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| spanish.china.org.cn | 06. 01. 2023 | Editor:Teresa Zheng |
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La gobernanza de China sobre la COVID-19 debe verse en perspectiva histórica

Como una emergencia de salud pública internacional, la pandemia de COVID-19 ha planteado retos sanitarios mundiales, y el concepto de respuesta conjunta de la humanidad a catástrofes también ha atestiguado algunos enfrentamientos y momentos de agitación. China, un país con una enorme población, ha logrado un control efectivo de la epidemia en los últimos tres años. Existen algunos ángulos diferentes para observar el ajuste y la optimización de la política de prevención pandémica en el periodo posterior, en medio del contexto político y las diferencias ideológicas en la actual gobernanza global relacionadas con las epidemias.
Durante el periodo pandémico, la cantidad de información ha sido abundante, las dimensiones de análisis son amplias y la dirección cognitiva es compleja. Acompañada de diversos lenguajes sensacionalistas y de una desinformación, es fácil que algunas personas caigan en un estado de ansiedad.
Sin duda, los debates sobre la gobernanza pública deben ser abiertos y francos, pero también debemos ser conscientes de que todos los debates públicos sobre el comportamiento organizativo humano deben hacerse con responsabilidad. Cuando alguien empieza a abandonar la razón, se cansa de la paz y recurre a la ira, al abuso y al desahogo, este pensamiento polarizado terminará causando más problemas.
Exploración extenuante
Lo más grave es que, a largo plazo, las emociones extremas sirven para perturbar el pensamiento normal de la sociedad, distorsionar la situación real y provocar un declive del pensamiento crítico.
Esto también afecta a una cuestión más profunda, a saber, debemos situar la gobernanza relacionada con la epidemia bajo el prisma del pasado y el futuro del país, examinar nuestra exploración extenuante del camino para luchar contra la pandemia y mantenerla viva.
Volviendo al comienzo del brote, la primera pregunta a la que debemos enfrentarnos es "¿qué tipo de incidente fue éste?". Esta pregunta también condujo a otra más complicada, es decir, ¿existe una persona o un órgano de gobierno que pueda comprender la pandemia desde todas sus dimensiones y desde el principio? Una situación objetiva es que, incluso en la actualidad, ningún órgano de gobierno domina absolutamente todas las situaciones implicadas en la pandemia, y ningún científico ha estudiado a fondo y de forma exhaustiva el nuevo coronavirus.
Por lo tanto, cuando miramos con ojos francos y sencillos los problemas a los que inevitablemente nos enfrentamos, podemos comprender las dificultades de gobernanza a las que se enfrentó China hace tres años. China fue el primer país en enfrentarse a esta epidemia tan incierta, extremadamente arriesgada y destructiva. Para evitar la alteración del orden social y graves amenazas para la salud pública, nuestra máxima prioridad ha sido proteger de forma racional, científica y eficaz la vida de las personas. Este es el punto de partida de todas nuestras decisiones para la prevención de pandemias.
Cuando la comprensión del nuevo coronavirus y la situación de la pandemia no estaban del todo claras, cualquier gobierno debía"cruzar el río tocando las piedras". Para China, el primer curso de acción fue partir de las condiciones nacionales básicas e insistir en "primero la gente, primero la vida". Si la gobernanza relacionada con la epidemia se divide en cuatro etapas, podemos entender claramente muchos problemas.
El primer período es la epidemia de COVID-19 que surge en Wuhan antes de mayo de 2020. Bajo el firme liderazgo del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) con el camarada Xi Jinping en su núcleo, China en esa etapa logró un control efectivo de la epidemia con importantes ventajas institucionales a través de iniciativas importantes como el énfasis en la responsabilidad de los funcionarios locales para proteger del virus el territorio que gobiernan y la prestación de asistencia de otras provincias a Hubei.
El segundo periodo se extendió hasta la segunda mitad de 2020. En virtud de las decisiones y el despliegue del Comité Central del PCCh, la propagación de la pandemia por todo el país se frenó de formaeficaz a corto plazo mediante la movilización de las iniciativas de los gobiernos locales. Como resultado, se ha configurado un entorno generalmente saludable para los intercambios en el país y el desarrollo económico.
El tercer periodo comenzó en 2021 y duró hasta la primera mitad de 2022. Gracias a la aplicación de la política dinámica de cero-COVID, hemos podido controlar un posible brote epidémico en toda regla. Se evitó una situación que podría poner en peligro la salud de más de mil millones de personas y se mantuvo la estabilidad general del orden social.
Ahora, el segundo semestre de 2022 se considera la cuarta fase. En respuesta a la constante mutación del virus, China ha ajustado y optimizado sus medidas de prevención y control de epidemias de acuerdo con la nueva situación en la que el virus se debilita, pero nosotros nos hacemos más fuertes.
Por lo tanto, las decisiones en estos cuatro periodos se centran ante todo en proteger la vida y la salud humanas, lo que requiere un meticuloso sentido de la responsabilidad y una resistencia extraordinaria.
Puede decirse que, con la inquebrantable misión de dar prioridad a las personas y a las vidas, la prevención y el control de epidemias en China ha dejado tres marcas históricas duraderas.
Ajuste optimizado
En primer lugar, "anteponer las personas y las vidas" es la aspiración original y el punto de partida de la gobernanza de China en cuestiones relacionadas con las pandemias. En particular, el pueblo chino tiene una comprensión única de la vida; no se debe permitir que la epidemia haga estragos y que la gente “muera sin protección". Y la ética política debe asumir su misión en este sentido.
En segundo lugar, se trata de un periodo de gobernanza excepcional. Esto significa que se necesita una fuerza con autoridad para hacer cumplir leyes específicas a fin de coordinar adecuadamente los recursos de la sociedad sobre la base de normas universales en tiempos de emergencia o normas públicas temporales. Por lo tanto, China ha apoyado principalmente el derecho a la asistencia social basado en el concepto de seguridad colectiva.
En tercer lugar, en el contexto de COVID-19 y su gobernanza, la cuestión más apremiante no es el crecimiento absoluto a alta velocidad, sino la prioridad absoluta de proteger la vida y la salud de las personas mediante la gobernanza de las epidemias. Los hechos han demostrado que mediante el control eficaz de la pandemia, China ha sido una de las economías más destacadas del mundo durante este periodo.
Podemos hacer ajustes oportunos basados en nuestra creciente comprensión del virus examinando el ajuste y la optimización de las medidas de prevención de pandemias, y permitir que la gente se haga directamente responsable de su propia salud.
A medida que la patogenicidad de la cepa mutada del coronavirus se ha debilitado significativamente en comparación con la inicial, la cobertura acumulada del número de personas que han sido vacunadas completamente con la vacuna COVID-19 reportada en todo el país, el fortalecimiento continuo del sistema jerárquico de diagnóstico y tratamiento, la mejora continua de la conciencia sanitaria de las personas y la capacidad para hacer frente a las emergencias,sientan las bases para preparar medidas de prevención y control de pandemias, especialmente después de la aceptación popular, y bajo la premisa del estado de derecho, el gobierno ha ajustado y optimizado las medidas de prevención de pandemias.
En la actualidad, en respuesta a la situación pandémica en algunas zonas, por un lado, los departamentos competentes están intensificando el suministro de productos médicos públicos normalizados. Por otro lado, se sigue mejorando la capacidad de tratamiento médico durante un período determinado. Por lo tanto, sobre la base de la comprensión científica de la pandemia de COVID-19, China continuará mejorando su gobernanza epidémica en la segunda mitad del proceso a través de medidas eficaces.
Es muy necesario comprender históricamente la gobernanza de pandemias de China.
En los últimos tres años, nadie ha podido decir que no le importa la cuestión de "cuánto habría costado en vidas" si no se hubieran aplicado la prevención y el control desde el principio. Los debates sobre la pandemia se desarrollan casi todos en un "contexto hipotético", pero el problema al que se enfrentan los responsables políticos es real, porque cada vida perdida no es una fría estadística o un coste económico, sino un padre y una madre vivos, un marido y una mujer, un niño y un anciano.
El concepto de vida del pueblo chino es producto de una larga y singular historia y de una conciencia social de civilización. No sólo significa que nuestro país debe captar científicamente los cambios de la situación pandémica en todas las etapas de la gobernanza de la pandemia de COVID-19, sino que también significa que el país debe asumir su propia misión, es decir, "la gente primero, la vida primero".
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