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spanish.china.org.cn | 02. 03. 2023 | Editor:Teresa Zheng Texto

Un silencio anormal ante revelador informe sobre Nord Stream

Palabras clave: Nord Stream, Estados Unidos, investigación

¿Puedes tirar una gran piedra al agua sin causar agitación? Claro que no. Después de que el periodista de investigación estadounidense Seymour Hersh publicara su informe "How America Took Out The Nord Stream Pipeline" el 8 de febrero, encontró un escenario sui generis. En lugar de una piedra, el informe fue una bomba, pero parecía haber caído en el agujero negro de la opinión pública. Como dice el refrán, si hay anormalidad, habrá demonios, y esta vez no fue la excepción.

Estados Unidos lo negó con simpleza la primera vez que se hizo público. Luego, mantuvo el silencio. Europa, como parte interesada, evitó en su gran mayoría comentar el tema. El fenómeno más extraño es que los principales medios estadounidenses, muy sensibles a todo tipo de pistas, también omitieron palabra. En respuesta, el propio Hersh expresó su decepción, señalando que ninguno de ellos escribió sobre los oleoductos, o incluso citó el rechazo de la Casa Blanca. Ha pasado casi un mes, ¿cuánto tiempo más seguirá Occidente jugando al distraído?

Algunos aseguran que el reporte de Hersh cita fuentes anónimas y carece de pruebas suficientes, por lo tanto, la prensa estadounidense y occidental no se atreven a hacer un seguimiento. Esto es insostenible y no se condice con su naturaleza. En comparación con la detallada investigación de Hersh, los principales medios estadounidenses han publicado innumerables informes poco confiables sin ninguna vacilación o carga psicológica. Por ejemplo, el Wall Street Journal recientemente promocionó un trabajo "de poca credibilidad" sobre el rastreo de los orígenes del virus. Una explicación más convincente es que todos saben que las aguas son profundas, por lo que optan “sabiamente” por evitarlas.

El desempeño de la prensa ilustra una vez más que su llamada independencia y profesionalismo son selectivos. No son solo ellos, sino casi todo el mundo occidental es pasivo en la búsqueda de la verdad detrás del bombardeo de Nord Stream. En una reciente reunión con la ONU, el Reino Unido mostró "tolerancia", al sostener lo inútil de más indagaciones y afirmar que estaba claro la razón por la que la Federación Rusa de pronto continúa con el tema con tanta urgencia. Muchos países, entre ellos Alemania, una de las mayores víctimas de este incidente, aún no han hecho una declaración pública.

En el mundo occidental, hay miedo de mencionar el nombre de Hersh, y peor cuestionarlo. Esto es bastante anormal.

El atentado de Nord Stream es un evento político internacional radical. Si un problema de tal calibre es deliberadamente encubierto por algunos países y termina en un estado confuso sin consecuencias para los responsables, el daño será mayor a solo los intereses de las víctimas. Cada vez hay más evidencia de que el sabotaje fue un acto deliberado y, desde la perspectiva de las condiciones físicas, es difícil imaginar que los actores no estatales sean capaces de llevar a cabo tal destrucción por sí solos. En cuanto a los intereses de la comunidad internacional, sus repercusiones tomarán tintes amargos y reducirán aún más el resultado final de competencia entre grandes potencias. En resumen, si un país puede bombardear los oleoductos Nord Stream hoy, puede destruir los cables submarinos mañana y la seguridad de la infraestructura global se verá gravemente amenazada, lo que es aterrador para el mundo.

Este enfrenta tales riesgos. Un globo hizo que Washington actuara como un pájaro asustado, mientras que el informe de Hersh ha sido ignorado colectivamente en el mundo occidental. Esto es escalofriante. En una sesión pública del Consejo de Seguridad en septiembre del año pasado, muchos países pidieron una investigación para dar con la verdad e identificar a los responsables. Creemos que llevarla a cabo de manera objetiva, justa y profesional no solo es necesaria sino también urgente, puesto que está estrechamente relacionada con los intereses y preocupaciones de cada país. La comunidad internacional debe realizar esfuerzos concertados en este asunto.

En los últimos años, Washington ha amenazado a menudo con castigar a otros utilizando la excusa de riesgo internacional. Ahora, el bombardeo de Nord Stream ha expuesto las lagunas de seguridad que enfrenta la sociedad humana. Cuando se trata de este punto, Estados Unidos y otros países occidentales, que siempre han tenido una actitud de "mejor matar a mil personas inocentes que dejar libre a una persona verdaderamente culpable" en cuestiones de seguridad, deberían dejar de fingir cordialidad. Cabe señalar que incluso si alguien sostiene el micrófono por un momento, nunca puede monopolizar la verdad para siempre.

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