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spanish.china.org.cn | 13. 03. 2023 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

Diálogo entre Arabia Saudita e Irán en Beijing refleja una confianza preciosa

Palabras clave: Arabia Saudita, Irán, China

Wang Yi (C), miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) y director de la Oficina de la Comisión de Asuntos Exteriores del Comité Central del PCCh, asiste a una reunión de clausura de las conversaciones entre la delegación saudita encabezada por Musaad bin Mohammed Al-Aiban(I), ministro de Estado de Arabia Saudita, miembro del Consejo de Ministros y Consejero de Seguridad Nacional, y la delegación iraní encabezada por el almirante Ali Shamkhani(D), secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, en Beijing, capital de China, el 10 de marzo de 2023.


Las conversaciones entre Arabia Saudita e Irán en Beijing han logrado un éxito significativo y han causado sensación en todo el mundo. La comunidad internacional, incluidos los países árabes, las Naciones Unidas, la Unión Europea y otros, ha acogido con satisfacción el resultado y ha redoblado sus esperanzas en el futuro de la paz en Oriente Medio. A decir verdad, en los últimos años ha habido muchos acontecimientos que han conmocionado al mundo, pero la mayoría han sido noticias tristes sobre guerras, conflictos y desastres, con actitudes cada vez más divididas. El buen término de las conversaciones entre Arabia Saudita e Irán en Beijing mereció el aplauso y los vítores unánimes de la comunidad internacional, no vistos por mucho tiempo. Este entusiasmo auténtico refleja las aspiraciones actuales de todos los pueblos.

Por un largo tiempo, la hostilidad entre estos dos países ha sido considerada como una "Guerra Fría" en Oriente Medio, con graves efectos en la seguridad de la región. Muchos países intentaron "mediar", pero no lo consiguieron. Como naciones pertenecientes a las ramas suní y chií del Islam y las más grandes a ambos lados del Golfo Pérsico, el "nudo" entre Arabia Saudita e Irán agrupaba factores complejos como la historia, la religión y la geopolítica, y aliviar su conflicto devino una "misión imposible". No es exagerado decir que quizá la mayoría de la gente no creía que el nudo pudiera desatarse antes de los frutos cosechados durante el diálogo en Beijing. Precisamente por ello, ambos países expresaron su gratitud por el rol primordial de China como mediador, y el secretario general de la ONU, António Guterres, su reconocimiento por los esfuerzos desplegados.

¿Cómo logró China este milagro? En primer lugar, porque en Oriente Medio se desea la paz y el desarrollo desde hace mucho tiempo. Cuanto más sufren la guerra, más crece este deseo y más poderosa es la semilla de la paz para superar todo tipo de obstáculos. Esto coincide con la Iniciativa para la Seguridad Global y la Iniciativa para el Desarrollo Global de China.

Como potencia responsable, Beijing siempre ha tratado con los países de Oriente Medio de forma amistosa y respetuosa, y siempre ha sido una fuerza constructiva vital en la promoción de la paz y el apoyo a su desarrollo. A lo largo de los años, China ha trabajado sin descanso en favor de la paz y la seguridad regionales y se ha pronunciado sobre sus cuestiones políticas álgidas. Las conversaciones entre Arabia Saudita e Irán en Beijing son una práctica acertada de la Iniciativa para la Seguridad Global de China.

La buena voluntad y la sinceridad de China se han ganado la confianza de todas las partes implicadas. Su enfoque para resolver el asunto también ha sido distinguido y ha mostrado un gran atractivo. Esto refleja que no importa lo complejo que sea el problema o lo desalentador que sea el desafío, siempre que el diálogo se lleve a cabo en pie de igualdad y con un espíritu de respeto mutuo, sin duda se podrá llegar a una solución aceptable por las partes.

Desde cualquier punto de vista, el apretón de manos y la reconciliación árabe e iraní en Beijing son un hito y ofrecen un modelo para la resolución de disputas difíciles. Los pueblos de regiones y zonas devastadas por el conflicto, como Yemen, Siria, Ucrania y otros, pueden ver la esperanza del diálogo y el amanecer de la paz.

Llama la atención que, aunque el Gobierno estadounidense ha "acogido con satisfacción" este resultado a regañadientes, hay muchas voces en contra. Incluso se sienten "profundamente incómodos" por el rol de China como mediador de paz. Hay que subrayar que Beijing apoya a los países de Oriente Medio para que se adhieran a la autonomía estratégica, fortalezcan la unidad y la cooperación, dejen de lado la interferencia externa y tomen realmente el futuro y el destino de la región en sus propias manos. El diálogo entre Arabia Saudita e Irán debe servir de advertencia a la política estadounidense en Oriente Medio de que el planteamiento de crear crisis y conflictos y unir a un país contra otro nunca ganará en el corazón de los pueblos. Si Washington sigue por este camino, sólo enfrentará una mayor frustración, no sólo en Oriente Medio, sino también en otras partes del mundo.

China no tiene ningún interés privado en mediar en la reanudación de los lazos diplomáticos entre Arabia Saudita e Irán. Es razón de alegría los progresos realizados y el deseo es que las potencias mundiales, incluido Estados Unidos, colaboren con China en el reconocimiento y respeto pleno de los llamamientos a la paz y el desarrollo en la región de Oriente Medio, además de los esfuerzos constructivos para resolver las disputas por medios políticos en esta región y en otras partes del mundo. La reconciliación a través del diálogo y el desarrollo mediante la paz tendrá una profunda influencia y ganará una enorme popularidad en esta era, y sólo la victoria por la paz cuenta como una verdadera.