¿La visita de Raimondo inyectará energía positiva en los lazos económicos?

China - EE.UU. Foto: VCG

Todos quienes guardan interés en el futuro de las relaciones económicas y comerciales entre China y Estados Unidos siguen de cerca la visita de la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, en busca de pistas sobre si su viaje inyectará energía positiva en los tensos vínculos de las dos mayores economías del mundo.

Raimondo es la cuarta alta funcionaria estadounidense que visita China en tres meses. Dado su cargo en el departamento dedicado principalmente a la economía y el comercio, se la considera la persona con más posibilidades de lograr resultados tangibles en la resolución de disputas en dichos ámbitos y en la recuperación de los lazos bilaterales.

Los dos países enviaron señales positivas sobre los intercambios económicos y comerciales antes de su llegada. Así, su presencia surgió "por invitación del ministro de Comercio chino, Wang Wentao".

Después de que China levantara las restricciones a los viajes grupales a la nación americana y a otros países, Raimondo emitió un comunicado en el que afirmaba que el restablecimiento de Estados Unidos "como destino aprobado para viajes grupales es una victoria significativa para el sector del turismo y un importante paso adelante en el incentivo del intercambio de personas, crucial para nuestra relación bilateral".

Además, Boeing reanudará la entrega de aviones 737 MAX a China por primera vez en cuatro años, lo que se percibe como un avance largamente esperado, según informan los medios estadounidenses.

El gobierno de Biden pretende prorrogar por seis meses un acuerdo científico y tecnológico con China que data de hace décadas, mientras que la Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio anunció que retirará a 27 entidades chinas de la llamada Lista No Verificada justo antes de la visita de Raimondo.

Estos signos alentadores sugieren al menos una cosa: hay esperanzas en relajar las tensiones, las relaciones económicas y comerciales bilaterales son el lugar por excelencia para el avance, razón por la cual los esfuerzos para estabilizarlas o mejorarlas han continuado a pesar de la fría atmósfera general.

Dados los retos a los que se enfrenta la economía estadounidense, si Raimondo aprovecha la oportunidad, su viaje podría convertirse en fuente de fructíferos intercambios y comunicaciones. Por ejemplo, la eliminación de los aranceles sobre algunos productos chinos podría aliviar las presiones inflacionistas sobre la economía estadounidense, al tiempo que indicaría la sinceridad de Washington respecto a la mejora de las relaciones comerciales.

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha dicho que su despacho seguirá subiendo los tipos de interés "si procede", ya que la inflación sigue siendo "demasiado alta." Además, prácticamente todos los estudios sobre guerras comerciales han mostrado que no hay ganadores, lo que ha traído para Estados Unidos más pérdidas que ganancias.

En una reciente carta abierta Americans for Free Trade, organización que agrupa a unos 170 grupos comerciales, instó a la representante de Comercio, Katherine Tai, a abordar la próxima expiración de exclusiones arancelarias de la Sección 301.

Dado el actual escenario en el país norteamericano, no tenemos muchas esperanzas de que una sola visita pueda poner fin a la guerra comercial iniciada por ellos. Algunos abogan constantemente por la desvinculación y la presión a los sectores chinos. No faltan las voces en Estados Unidos que coaccionan a Raimondo, advirtiéndole que no ceda.

En tales circunstancias, el simple hecho de mantener el impulso positivo de las relaciones económicas y comerciales bilaterales puede encarar una fuerte resistencia.

Aún así, se espera que la parte estadounidense valore los cambios producidos tras los denodados esfuerzos de ambas partes. Si la visita de Raimondo puede tener alguna influencia en el avance de la confianza mutua y en la búsqueda de puntos en común a la hora de resolver conflictos comerciales, eso bastaría en cuanto a importancia práctica.