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spanish.china.org.cn | 03. 02. 2023 | Editor:Teresa Zheng Texto

Bajo la óptica de seguridad al estilo de EE.UU., incluso el maíz es materia de sospecha

Palabras clave: EE.UU., seguridad, maíz

Hace más de medio año, Brandon Bochenski, alcalde republicano de Grand Forks, una ciudad de Dakota del Norte, preguntó: "¿Vamos a ser los primeros en decir no de plano a la globalización?". La interrogante llegó luego de que el proyecto de una empresa china para construir un molino de maíz en la zona causara una inesperada polémica. Como su firme partidario, Bochenski calificó a la oposición como "un gran impulso lejos de la mundialización".

Sin embargo, hace solo dos días, él mismo buscaría la ayuda del Concejo Municipal para bloquear las obras al intentar denegar los permisos y evitar la conexión de la ciudad con el sitio. El gobernador republicano de Dakota del Norte, Doug Burgum, quien aplaudió a Bochenski a finales de 2021 cuando Grand Forks se hizo con el plan, también cambió de actitud. Los medios locales afirmaron que este enfrentó "un obstáculo insuperable". La pregunta de Bochenski hace medio año se ha hecho realidad. La respuesta que provoca es irónica, amarga e inútil, y es una acción práctica más del país para decir “no a la globalización”.

Incluso The New York Times admitió que el proyecto había sido tildado de éxito del desarrollo económico. Entonces, ¿por qué el giro dramático en tan solo unos meses? ¿Cuál es la fuerza y las intenciones detrás? Las posturas de Bochenski y Burgum han cambiado tanto que no es normal. Mientras cuestionamos esto, mucho ha salido a la luz y es materia de una profunda reflexión. Esto refleja el proceso completo de cómo la racionalidad pragmática de los estadounidenses hacia China sufre de erosión, coerción y lento deterioro, e incluso revela la lógica interna de por qué las relaciones bilaterales de hoy se han distorsionado tanto.

Aunque Grand Forks contiene la palabra "grande" en su nombre, en realidad es muy pequeño, con una población de entre 50 000 y 60 000 personas. Dakota del Norte posee una cifra inferior a 800 000 y está situado en el medio oeste con un clima frío y una economía relativamente atrasada. Según su alcalde Bochenski, el 18 % de sus habitantes vive en la pobreza, mucho más que el promedio nacional. Por lo tanto, cuando la sucursal del Grupo Fufeng de China compró un terreno para construir un molino de maíz, tanto él como el gobernador, que esperaban fomentar la economía local y las oportunidades de empleo, no pudieron esconder su alegría y lo consideraron una "gran oportunidad". "No importa el punto de vista, es una cooperación de mutuo beneficio para todos y cumple a carta cabal con las normas de mercado del país norteamericano.

No obstante, lo que sucedió después sorprendió a muchos medios nacionales. En una sociedad con intereses diversos, no es de extrañar que algunas personas no apoyen la propuesta. Lo raro son las razones del rechazo y el hecho de causar tanto revuelo. Inicialmente, algunos dijeron que el suministro de agua de la localidad no era suficiente para sostener la operación de la planta, otras se quejaron de posibles olores o congestión del tráfico (en una zona de 50 000 a 60 000 almas), etc. Cuando estas preocupaciones mostraron ser de poco calibre, hay quienes finalmente encontraron la punta de la lanza: la teoría de la "amenaza china" y afirmaron que su ubicación no distaba mucho de una base de la Fuerza Aérea y podría ser utilizada por "China para monitorearla". "Aunque esto es obviamente exagerado y alarmista, en Estados Unidos, con un enfoque hostil hacia China, atrapa ipso facto a la atención pública.

Los políticos anti-China en Washington están obsesionados con el tema y pronto llegó al Congreso cuando un senador federal republicano le dijo al general de la Fuerza Aérea: “puede que solo sea un molino de maíz, pero otorga la posibilidad a la inteligencia china de recopilar información de diverso tipo”. Estos son argumentos injustificados típicos. Incluso cuando la ciudad compartió voluntariamente datos de sus negociaciones con el Comité de Inversión Extranjera y dijo que no veía la actividad como un peligro de seguridad nacional, la Fuerza Aérea le envió una carta en la que afirmaba que "el plan representaba una amenaza a la seguridad nacional con riesgos a corto y largo plazo para nuestras operaciones en el área", lo que asestó un golpe fatal a la propuesta. Este es el resultado de la ceguera selectiva de los políticos anti-China.

A lo largo del incidente, las leyes económicas y los principios de mercado han quedado acorraladas por temores políticos y de seguridad. Un proyecto de inversión normal ha sido víctima de sabotaje por medios anormales hasta el punto de que el entorno empresarial estadounidense es tan incierto e impredecible como el de un país en crisis política y no parece un mercado maduro. La "seguridad nacional" es como la espada de Damocles, pende sobre las cabezas de todas las firmas foráneas en territorio estadounidense. Esta tormenta aún no se ha calmado y debería llamar a una profunda reflexión.

Al mismo tiempo, para las empresas chinas que consideren invertir, este asunto también es una advertencia. Incluso en un área remota de escasa población como Dakota del Norte, la seguridad nacional puede destruir inversiones normales en cualquier momento.

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