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spanish.china.org.cn | 30. 11. 2022 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

Sunak no puede comprometerse con China repitiendo la voluntad de EE.UU.

Palabras clave: China, Reino Unido, EE.UU.

El lunes por la noche, el primer ministro británico, Rishi Sunak, pronunció su primer discurso importante sobre política exterior en el que efectivamente pidió un compromiso "constructivo" con China. Al advertir una "nueva guerra fría", el líder afirmó: "No podemos simplemente ignorar la relevancia de China en los asuntos mundiales como la estabilidad económica o el cambio climático. Estados Unidos, Canadá, Australia, Japón y muchos otros también entienden esto, así que juntos manejaremos esta intensa competencia con diplomacia y compromiso".

Sin embargo, calificó a China como un "competidor sistemático" y declaró que la "Era Dorada" de las relaciones, famosamente apodada por el ex primer ministro David Cameron, había terminado. Aunque su narrativa fue poco conciliadora, los principales contrarios a China en el país como Iain Duncan Smith, catalogaron a Downing Street de "débil" y lo tildaron de apaciguador.

Podríamos decir que la política china de Sunak ha sido absurda y llena de contradicciones. Desde calificar al país como la "mayor amenaza" para el Reino Unido durante la elección conservadora, hasta pedir la prohibición de todos los Institutos Confucio y vetar la adquisición de Newport WaferFab pese al desagrado local, el premier ahora aboga por un"compromiso." Desde la perspectiva china, sus acciones dicen más que las palabras y tales llamados no pueden estar menos fundamentados.

Es obvio que las decisiones vinculadas con China llevan como impulso presiones internas frente al interés nacional. Desde los días de la carrera por el liderazgo, Sunak siente que debe adoptar una postura "rígida" contra China para ganar el apoyo del bando de derecha en el Partido Conservador. Como lo afirma con frecuencia la prensa, Duncan Smith es uno de los más recalcitrantes y busca de manera constante llevar al gobierno hacia el lado más agresivo. La implacable hostilidad hacia China en los principales medios británicos también es un factor de peso.

Al hacerlo, Sunak se ve atrapado en el dilema de un gobierno conservador con una política exterior en general que no es de hecho "pragmática" como él la llama, sino puramente ideológica. Desde el brexit, toda la razón, la moderación y el equilibrio en la política exterior británica han sido reemplazadas por la nostalgia imperial, el ultranacionalismo y la negación de su lugar en el mundo. Esta trayectoria ha sido extremadamente dañina para su economía que ahora se encuentra técnicamente en recesión. El Reino Unido cortó sus lazos con Europa, rechazó a China como socio comercial clave y buscó una confrontación total con Rusia.

A medida que estos eventos cobran su precio económico, es probable que Londres reconozca que necesita una corrección de rumbo, pero tiene poco espacio político para hacerlo. Esto crea un futuro diplomático lleno de contradicciones. Sunak ha declarado a China enemigo práctico por un lado y ha tomado decisiones hostiles, mientras que, sin embargo, pide un compromiso por el otro. Su retórica grandilocuente ha hecho que estos llamados parezcan de mala fe u oportunistas. Así, el primer ministro trató de reunirse con el presidente chino, Xi Jinping, en la cumbre del G20, y al parecer el encuentro se tuvo que cancelar por las provocaciones del Reino Unido con el tema de Taiwán.

Más allá de la política interna, el factor que limita el alcance de dicho compromiso no tiene su sede en Londres, sino en Washington. Estados Unidos continúa ejerciendo un dominio injusto sobre la política exterior y la soberanía del Reino Unido. Newport WaferFab y la participación de Huawei en la 5G son solo dos instancias en las que Gran Bretaña tomó la decisión de "comprometerse" con China en función de sus propios intereses, pero tales accionesrecibieron el veto gracias a la presión estadounidense. Al tomarlo en consideración, ¿qué espacio tiene realmente el Reino Unido para acercarse con China en sus propios términos? Por supuesto, es mucho menor que el de los estados europeos.

Teniendo en cuenta todos estos elementos, el llamado de Sunak a lazos constructivos suena hueco. Si el primer ministro se lo toma en serio, debe demostrarlo con acciones y no solo con palabras, ya que actualmente posee una posición incomprensible en la que China es el enemigo un día, pero luego encara a otro. Si quiere prosperar en el poder, Sunak debe mostrar voluntad y determinación para fijar una política exterior independiente, racional y realista que aborde los problemas fundamentales de Gran Bretaña. Esto debería implicar navegar lejos y no repetir como un loro la voluntad de Washington, mientras evita a los halcones de su propio partido inmersos en el sueño imperial. Gran Bretaña en este momento pasa por un estado lamentable y necesita desesperadamente resultados reales para su gente.