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spanish.china.org.cn | 25. 05. 2023 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

Escalada de ofensiva tecnológica, otra acción autodestructiva de EE.UU.

Palabras clave: EE.UU., Micron, tecnología

Poco después de que China prohibiera la venta de algunos chips de la estadounidense Micron por problemas de seguridad, los políticos de Washington ahora pretenden aumentar la llama de la guerra tecnológica con amenazas de ir tras un número aún mayor de firmas tecnológicas chinas.

El regulador del ciberespacio chino anunció tarde el domingo que el fabricante estadounidense no había superado la revisión de seguridad de red y que, en consecuencia, impediría a los operadores de infraestructuras clave adquirir sus productos ya que planteaba "riesgos de seguridad significativos para la cadena de suministro de infraestructuras de información crítica de China".

La decisión llegó tras más de un mes de investigaciones sobre el cumplimiento de leyes y normativas nacionales de la empresa extranjera.

Sin embargo, en lugar de aconsejar a Micron sobre cómo enmendar su camino, Washington ha acusado a China, y la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, ha señalado que la pena "carece de base factual". Mike Gallagher, presidente del comité sobre China de la Cámara de Representantes instó el martes al Departamento de Comercio a imponer sanciones a Changxin Memory Technologies, el principal productor chino de chips de memoria DRAM, como represalia.

Cualquier posible medida de este tipo podría exacerbar la disputa comercial entre las dos mayores economías del mundo y empeorar aún más los ya deteriorados lazos bilaterales. El recrudecimiento de esta confrontación también generará más incertidumbre en las ya frágiles cadenas de suministro mundiales.

La situación perdedora en la que se encuentran inmersos China y Estados Unidos, así como el resto del mundo, se debe a que Washington abusa aleatoriamente de la seguridad nacional como justificación de políticas dirigidas a estrangular el crecimiento de firmas chinas de alta tecnología.

Washington ha prohibido la aprobación de nuevos equipos de telecomunicaciones de Huawei Technologies y de ZTE alegando "un riesgo inaceptable" para su seguridad nacional. Otras compañías chinas incluidas en la lista son el fabricante de equipos de vigilancia Dahua Technology, el de videovigilancia Hangzhou Hikvision Digital Technology y el de telecomunicaciones Hytera Communications. Las consecuencias han sido graves para las empresas chinas. Por ejemplo, Huawei experimentó una caída de sus rentas de casi el 70 % en 2022 ya que su negocio se vio duramente afectado por "un entorno externo difícil y factores ajenos al mercado".

Ninguna de las medidas punitivas que Estados Unidos ha tomado contra las compañías chinas del sector tiene su base en hechos. A pesar de ello, no hay tregua a la vista. Al parecer, Washington está estudiando una orden ejecutiva para restringir la inversión estadounidense en tecnologías chinas de gama alta como la inteligencia artificial, la computación cuántica, la 5G y los semiconductores avanzados.

Ambos países ganan con la cooperación y pierden con el conflicto. Esperemos que los políticos estadounidenses empeñados en intensificar esta guerra tecnológica caigan en cuenta de ello más pronto que tarde.