Vuelven los diálogos para la paz en Colombia

Esta mañana en Ciudad de México dio inicio el segundo ciclo de los diálogos para la paz en Colombia con miras a un alto al fuego.

Las delegaciones del gobierno de Gustavo Petro y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) volvieron a la mesa de las negociaciones con el firme propósito de alcanzar la paz en una serie de sesiones que se extenderán por al menos cuatro semanas en la sede de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social.

El jefe del grupo del ELN, Pablo Beltrán, resaltó que en este etapa se dejará sentada la agenda definitiva con “la más amplia participación de la sociedad en el proceso de paz” que incluye un cese al fuego bilateral, temporal y nacional, con convenios de implementación rápida para dar alivio humanitario a las regiones más afectadas por el conflicto interno y a los presos políticos.

Mencionó a México, Brasil, Chile, Cuba, Noruega y Venezuela como países garantes del proceso de paz y destacó la existencia de iniciativas latinoamericanas, lideradas por los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Gustavo Petro, que buscan una política antidrogas alternativa al margen de la represión y guerra.

Por su lado, Otty Patiño, jefe de la delegación del gobierno colombiano, afirmó que su misión participa gracias al impulso del régimen al cambio y especialmente a la paz como política de Estado.

“El plan de desarrollo, recientemente publicado, contempla un competente transversal de inversiones para la paz que se estima en un valor de 50.4 billones de pesos (colombianos) que equivale a 10 006 millones de dólares, que es algo realmente importante”.

El plan estipula cumplir con los acuerdos incumplidos con las FARC en 2016 como parte del proceso de pacificación.

Apuntó que hay dos grandes temas a entrelazar: la participación de la sociedad en las transformaciones para la paz y el cese al fuego.

En el primero, las comunidades abandonadas por la guerra civil deben alzarse como protagonistas en el fomento del diálogo y los acuerdos; en tanto que Bogota ha visto la necesidad de reinterpretar el cese al fuego, “y verlo no sólo como la disminución de las confrontaciones armadas, sino como una disminución del hostigamiento a la población civil”. Ante todo generar un “clima de seguridad, serenidad, libertad y autonomía de las comunidades, en particular las que han sido más golpeadas por el abandono del Estado”, enfatizó.

Patiño sostuvo que el desafío de este segundo ciclo es producir hechos que atestigüen que la paz con cambio social es posible y que la voluntad está presente por parte del ELN, “tal como lo ha dicho su comandante, Pablo Beltrán, con acciones concretas en los territorios”.