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spanish.china.org.cn | 17. 02. 2023 | Editor:Teresa Zheng Texto

EE.UU. busca un "aterrizaje suave" desde una gran altura

Palabras clave: EE.UU., globo, confrontación

Ilustración:Liu Rui/GT


En cuanto al revuelo causado por el "incidente del globo", se han producido algunos cambios evidentes en el tono de Estados Unidos en los dos últimos días. La vice secretaria de Estado, Wendy R. Sherman, declaró el 15 de febrero, hora local, que "nunca han dejado de comunicarse y de intentar entenderse" con China y añadió: "Creemos en el poder de la diplomacia para evitar errores de cálculo que puedan provocar un conflicto". La víspera, la vicepresidenta, Kamala Harris, dijo que no consideraba que el episodio del globo espía chino de este mes debía dañar las relaciones diplomáticas. "Buscamos la competencia, pero no el conflicto ni la confrontación". Algunos medios locales lo interpretaron como "uno de los esfuerzos públicos más claros" de Washington para evitar que el tema siga escalando.

Esto sí que corresponde al dicho: Si tiene que ser así ahora, es una pena que no lo fuera desde el principio. Cuando Estados Unidos ignoró el rechazo de China e insistió en derribar su aeronave civil no tripulada que se desvió en su espacio aéreo por causas de fuerza mayor, y disparó en repetidas ocasiones contra supuestos OVNI, el país realmente ha volado a unos 10 000 metros de altura, lo que dificulta un "aterrizaje suave". Los hechos han demostrado que es más fácil avivar las llamas que sofocarlas y las acciones de Washington sufren las consecuencias. El país se pone a sí mismo en una posición incómoda.

Incluso hoy, algunos políticos del Congreso siguen utilizando el asunto para crear problemas. La Cámara de Representantes ha aprobado recientemente la resolución sobre el uso por parte de China de un globo de gran altitud en territorio estadounidense para un bombardeo malicioso. Quieren extraer la última gota de valor político de este incidente inesperado entre ambos países. Es así que el Comité de Asuntos Exteriores de la Asamblea Popular Nacional de China emitió el 16 de febrero una declaración en la que expresa su enérgica condena y firme oposición. Sin embargo, en los mensajes contradictorios de la parte estadounidense, está claro que algunas personas, incluida su administración, desean enfriar los ánimos.

Tras un periodo de agitación, algunas personas de la Casa Blanca han recuperado poco a poco la compostura y se han dado cuenta de que convertir un accidente en algo más de lo que es no acabaría bien. También se ha dado un mayor espacio a la reflexión pública. The Washington Post comentó que la falta de aire por un globo ha revelado más sobre la política estadounidense que sobre la china. El gobierno de Biden no ha sabido convertirlo en una oportunidad diplomática, temerosa de parecer demasiado blanda, afirmó. The New York Times cuestionó que las relaciones bilaterales sigan empeorando. ¿Es necesario? El artículo cree que la reacción al "incidente del globo" es otro ejemplo de exageración de la "amenaza china". Estas opiniones están dirigidas en gran medida a Washington.

Cada vez más estadounidenses se percatan de que la forma en que su Gobierno manejó el tema fue problemática. Las consecuencias de una reacción excesiva y un escándalo son claramente perjudiciales para Estados Unidos, y el mundo puede percibir su cansancio ante la incesante exageración de la teoría de la "amenaza china". En el contexto de una grave falta de confianza mutua, ambas partes deben estar preparadas para afrontar posibles perturbaciones inesperadas en cualquier momento, como este incidente. Se trata de una prueba para la sabiduría diplomática y la capacidad política de ambas partes. Es menester decir que la actuación general de Estados Unidos no es en absoluto lo que se espera de una potencia. Es vil y ridícula.

A lo largo del incidente, frente a la actuación de condena excesiva de Estados Unidos, China siempre ha ejercido la máxima moderación y racionalidad. A medida que se desarrollaba la situación, su profesionalidad diplomática, actitud responsable y compostura estratégica para estabilizar los vínculos eran cada vez más evidentes. Por el contrario, Washington subió el tono y el drama era difícil de sobrellevar. Era inevitable que terminara siendo su propio verdugo.

Altos funcionarios de Washington siempre han dicho que las diferencias deben gestionarse bien y que hay que añadir vallas de contención a las relaciones bilaterales. Sin embargo, este tema, a todas luces manejable, causó un terremoto diplomático de gran magnitud promovido por el Gobierno estadounidense. En su actual entorno político, la razón pragmática ha dado paso al sentimiento populista, la cooperación económica a la manipulación política y la amistad al prejuicio. ¿Cómo tranquilizar a la comunidad internacional?

Esperamos que no sea solo la farsa fallida del globo lo que calme a Washington, sino que venga con una mayor reflexión. Cualquier ojo perspicaz en la comunidad internacional puede ver con nitidez su terquedad. Ahora depende de si Washington está dispuesto a despertar.

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