La lucha de China contra la COVID-19 es una guía para el futuro

Una persona recibe su dosis en un centro de vacunación contra la COVID-19 en Yinchuan, capital de la región autónoma Hui de Ningxia, en el noroeste de China. [Xinhua]

China asumió el liderazgo en el intercambio de información sobre la COVID-19 y la experiencia en su control, así como en el suministro de vacunas y el envío de equipos médicos durante la lucha mundial contra la enfermedad, dijeron el lunes expertos y funcionarios después de que la Organización Mundial de la Salud anunciara la semana pasada la degradación de la pandemia.

La batalla nacional contra el virus también demostró las ventajas de su sistema político y la capacidad de sus médicos, investigadores y trabajadores de base que servirán a su vez de guía en el manejo de otros males contagiosos en el futuro, añadieron.

El viernes, la OMS anunció que la COVID-19 ya no se considera una emergencia de salud pública internacional, más de tres años después de su declaración como pandemia.

Liang Wannian, jefe del panel de expertos en respuesta a emergencias epidémicas de la Comisión Nacional de Salud, dijo que cuando surgieron los primeros casos en Wuhan, provincia de Hubei, en diciembre de 2019, China los notificó a la OMS lo antes posible y más tarde identificó rápidamente el patógeno y compartió secuencias de su genoma con el resto del mundo, así como protocolos de tratamiento y control de la enfermedad.

"China ofreció pruebas científicas para ayudar a la comunidad mundial en el desarrollo de vacunas y pruebas para encarar el virus”, acotó.

El país proporcionó equipos antivirales, incluidos respiradores, ropa protectora y máscaras, a 153 países y 15 organizaciones internacionales, y envió 37 equipos de expertos a 34 de ellos.

"Como primer país comprometido a hacer de la vacuna COVID-19 'un bien público mundial' y en cooperar con las naciones en desarrollo para su fabricación, China envió más de 2200 millones de dosis a más de 120 países y grupos internacionales", precisó Liang.

Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, indicó: "China no sólo protegió... a su propio pueblo, sino también hizo las veces de proveedor clave de materiales contra el virus y de columna vertebral en su lucha mundial".

La nación repelió más de 100 brotes locales y sus ventajas institucionales y el compromiso de la sociedad desempeñaron un rol esencial.

"La norma fundamental y el requisito previo de todas nuestras estrategias es anteponer la vida y la salud de nuestro pueblo a todo", recalcó Liang, y agregó que los esfuerzos conjuntos y la dedicación del personal sanitario fueron la clave del triunfo sobre el virus.

"Desde el estudio de vacunas hasta el desarrollo de equipos de pruebas, nuestra capacidad científica mejoró mucho", sostuvo Liang, haciendo hincapié en el despliegue de herramientas de grandes datos e inteligencia artificial para aumentar la eficiencia en el seguimiento y gestión de los contagios.

"En los últimos tres años, China ha formulado sistemas de gestión comunitaria relativamente fluidos y eficaces y ha acumulado experiencia a nivel de base", afirmó. "Estos cumplen un papel relevante en el manejo de otras emergencias de salud pública y en la supervisión de enfermedades crónicas".

Los expertos manifestaron que la decisión de la OMS de rebajar el estatus de la COVID-19 no significa complacencia en la aplicación de medidas antivirales.

Liu Qing, funcionario de la Administración nacional de prevención y control de enfermedades, afirmó que su amenaza aún persiste ya que la relajación de las restricciones podría promover los viajes y acelerar su propagación.

Según el Centro chino para el control y la prevención de enfermedades, la variante XBB, altamente transmisible, ha devenido la cepa dominante en China continental y su porcentaje sobre el total de infecciones ha pasado del 0,2 a mediados de febrero al 74,4 en abril.

China utilizará sus sistemas de vigilancia multicanal, que abarcan la mutación vírica, clínicas de fiebre, hospitales centinela, sistemas urbanos de alcantarillado y bases comunitarias, para seguir de cerca la trayectoria de la epidemia en el país y en el mundo, informó Liu.

"Asimismo, es importante intensificar la vigilancia de casos importados y nuevas variantes para reducir los riesgos de brotes a gran escala", añadió.

Se prestará especial atención a las escuelas, residencias de ancianos y centros de asistencia social, dijo Liu, y se reforzará la vacunación de adultos mayores, personas no infectadas y sin la pauta de inmunización completa.