Opinión>
spanish.china.org.cn | 28. 03. 2023 | Editor:Eva Yu [A A A]

China y Honduras tras desatar ataduras legadas por la historia

Palabras clave: China, Honduras, relaciones diplomáticas


El consejero de Estado y ministro de Relaciones Exteriores de China, Qin Gang, y el ministro de Relaciones Exteriores de Honduras, Eduardo Reina, se estrechan la mano después de firmar un comunicado conjunto sobre el establecimiento de relaciones diplomáticas en Beijing, la capital de China, el 26 de marzo de 2023. (Xinhua/Zhang Ling)



Por Jorge Fernández


A diferencia de las últimas décadas, cuando los intereses geopolíticos hicieron de los anhelos básicos de la población sus rehenes, ahora los dos Estados, sus instituciones y sus pueblos dan todo de sí para que de esta relación nazcan árboles cuyos frutos sean disfrutados y cosechados por todos por igual.


Poco a poco, vitalizado por una tendencia imparable de los tiempos, se ensancha el círculo de países amigos que se adhierenal principio de una sola China. El 26 de marzo, el Gobierno de Honduras tomó una decisión diplomática celebrada por el concierto de naciones, y estableció relaciones oficiales con la República Popular China. Los corazones de ambos pueblos palpitan ahora, por primera vez desde la fundación de la nación asiática, al mismo ritmo y con la misma intensidad.

A partir de esta fecha, los dos países abren un nuevo capítulo en su historia diplomática. A diferencia de las últimas décadas, cuando los intereses geopolíticos hicieron de los anhelos básicos de la población sus rehenes, ahora los dos Estados, sus instituciones y sus pueblos dan todo de sí para que de esta relación nazcan árboles cuyos frutos sean disfrutados y cosechados por todos por igual. Se inicia así, después de años de anhelos y esperanzas, un momento en el que el espectro de oportunidades carece de límites.

La isla de Taiwan finalmente es hoy, a ojos de la República de Honduras, parte indivisible del territorio nacional de China, cuya sede de gobierno está en Beijing. Esta apreciación, de implicaciones políticas trascendentes, permite a Tegucigalpa impulsar sus estrategias diplomáticas en otros escenarios y con fortalezas inéditas al vincularse oficialmente con una potencia en ascenso. Estrategas de ambos países tienen ahora, por primera vez en la historia, la oportunidad de trabajar juntos para acelerar la materialización de sus propias agendas y para apoyarse mutuamente en plataformas internacionales.

En el terreno económico, los productores de Tegucigalpa tienen ahora la posibilidad de presentar productos de calidad ante un mercado de consumidores que espera con ansiedad la oferta del país centroamericano. El “corazón de América”, como también se le conoce a esta perla con playas en el Mar Caribe y el Océano Pacífico Norte, ocupa una parte geográfica estratégica del istmo centroamericano. El trasiego de productos entre Centroamérica y Asia, y su distribución hacia otras partes del mundo, convierte a Honduras, por un lado, en un país clave en la iniciativa china de la Franja y la Ruta, y hace a China, por el otro lado, un inversor que contribuirá a oxigenar a la Patria de Morazán.

La política exterior de China descansa en la igualdad de los Estados, y procura que las prioridades satisfagan los intereses de todas las partes de forma equitativa. Esa esencia diplomática sugiere que Honduras y China tienen un amplio abanico de oportunidades en plataformas internacionales, en donde ambos han compartido espacios, pero sin un diálogo por falta de relaciones oficiales. Iniciativas como la del Desarrollo, la de la Seguridad y la de la Civilización globales, que coinciden con los principios básicos de las relaciones internacionales de Honduras, pueden llevarse a niveles insospechados y materializar aspiraciones humanas albergadas por los pueblos de ambos países.

La decisión de Honduras de hermanarse con el gigante asiático, que ahora cuenta con 182 países que rubrican el principio de una sola China, no solo representa un revés para aquellos que miran en Taiwan una carta contra Beijing. El círculo de amigos del pueblo chino se ensancha con gran rapidez, lo que ejerce una presión sobre algunos países de Centroamérica e insulares, que están limitando sus propios intereses nacionales, al desconocer la relación con un país cuyo peso en el escenario internacional redunda en el destino de muchas naciones.

Aunque este nuevo capítulo encierra un espíritu festivo, lo cierto es que, con el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Honduras y China, comienza también un momento de grandes retos y oportunidades. Los años de aislamiento, respaldados únicamente por intercambios comerciales modestos y la amistad popular, deberán revertirse en aras de encontrar nichos de oportunidad. Es un momento en el que ambas partes, justificadas en necesidades reales de sus intereses nacionales, deberán encontrar formas innovadoras de recuperar el tiempo perdido y sacar el mejor provecho de esta nueva relación. ¡En hora buena!