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spanish.china.org.cn | 05. 12. 2022 | Editor:Lety Du [A A A]

Aportes de la propuesta de "comunidad humana de destino compartido" ante los efectos de la sobremodernidad como fenómeno cultural en el contexto de la globalización neoliberal

Palabras clave: China

Por Gerardo A. Córcega R.


Este artículo se enmarca en el proyecto de "Mi visión de China y China en mis ojos", desarrollado por la Academia Nacional de Gobernanza China, en donde amablemente nos han invitado a escribir a los estudiantes de los cursos que son ofrecidos para funcionarios y servidores públicos de China y de otros países, y a los cuales tuvimos el honor de asistir durante el mes de septiembre del año 2018 gracias al convenio entre el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y el gobierno de la República Popular China.

Hacemos mención a esto, en virtud de dejar claro que fue en estos ámbitos académicos que incursionamos en la propuesta presentada por el presidente Xi Jinping de Una Comunidad Humana de Destino Compartido, y fue en esta academia que pudimos conocer sus detalles y profundidad.

No obstante, es importante mencionar que una propuesta como esta surge en el contexto de una humanidad sumida en lo que el autor Marc Augé ha denominado la Sobremodernidad, concepto esbozado en varias de sus obras, y de las cuales queremos hacer mención a dos especialmente: Los No Lugares. Espacios del Anonimato: una antropología de la Sobremodernidad, publicado en el año 1992 por la editorial Gedisa, y Hacia una Antropología de los Mundos Contemporáneos, de 1994, misma editorial.

Si queremos evaluar el aporte de la propuesta de Comunidad Humana de Destino Compartido frente a los efectos de la Sobremodernidad, es necesario aclarar algunos elementos básicos que la definen. Estamos buscando dejar aquí una interpretación gruesa sobre las condiciones (experiencias y excesos) que estructuran el fenómeno de la Sobremodernidad, entendiéndolos de manera muy general como realidades sociales de los "mundos contemporáneos" actuales, y que pudiesen ser compensados si avanzamos inexorablemente en el marco de la propuesta del presidente Xi Jinping.

Haremos un esfuerzo para ser sumamente cuidadosos cuando hablamos de Sobremodernidad, reduciédonos exclusivamente a lo que hemos podidos entender de los textos del antropólogo Marc Augé.

La Sobremodernidad como fenómeno mundial contemporáneo

Acerca de la Modernidad y de la PosModernidad podemos mencionar, a modo de contexto teórico, lo que hemos entendido hasta ahora; Modernidad y PosModernidad son los momentos que surgen de los grandes "Desencantamientos" históricos de la sociedad actual (dicho así por Lyotard y Descombes, citados por Augé). El concepto de Modernidad lo asumimos, sabiendo que hay formas mucho más complejas de entender, como el momento del vencimiento de los grandes relatos originarios de los pueblos (sus mitos de constitución como sociedades), especialmente, pero no exclusivamente en el mundo occidental, frente a las ideas de Razón y Racionalidad promovidos desde la Ilustración durante el siglo XVIII; ese proceso de Universalización del pensamiento, valga recalcar, moderno. Aquí surge un rompimiento de las sociedades con sus relatos míticos de origen, entrando en un nuevo sistema simbólico de referencia, un nuevo sistema de valores.

Por su parte, la Posmodernidad la entendemos como el segundo momento de desencanto en la historia de la humanidad, momento cuando la Razón de la Ilustración del siglo XVIII se ve obligada a anclarse en las grandes narraciones escatológicas, del destino del ser humano y su finalidad en la historia universal, dado que también va perdiendo legitimidad entre las sociedades modernas que van dejando de conseguir, en ese sistema de valores sociales, las bases para justificar su existencia, y se genera un profundo proceso de ausencia de sentido, de ruptura de la base moral que sostiene a la sociedad, quedando en una especie de burbuja vacía de sí misma, sin contenidos que la definan complementen por dentro. Se pierden las bases morales y es donde los actos de guerra, por ejemplo, sirven para tanto para la conquista como para la liberación, la violencia es tan represiva como pedagógica, y donde parece que todo vale por igual, al mismo tiempo que nada tiene valor real. Estos escenarios son propios de ruptura de sentido simbólico donde las prácticas sociales y van perdiendo ese sentido frente al mundo que empuja a las personas a desentenderse de sus tradiciones culturales y se sometan a lo que tiende a ser un mundo práctico para su uso.

En este contexto, los mundos contemporáneos se barajan constantemente entre sus realidades locales (históricas) y la presión de la mundialización de una cultura que los encajona y los homogeniza, primer elemento relevante a destacar ante la propuesta china de comunidad, dentro de un tipo de pensamiento único. Esta presión compacta las identidades de las culturas y de las sociedades reduciéndolas al mínimo, minimizándolas a cada individuo, desapareciendo las formas de comunidad, ya que es solo de manera individual las personas logran superar la crisis de sentido social en la que se encuentran, enfrentando las transformaciones de las identidades y las alteridades, generando lo que Marc Augé identifica como las complejidades de la contemporaneidad, expresadas en:

• Aceleración de la Historia, fundada en el exceso de acontecimientos que hace difícilmente pensable la historia (todo el tiempo está pasando algo nuevo y de manera muy rápida).

• Encogimiento del Planeta, promovido gracias al exceso de imágenes y referencias espaciales que vuelcan el mundo entero (el planeta) como el espacio cultural del sujeto individual.

• Individualización de los Destinos, y aquí el segundo elemento más relevante frente a la propuesta de Comunidad Humana de Destino Compartido, afianzado gracias al exceso de referencias individuales que obliga a cada sujeto a concebir por sí mismo su relación con la historia, sin organismos sociales intermediarios o comunes.

En resumen, una paradoja que define al sujeto de hoy día desde una singularidad que lo constituye, y una universalidad que lo relativisa, concluyendo en que el colectivo pierde valor simbólico y la narrativa histórica queda reducida a un permanente presente.

La propuesta de Comunidad Humana de Destino Compartido como baluarte de las sociedades frente a la Sobremodernidad

Desde el año 2012 cuando el presidente Xi Jinping presenta por primera vez la propuesta de Comunidad Humana de Destino Compartido, radicado en principios milenarios de la cultura china, centra sus ideas en la suma resultante entre el desarrollo propio chino y el desarrollo de los demás países. Basa sus ideas en el sentido de asociaciones de confianza mutua, comprensión mutua y beneficios mutuos (tal como cita el portal fundacionclec.org), forma primaria de una comunidad con destino común.

En ella destacan los principios de inclusividad y reciprocidad, la cooperación y el encuentro que supere las diferencias, la necesaria comprensión de que el planeta es el hogar compartido de toda la humanidad y la gobernanza global en armonía perfecta, ideas que se contraponen, desde un inicio, a las consecuencias de la globalización neoliberal generada por el sistema capitalista mundial.

En una primera descripción tan general como esta, ya se perciben fácilmente los aportes que frente a la Sobremodernidad de los mundos contemporáneos actuales ofrece la propuesta de Comunidad Humana de Destino Compartido.

En relación al primer elemento que mencionamos como relevante a destacar párrafos atrás, es importante mencionar que en el portal web de Xinhua en español, aparase una cita a las palabras de Tang Qifang, presentado como investigador del Instituto de Estudios Internacionales de China, donde hace mención a que "El concepto de una comunidad de destino común trasciende todo tipo de diferencias en la sociedad humana y apunta hacia los posibles mayores beneficios para todos". Ese enfoque sobre la trascendencia de las diferencias, permite identificar el valor integrador e incluyente de la propuesta, reconociendo que existen las diferencias, la diversidad, y aún frente a ellas, puede existir un campo de encuentro y de trabajo mancomunado entre las naciones, entre los pueblos del mundo. En ningún caso plantea la necesidad de eliminar las diferencias; y esto tiene un valor cultural e histórico sin precedentes como planteamiento de la estrategia de relaciones internacionales, a escala planetaria, de un país potencia. Se expresa aquí un sincero sentido de trabajo para beneficio mutuo para todos por igual.

Para afianzar más esta idea y el impacto positivo que tiene la propuesta del presidente Xi Jinping, queremos citar una frase del pensamiento tradicional chino, que fue encontrada durante nuestras investigaciones (http://spanish.chinatoday.com.cn), y que entendemos forma parte de los fundamentos de la propuesta china de Comunidad Humana de Destino Compartido, que reza: "además de apreciar la belleza creada por uno mismo, se debe apreciar la belleza creada por los demás, de modo que la belleza de uno y la belleza de los demás se junten para obtener un mundo ideal para todos". El reconocimiento de las particularidades de cada sociedad y de cada cultura, visto como un componente positivo para la construcción de un mundo mejor para todos, se contrapone a la naturaleza del mundo actual donde las identidades son llevadas a cápsulas homogéneas del modo de vida occidental de consumo.

En este mismo sentido, podemos traer a colación lo que aparece reseñado por reporteasia.com, citando al libro blanco "China y el mundo de la nueva era" donde se hace mención a lo siguiente: "Construir una comunidad con un futuro compartido no significa que todas las naciones se ajusten a los mismos valores o la implementación universal de propuestas unilaterales impulsadas por un país o una pequeña minoría de países. Tampoco significa el establecimiento de un solo actor unitario en todo el mundo, o la sustitución de un sistema o cultura por otro.

Más bien, pide que los países con diferentes sistemas sociales, ideologías, historias, culturas y niveles de desarrollo alineen sus metas e intereses, disfruten de los mismos derechos y compartan todas las responsabilidades en las actividades internacionales para el progreso de la humanidad".

Con estas afirmaciones, se presenta formalmente que se está haciendo un gran esfuerzo por constituir un gran consenso mundial basado en las diferencias y la diversidad cultural del mundo, teniendo como único objetivo encontrar caminos que converjan los objetivos y el interés de desarrollo de cada país, pueblo o sociedad para alcanzar juntos mayores niveles de crecimiento social, económico y político, siempre de la mano y sin dominar, execrar, excluir o eliminar las formas de pensamiento y las expresiones culturales de quienes integran el camino compartido de un futuro común.

Una expresión concreta de esta estrategia es la conformación de la Franja y la Ruta que demuestra cómo se van fundando nuevos sistemas de relaciones internacionales, la asociación de actores y países a nivel mundial de manera respetuosa y desde el reconocimiento entre las partes en beneficio común y la interconectividad de los sujetos actuantes de manera protagónica.

Es imprescindible mencionar, antes de iniciar las conclusiones de este texto, el valor que tiene la elevación que ha tenido la propuesta de una Comunidad Humana de Destino Compartido en la Resolución del XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China sobre el Proyecto de Revisión de los Estatutos del Partido Comunista de China, reconociendo el valor histórico de estos nuevos conceptos y lo que representan para el planeta, valores que son comunes a toda la humanidad para la consolidación de un mundo de paz duradera, de justicia, de prosperidad común para todos.

Finalmente, queremos mencionar que hemos destacado el elemento de reconocimiento y valoración de la diversidad cultural, de las diferencias entre los países y sus sociedades, dado que es uno de los principales elementos que ha afectado la Sobremodernidad y su consecuente mundialización de una cultura homogénea donde todos se reconozcan en un solo modo de vida, el promovido por los grandes medios de comunicación occidentales.

La individualización de los destinos, en el contexto de la Sobremodernidad como fenómeno cultural mundial actual, ha conseguido reducir al mínimo posible la conciencia de la humanidad, encerrando a cada persona en una perspectiva exclusivamente personal e individual, donde los sueños y las expectativas de futuro se calculan en términos radicalmente individuales, perdiendo de vista la necesaria comprensión del destino común que tiene la humanidad.

El concepto de Sobremodernidad, aunque parece ser bastante inmaterial y difuso, tiene expresiones muy concretas en la vida cotidiana de los seres humanos y las sociedades. Los sistemas informativos avasallantes, los espacios sin identidad como aeropuertos y autopistas, las hiperconectividad a productos comunicacionales en redes sociales que aíslan al individuo a la interacción digital, rompe con las posibilidades de encuentro entre los seres humanos, entre las comunidades, y por lo tanto, entre los países.

El planteamiento del presidente Xi Jinping sobre una Comunidad Humana de Destino Compartido es, sin duda alguna, una esperanza frente a la configuración de las mentalidades en el mundo actual. Es necesario unir a los individuos para luego unir a las comunidades y así a toda la humanidad. La estrategia que ha pensado China propone superar estas barreras y lograr un gran encuentro mundial de intereses, de metas y de armonía por un futuro mejor para todos.

Podemos decir con esto que aquí subyace nuestra "Visión de China y China en nuestros ojos".