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spanish.china.org.cn | 27. 04. 2023 | Editor:Eva Yu [A A A]

Las catástrofes climáticas generaron 480.000 millones de pérdidas para la UE

Palabras clave: catástrofes climáticas, UE

“Necesitamos aumentar el uso de los seguros contra catástrofes climáticas para limitar el creciente impacto de los desastres naturales en la economía y el sistema financiero”, afirma el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos. Se trata de una necesidad y un llamado que hace la entidad en conjunto con la Autoridad Europea de Seguros y Pensiones de Jubilación (EIOPA por sus siglas en inglés), que piden una mayor aceptación de los seguros contra catástrofes climáticas en los países miembros. Este tipo de eventos costó a la Unión Europea, entre 1980 y 2020, pérdidas directas de 487.000 millones de euros y pueden causar importantes efectos económicos que pueden persistir en el tiempo.

El problema, según indican ambas organizaciones en un informe sobre las opciones de pólizas para reducir la brecha de protección del seguro climático, es que sólo una cuarta parte de las pérdidas por este tipo de situaciones naturales en la UE están aseguradas actualmente, y se espera que la brecha siga creciendo a medida que el impacto del cambio climático siga avanzando a pasos agigantados. De Guindos indicó que la mejor forma para reducir estas pérdidas sería acelerar en la transición ‘verde’ y “complementarlo con medidas efectivas para adaptarse al cambio climático”. 

Los seguros contra catástrofes son una de las herramientas fundamentales para mitigar las pérdidas macroeconómicas relacionadas a estos eventos, es por esta razón que la presidenta de EIOPA, Petra Hielkema, agregó que los seguros tienen un papal clave en la protección de las empresas y de las personas en momentos de tensión como un desastre natural porque rápidamente se pueden entregar seguros de protección con fondos para la reconstrucción. “Para proteger de manera eficiente a nuestra sociedad, debemos abordar la preocupación de la creciente brecha en la protección de los seguros proponiendo y encontrando soluciones adecuadas”, sentencia. 


España supera la media

De acuerdo al documento, la brecha entre países es bastante amplia. La gran mayoría están por debajo del 5% de protección en contra de catástrofes de esta índole. Países como Italia, Grecia, Rumanía, Hungría y Bulgaria son parte de este listado de lugares en los que se “subestiman los costos de los daños relacionados con el clima”. El desestimar los efectos o confiar más en el apoyo del gobierno en caso de daños, son algunas de las razones por la que deciden optar por no incorporar ningún tipo de seguro en sus medidas.

El reaseguro privado es una de las primeras líneas de defensa para cubrir las pérdidas por desastres naturales relacionados con el clima y otro de los métodos más comunes a usar son los bonos catastróficos, más conocidos como ‘bonos cat’. Sin embargo, los expertos indican en el archivo que los responsables políticos deben establecer marcos regulatorios más sofisticados para hacer frente a este tipo de fenómenos y así, minimizar los costes que puedan provocar. Para ello se destaca la inclusión y formación de asociaciones público-privadas (APP o PPP en inglés). 

La gran mayoría de los países están por debajo del 5% de protección en contra de catástrofes climáticas. España supera la media de un 20 y 35%.

“El propósito de tales enfoques no es proporcionar garantías generales del gobierno para pérdidas no aseguradas, sino mejorar la eficiencia en el uso de los fondos públicos y reducir el riesgo moral en relación con el status quo típico del apoyo incondicional del gobierno después de los desastres”, indican en el documento. Esta colaboración busca dar soluciones adicionales de riesgo compartido, y principalmente porque en Europa pocos países cuentan con APP: España, Francia y el Reino Unido son los únicos hasta el momento que lo han implementado.

Gracias a esto, España ha conseguido estar dentro de la media de los países que tienen entre un 20 y un 35% de cobertura en contra de siniestros naturales, junto con Francia. Del Reino Unido Albania y Serbia no hay datos disponibles sobre su tipo de seguros. Otros como Alemania, Eslovenia o Luxemburgo tienen entre un 35 y un 50% de alcance. Noruega, Islandia, Países Bajos y Dinamarca se suben al podio de mayor protección. Otro de los problemas que detecta la UE es que con el avance del cambio climático, los seguros podrían alzar el precio de sus pólizas lo que generaría una menor incorporación por parte de los Estados, aumentando aún más la brecha existente. Para ello, proponen ciertas políticas, además de las incluidas por Bruselas para reducir emisiones y acelerar la transición 'verde'.

El BCE y EIOPA sugieren que las aseguradoras diseñen políticas para impulsar a las empresas y los hogares a que reduzcan el riesgo. Para ello proponen otorgar descuentos por implementar medidas efectivas de mitigación o adaptación. Actualmente, la UE sólo proporciona ayuda limitada en casos de desastre a través de los Fondos de Solidaridad de la UE (FSUE), y los Estados miembros pueden solicitar alguna asistencia financiera para ayuda de emergencia y reconstrucción por daños no asegurados después de grandes desastres. El presupuesto anual actual del FSUE es de unos 500 millones de euros y Alemania, por ejemplo, ha 'tirado' de este dinero en diversas ocasiones (inundaciones del verano de 2021, y olas de calor y sequías en 2018 y 2019) con 75.000 millones. 

Asimismo, las entidades plantean como solución aumentar el uso de 'bonos cat' para respaldar la oferta general de seguros, con el objetivo de transferir parte del riesgo a los inversores del mercado de capitales. De esta manera también se conseguiría fomentar la participación público-privada, y exigir que se compartan los costos y las responsabilidades entre las partes interesadas. Para ello hacen un llamamiento a que los gobiernos establezcan más APP. Además, los esquemas de seguro a nivel nacional podrían complementarse con un esquema público a nivel de la UE que asegure que los países europeos dispongan de fondos suficientes para la reconstrucción después de catástrofes a gran escala relacionadas con el clima.


Fuente: La Informacion