EE.UU. debe pronunciarse sobre el video encubierto de Pfizer

Un video encubierto que mostraría a un ejecutivo de Pfizer jactándose de cómo la compañía explora la mutación intencional de las cepas de COVID-19 para beneficio de futuras vacunas ARNm salió a la luz en las redes sociales.

En las imágenes, Jordon Trishton Walker, descrito como director de Investigación y Desarrollo, Operaciones Estratégicas y Planificación Científica de ARNm de Pfizer, afirma que el laboratorio busca maneras de "mutar" el virus a través de la "evolución dirigida" para adelantarse en el desarrollo de vacunas. El sujeto declaró a un periodista de Project Veritas sobre el plan de Pfizer y reconoció que la gente no tomaría bien esta información.

Pfizer emitió el viernes un comunicado en el que asegura: "en el desarrollo continuo de la vacuna Pfizer-BioNTech COVID-19, Pfizer no ha realizado investigaciones de ganancia de función o de evolución dirigida", pero agregó: "en un número limitado de casos cuando un virus completo no contiene ninguna mutación conocida de ganancia de función, este puede permitir un diseño que evalúe la actividad antiviral en las células".

El video ha despertado una gran preocupación pública con más de 41,2 millones de visitas solo en Twitter.

Walker apuntó sin pelos en la lengua que el virus será una "fuente de ingresos" para Pfizer en el futuro. ¿Pfizer está realmente manipulando la COVID-19 para obtener beneficios en secreto? ¿Hasta dónde ha llegado la investigación? ¿Qué riesgos entraña? La gente tiene naturalmente muchas preguntas y exige respuestas. Sin embargo, la mayoría de los principales medios estadounidenses y occidentales, así como los políticos estadounidenses han mantenido silencio sobre el tema. Esto es bastante anormal en la opinión pública estadounidense conocida por su diversidad.

La autenticidad del contenido aún no se ha confirmado. Ante las dudas, ¿no deberían la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos, los legisladores y la prensa ahondar en el asunto y ofrecer una explicación al público?

Hasta ahora, gran parte de los medios y políticos estadounidenses lo ignoran, lo que contrasta con su entusiasmo por exagerar las probabilidades de nuevas variantes tras la optimización de las políticas de prevención en China. En cuanto a la farmacéutica estadounidense, parece que la prensa local es más "profesional y racional". La prudencia es evidente ante cualquier conclusión.

Si algo similar hubiera pasado en China, no hay duda de que el público y los funcionarios chinos lo habrían tomado en serio. No solo la empresa involucrada habría brindado un descargo detallado, sino que las autoridades pertinentes habrían realizado una rápida investigación para dar con la verdad.

Tucker Carlson, presentador de Fox News, fue una rareza en el campo cuando habló de ello. "En este país, las farmacéuticas gastan más en ejercer presión ante el Congreso que cualquier otro sector y no es casualidad. Lo hacen porque vale la pena", dijo.

Según datos de Pfizer, a finales de 2022 se enviaron más de 4300 millones de vacunas contra la COVID-19 a 181 países. No hace mucho, Albert Bourla, director ejecutivo de la firma, enfrentó una serie de complicadas preguntas de un periodista sobre la eficacia de su vacuna al margen del Foro Económico Mundial.

"Los medios occidentales no hablan por la verdad, sino que están orientados a las ganancias", dijo un experto chino en condición de anonimato. "Todo el mundo sabe que las principales farmacéuticas estadounidenses y los medios de comunicación controlados por el capital están inextricablemente vinculados por intereses. El silencio de muchos frente al video refleja una vez más la hipocresía de la prensa estadounidense".