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spanish.china.org.cn | 08. 02. 2023 | Editor:Teresa Zheng Texto

¿Por qué la política de EE.UU. de bloqueo tecnológico a China es contraproducente?

Palabras clave: EE.UU., bloqueo tecnológico, chips

Con el desarrollo sostenido de China, su fuerza nacional e influencia internacional sigue creciendo a la par que la ansiedad estratégica de Washington. En general, el gobierno de Joe Biden ha continuado con la percepción negativa y la estrategia de su predecesor, encasillando al país como "el desafío geopolítico más importante de Estados Unidos" y reprimiéndolo particularmente en los campos de seguridad, economía y tecnología.

El enfoque en este último es similar al de Trump, pero con tácticas específicas diferentes. El equipo de Biden se centra en semiconductores y chips, y respeta la idea de un "patio pequeño, cerca alta" para promover el "desacoplamiento tecnológico" e intensificar los vínculos internos y externos. Al generar estrés y acumular presión política y de seguridad, Washington obliga a sus aliados y socios a mantener la misma postura con restricciones a la exportación de chips de alta gama a China, controles de venta de productos tecnológicos y jurisdicción ampliada.

En este sentido, la Casa Blanca firmó una serie de proyectos de ley y órdenes ejecutivas afines a los semiconductores y chips, y estableció la Coalición de Semiconductores en Estados Unidos, una alianza intersectorial de empresas que los fabrican y usan, así como la Alianza Chip 4, e intenta expandir aún más el número de sus miembros para impedir que el país y sus socios suministren chips de alta gama a firmas chinas.

Sin embargo, el bloqueo no ha producido el efecto deseado. Las empresas chinas de alta tecnología como Huawei no han quebrado. En cambio, la investigación y el desarrollo de chips de alta gama nacionales ha logrado avances y el progreso tecnológico en varios campos se ha acelerado.

La “separación técnica" de China tiene como objetivo esencial hacer las veces de un impedimento preventivo o sanción. En teoría, se deben cumplir al menos tres condiciones para que tales prácticas tengan éxito. Una es que el país que intenta bloquear a otro tiene superioridad tecnológica y capacidades absolutas, otra es que el receptor de las trabas carezca de la habilidad para desarrollar tales tecnologías de manera independiente, así como que no pueda obtener dichos recursos de otros lugares. En realidad, Washington no ha conseguido reunir esa triada.

En primer lugar, Washington posee una sólida fortaleza en tecnología de chips y semiconductores, pero no es un "campeón absoluto" ni tiene ventajas plenas. En este contexto, no es posible un bloqueó solamente en ese campo.

En segundo lugar, China cuenta con una enorme reserva de talento, una inversión considerable en investigación y desarrollo, así como una gran capacidad para la innovación independiente. Es decir, posee el know how y las condiciones para la innovación científica y tecnológica independiente en cualquier rubro.

Tercero, existen diferencias de intereses entre Estados Unidos y sus aliados, así como entre sus socios, y sus acciones científicas y tecnológicas hacia China son contradictorias y contraproducentes.

En términos de políticas de ciencia y tecnología hacia China, Washington espera asegurar a sus aliados y socios para tratar de limitar el avance tecnológico chino y fortalecer el crecimiento a través del "embargo de chips". La mayoría de ellos tiende a hacer lo mismo por instigación y presión de Washington, pero no quieren dañar los intereses económicos de sus propias empresas y son reacios a deteriorar por completo sus relaciones con China. Dado que Beijing es un consumidor relevante e importador de chips de alta gama, restringir la exportación perjudicará los intereses de las firmas estadounidenses y las de sus aliados y socios.

Además, para garantizar su propia superioridad en el sector de los semiconductores, Estados Unidos requiere que las empresas del rubro de sus aliados y socios inviertan y produzcan en suelo estadounidense. Por ejemplo, la Compañía de Semiconductores de Taiwán destinó en 2020 al menos $ 12 000 millones para construir su primera instalación en Arizona, y en noviembre de 2022, el gigante de chips dijo que planeaba migrar su tecnología más avanzada allá.

La cooperación "opresiva" con sus aliados y socios ha llevado al descontento de estos últimos. Washington limita la venta de chips de alta gama a China por motivos de seguridad nacional, lo que no solo daña los intereses de sus empresas, sino también fortalece la determinación de China de tomar el camino de la innovación independiente.

En resumen, aunque la postura estadounidense ha causado pérdidas y dificultades durante un cierto período de tiempo a las firmas chinas, no puede detener el progreso tecnológico del país. Como las empresas estadounidenses y de los aliados y socios han sufrido enormes pérdidas como resultado, Washington no puede adoptar una posición coherente hacia China con estos países. Su capacidad de obstaculizar la tecnología y su influencia en China también se debilitará aún más.


El autor es investigador asociado del Instituto Nacional de Estrategia Internacional de la Academia China de Ciencias Sociales. 

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