado a la infraestructura de la 5G y ha producido móviles 5G conectados al sistema BeiDou, además ha salido de la cadena de suministro dominada por Estados Unidos. La historia demostrará que el Mate 60 Pro de Huawei anuncia la llegada de una nueva era en tecnología en la que Estados Unidos no puede dominar y establecer reglas arbitrarias; una era de mayor libertad y equidad.