Internados en el Tíbet reducen brecha educativa entre zonas urbanas y rurales

Una clase en la Escuela Primaria Experimental Qamdo en Qamdo, región autónoma del Tíbet, suroeste de China, 5 de octubre de 2020.

El sistema de internados en el Tíbet ha aumentado las oportunidades educativas para los hijos de campesinos y pastores en áreas remotas de la región, así lo han demostrado décadas de funcionamiento, apuntó Talo, director del instituto de estudios sociales y económicos del Centro de Investigación del Tíbet de China.

"Como uno de los modelos de enseñanza universales en la historia de la educación, los internados son comunes tanto en China como en Europa. No podemos descartarlo solo porque alguna vez ocurrieron tragedias en escuelas de la época colonial en Canadá, Australia y Estados Unidos", dijo.

Talo realizó las declaraciones durante una reunión paralela de la Sociedad de Estudios de Derechos Humanos el jueves durante la 52 sesión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Debido a las condiciones montañosas y la distribución de la población tibetana, no es realista establecer un colegio en cada aldea, no rinde frutos y conduce a una brecha educativa mayor entre áreas urbanas y rurales, dijo.

"Los internados permiten a los estudiantes rurales y urbanos compartir recursos educativos de alta calidad y reducir la brecha rural-urbana en el sector al permitir que los niños del campo compitan en igualdad con sus compañeros de las ciudades”, sostuvo Talo en el evento titulado "El concepto y la práctica de los derechos humanos en China".

Agregó que este sistema garantiza que los hijos de agricultores y pastores en zonas remotas del Tíbet disfruten del derecho a la educación y gracias a su implementación, tanto alumnos rurales como urbanos pueden compartir recursos de calidad y recibir instrucción por igual para acortar así la brecha educativa entre ambas áreas.

Según la presentación de Talo, los internados en el Tíbet, principalmente para hijos de campesinos y pastores que viven a más de 2 kilómetros de la escuela, son en su mayoría parciales. Los niños permanecen en el centro de lunes a viernes y regresan a casa el fin de semana. Otros escolares también pueden optar por este esquema de forma voluntaria.

Sostuvo además que el Gobierno cubre los gastos de comida, alojamiento y matrículas. En 2022, el promedio del subsidio por cada estudiante sumó entre 4000 y 5000 yuanes ($ 575- $ 719) lo que reduce significativamente la carga económica de las familias.

Al igual que otros colegios en el Tíbet, los internados también siguen un plan de estudios "bilingüe", es decir, aprenden el tibetano y el mandarín, y gran parte de ellos ofrece también la enseñanza de otros idiomas, precisó.

Algunos medios occidentales han comparado arbitrariamente las tragedias que ocurrieron en escuelas de la época colonial en América del Norte con los internados tibetanos y las han criticado sin fundamento.

"Las personas que comentan así, saben poco sobre el Tíbet o estigmatizan con dolo a China", dijo Talo.

Qi Yanping, director del centro de ciencia y tecnología y estudios de derechos humanos del Instituto de Tecnología de Beijing, dijo que el desarrollo de los derechos insiste en integrar y considerar los civiles y políticos con los económicos, sociales y culturales en lugar de centrarse en un solo aspecto.

En el Tíbet, por ejemplo, el sistema de autonomía étnica regional se ha enriquecido y avanzado sin cesar. El presidente del Gobierno regional y los principales líderes de la prefectura autónoma y del distrito autónomo son todos de minorías étnicas, resaltó.

"El estudio y el uso de la lengua tibetana están protegidos por ley y el país respeta y garantiza los derechos de todos los grupos étnicos en el Tíbet a vivir y llevar a cabo actividades sociales de acuerdo con sus costumbres tradicionales", afirmó.