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spanish.china.org.cn | 30. 08. 2023 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

China gana en madurez con sanciones de EE.UU.

Palabras clave: China, EE.UU., Raimondo

China y Estados Unidos establecerán un nuevo canal de comunicación entre sus autoridades de comercio, según un comunicado publicado por el Ministerio de Comercio chino. Las dos partes acordaron formar un grupo de trabajo. Este es uno de los resultados de la visita de la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, que señala al mundo el deseo de ambos países de estabilizar su comercio.

Sin embargo, las dudas perseveran entre la mayoría de los chinos sobre la sinceridad de la parte estadounidense, especialmente desde que Raimondo declaró explícitamente que el país no cedería ni negociaría en asuntos de seguridad nacional. Es evidente que espera que el grupo de trabajo se utilice para coordinar la aplicación de controles a la exportación, en lugar de abordar su normativa en sí. Esto induce a pensar que Estados Unidos no solo pretende mantener las restricciones a la compra de chips chinos, sino que no descarta la posibilidad de ampliarlas.

La brecha en su forma de entender la estabilización de las relaciones comerciales es enorme. Raimondo mostró una serie de productos de cuidado personal fabricados por empresas estadounidenses durante un acto en Beijing y afirmó que "nadie puede argumentar que los artículos de salud y belleza interfieren en nuestra seguridad nacional", y que el 99 % del comercio entre ambos países no está relacionado con el control de las exportaciones. Esto no solo alivia las preocupaciones sobre una contracción ilimitada del comercio, sino que confirma la opinión mantenida por el pueblo chino: Washington desea a una China en un nivel de desarrollo muy inferior al de ellos y Occidente al optar por un intercambio desigual de mercancías. China serviría de mercado consumidor para sus productos tecnológicos y contribuiría a su prosperidad a largo plazo en los sectores de gama baja y media.

China no puede aceptar un acuerdo hegemónico de este tipo. Se espera que el futuro modelo de desarrollo entre ambos esté determinado por la libre competencia. El pueblo chino tiene el derecho inherente de avanzar hacia una modernización integral y no debe ser colocado a la fuerza en una posición de desventaja. Ni siquiera Dios tiene derecho a adoptar tales acciones coercitivas, y mucho menos Estados Unidos.

Por ello, China ha tomado la decisión de restringir la exportación de galio y germanio a partir de agosto. Esto también planteará dificultades a la industria estadounidense de alta tecnología, y algunas de sus compañías ya están sintiendo la presión de esta política. Además, mientras Washington siga con las sanciones, la seguridad nacional debe salvaguardarse mejor. La oferta de Micron Technology ya ha sido parcialmente prohibida en China y se ha paralizado un plan de adquisición de Intel.

Por otra parte, los esfuerzos de China por desarrollar el rubro de semiconductores están en plena marcha, con avances constantes. Su capacidad de producción ha crecido hasta un 16 % de la mundial y se ha logrado la precisión a 14nm y 7nm. Huawei anunció este mes logros en el sector de las GPU con capacidades y rendimiento comparables al A100 de Nvidia.

Estados Unidos espera frenar la potencia de cálculo de China y dejarla en un umbral bajo, pero esto es imposible. La enorme demanda de China proporciona un amplio espacio de financiación y venta de productos para la investigación y el desarrollo y, con cada paso adelante, los beneficios de la industria estadounidense de semiconductores disminuirán, formando una tendencia a largo plazo de desplazamiento gradual de la riqueza en este sentido hacia China.

Como a muchas compañías chinas les preocupa que la disociación de los ramos de alta tecnología cause un perjuicio general al comercio bilateral, varias de ellas orientadas a la exportación exploran otros mercados como "plan B". La reestructuración de las cadenas de suministro y las redes de ventas también incrementarán los costes comerciales para China y Estados Unidos.

Este último ha agotado gran parte de sus cartas para sancionar a China y el daño ocasionado es muy elevado. Sin embargo, China puede soportar estas pérdidas. Debido a la pandemia de COVID-19, esta reforzó temporalmente su control sobre los intercambios internacionales. A pesar de la ralentización de la economía china, agravada por estas circunstancias, es evidente que no se ha "hundido" como esperaban las élites de Washington. En un periodo relativamente bajo, la fuerza de la sociedad china reúne fuerzas.

En los años posteriores al deterioro de las relaciones entre China y Estados Unidos, China ha encarado desafíos externos sin precedentes desde su reforma y apertura. Al mismo tiempo, ha conseguido frutos notables. En primer lugar, mucha gente solía creer que su prosperidad dependía en gran medida del país norteamericano, pero el miedo colectivo ha desaparecido. Estados Unidos es poderoso, pero no tanto como se creía. Su capacidad para perjudicar a China es muy limitada y la innovación independiente ha devenido una realidad.

En segundo lugar, la idea de abrirse al exterior no ha retrocedido debido a la represión estadounidense, sino que se ha hecho aún más fuerte. Los chinos desaprueban las políticas estadounidenses contra China, pero esto no ha dado pie a las represalias impulsivas que reducen los intercambios. China ha manejado sus lazos de forma muy racional y ha mantenido dicho enfoque con otros países occidentales. Por lo tanto, el marco general del comercio entre China y Occidente se mantiene inalterable y con el desarrollo acelerado de la iniciativa de la “Franja y la Ruta”, el camino hacia la apertura se está consolidando.

Washington ha impuesto una competencia estratégica y el resultado es que China está madurando en medio de las tormentas. Si quieren una guerra comercial, habrá compañías; si quieren estabilizar en cierta medida las relaciones comerciales, también habrá cooperación. En este proceso fluctuante, el pueblo chino entiende mejor una cosa: debe centrarse en hacer bien sus cosas. Es su mayor ventaja y recurso a la hora de abordar la compleja relación con el compañero del otro lado del mundo.